
Download Zenit's interview with Fr. Di Noia.
Visit E-Scriptor.com : some links on "The Passion, Mel Gibson".
[Go To] >> English version.
[Go To] >> Versione italiana.
HE TENIDO ESTA TARDE ocasión de ver "The Passion" y de hablar con Steve McEveety y su esposa Susie. Steve es el productor -entre otras más- de buena parte de las películas de Mel Gibson, incluída esta última. Gracias, Steve, por el trabajo hecho con Mel Gibson en The Passion.
Después de dos horas de silencio y conmoción personal, viendo la película, no entiendo la polémica levantada en torno a ella. O quizá sí que la entiendo, pero lo que veo me confirma en que no merece la pena discutirla en el contexto de esa artificiosa y extemporánea polémica. Es la primera película sobre la Pasión en que cualquier persona -no sólo católicos o cristianos: basta un mínimo de sensibilidad y sentido trascendente- se siente involucrada como un "insider" activo en la historia que presenta. Y como "insider" se encuentra ante un Jesús roto que nos mira a los ojos y nos pregunta. Jesús -gracias, Jim Caviezel- mira a los ojos de los sumos sacerdotes, de Pilato -gracias, Hristo Naumov Shopov-, de Caifás, de Herodes, a los ojos de María -gracias, Maia Morgenstern-, Pedro, Judas, Juan, Magdalena, Verónica, Simón Cirineo, y mira y es mirado por el ladrón, el centurión y todos y cada uno de los demás. En cada uno de ellos -desde Caifás y Pilato hasta María y Juan- estamos los espectadores.
No hay sitio para polémicas victimarias: los espectadores somos al mismo tiempo cada uno de esos personajes y todos a la vez, viviendo este juego de miradas, a veces elusivas, a veces odiosas, a veces de sorpesa, a veces de comprensión, a veces de admiración, a veces de conversión, que responden a la mirada siempre amable, cariñosa, herida de amor, de Jesús. Como espectador, me veo empujado a averiguar cómo es la mirada de mi respuesta, mientras veo lo que sucede en la película y sobre todo luego, una vez que la historia se queda dentro. La tremenda belleza de las imágenes, que desde luego recuerda la mano del Caravaggio y deja de lado la iconografía de Fra Angelico, tiene el complemento de la banda sonora, que casi siempre sabe cuando necesitamos dejar de ver tanta ignominia, conscientes de que también hoy y ahora, todos nosotros, seguimos azotando, insultando, escupiendo al inocente que libre y voluntariamente nos salva.
Docenas de cosas pequeñas, mínimos detalles, hacen grandiosa esta película, como un monumento a la piedad. Un detalle entre tantos: la Virgen María y Magdalena -gracias, desde luego, Monica Bellucci-, limpiando, recogiendo piadosamente la sangre del suelo tras los brutales azotes en la columna, con unos paños entregados por la mujer de Pilatos... En un post anterior recogía un pensamiento pesimista de Kierkegaard acerca de la mano de los artistas ante la Pasión, incapaces de situarnos en su presente, inclinados a dejarnos como espectadores de una historia pasada, vista de lejos. Ahora tengo que decir que la Pasión -al menos en esta película de Mel Gibson- no se puede dejar de vivir en primera persona y en presente. Nuestra mirada se encuentra una y otra vez con la de Jesús, a la altura de nuestros ojos. Se trata de una mirada -insisto- amable, sin sombra de reproche. Una mirada que pide respuesta sin exigirla: deja incluso campo libre a cualquier cobarde huida. O a cualquier desprecio, debilidad o lúcida locura inducida por satanás -gracias, también, Rosalinda Celentano.
Alguien podría suponer que una película hablada en arameo y latín y subtitulada estaba destinada a poner al espectador en constante situación de espectador, alerta y lejos del drama de la Pasión. No es así: hay que hacer esfuerzos para dejar de ser testigos de lo que se ve. Quizá -siempre hay un quizá- me parece que se nos podían haber ahorrado algunos detalles repetitivos de saña en la subida al Calvario.
The Passion es la primera ocasión de haber visto en una pantalla algo que responde con mucha cercanía al sentido vital y al pleno ser histórico de lo leído en los Evangelios. Y también -es solo otro detalle- trae a la memoria lo vivido al leer los escritos de un santo que contemplaba la Pasión con frecuencia, convirtiendo al lector en un testigo más entre los personajes del drama. Este es el texto escrito por San Josemaría Escrivá para el misterio doloroso del Rosario que considera los azotes en la columna:
Habla Pilatos: Vosotros tenéis costumbre de que os suelte a uno por Pascua. ¿A quién dejamos libre, a Barrabás —ladrón, preso con otros por un homicidio— o a Jesús? (Math., XXVII,17.) Haz morir a éste y suelta a Barrabás, clama el pueblo incitado por sus príncipes. (Luc., XXIII, 18.)
Habla Pilatos de nuevo: Entonces ¿qué haré de Jesús que se llama el Cristo? (Math., XXVII, 22.)
—¡Crucifige eum! —¡Crucifícale! (Marc., XV, 14.)
Pilatos, por tercera vez, les dice: Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no hallo en él causa alguna de muerte. (Luc., XXIII, 22.)
Aumentaba el clamor de la muchedumbre: ¡crucifícale, crucifícale! (Marc., XV, 14.)
Y Pilatos, deseando contentar al pueblo, les suelta a Barrabás y ordena que azoten a Jesús.
Atado a la columna. Lleno de llagas.
Suena el golpear de las correas sobre su carne rota, sobre su carne sin mancilla, que padece por tu carne pecadora. —Más golpes. Más saña. Más aún... Es el colmo de la humana crueldad.
Al cabo, rendidos, desatan a Jesús. —Y el cuerpo de Cristo se rinde también al dolor y cae, como un gusano, tronchado y medio muerto.
Tú y yo no podemos hablar. —No hacen falta palabras. —Míralo, míralo... despacio.
Después... ¿serás capaz de tener miedo a la expiación?
[Read the english version at the website dedicated to the writings of Opus Dei's Founder. By the way, I do not think that Mel Gibson not even had in mind this text while working The Passion. This approach between St. Josemaría's text of the "Scourging at the pillar", from the Sorrowful mysteries of the Holy Rosary on the one hand, and Mel Gibson's The Passion on the other hand, is just my personal point, not the Gibson's point. I'm no able soever to read Gibson's mind. Mel Gibson based the script on biblical and historical facts and on the diaries of Anne Catherine Emmerich (entitled “The Dolorous Passion of Our Lord Jesus Christ”). Read the Hector Carreon point on the historical and harassing controversy about "who crucified Jesus?". The historical answer, in a René Girard perspective: The Pharisees and their High Priest Caiphas blackmailing Pilato, and strangely adopting this one's roman-pagan (dyonisian) sacrificial point of view, instead of the traditional Jew-victims perspective (since then followed by Christians). The real full answer for all seasons and all times to the question about who crucified Jesus is simply this one: "each one of us". There are no outsiders from the mankind redemption.]
Esto es lo que he visto esta tarde en la pantalla. Podría escribir muchas más cosas, pero basta por hoy con saber que, como seres humanos de buena voluntad, solo podemos ser "insiders" en The Passion. Ya lo comprobarán cuando se estrene worldwide el próximo miércoles de Ceniza, el 25 de febrero de 2004. [Visit The Passion Official Movie Website.]
I HAD THE OPPORTUNITY this afternoon to see The Passion and to speak with Steve Mc Eveety and his wife Susie. Steve is the producer of many of the movies of Mel Gibson, including this last one. Thanks Steve for the job you've done with Mel Gibson in The Passion.
After two hours of silence and personal commotion, while watching the movie, I don’t understand the controversy it generated. Or maybe I do understand, but what I see confirms that it is not worthwhile to discuss The Passion in the context of that artificial and fleeting controversy. This is the first movie about the Passion in which any person – not only Catholics or Christians, but any viewer with a minimum of sensibility and openness to the transcendent - feels part of that historic event as an insider, even a protagonist, active within the story. As an insider, the viewer finds himself in front of a broken Jesus who looks at us, directly in our eyes and questions us. Jesus – thank you Jim Caviezel- looks into the eyes of the high priests, of Pilate - thank you Hristo Naumov Shopov-, Caifas, Herod, Mary – thank you Maia Morgenstern, into the eyes of Peter, Judas, John, Mary Magdalen, Veronica, Simon of Cyrene, and looks and is looked at the thief, the Centurion, and all and each of the other characters. In each one of them from Caifas and Pilate to Mary and John – we spectators see ourselves.
There is no place for victimization controversies: the spectators are at the same time each one of the characters and all of them at the same time, living that game of looks, some times allusive, some times hateful, some times of surprise, some times comprehensive, some times of admiration, some times of conversion that responds to Jesus’s gaze, always kind, caring, and wounded by love. As a spectator I am impelled to question the quality of my responsive gaze, while I watch the movie and especially after, once the story is inside of me. The tremendous beauty of the images that reminded me of the artwork of Caravaggio in its overcoming of the iconography of Fra Angelico, is complemented by the sound track that almost always knows when we need to stop seeing so much of this ingnominy, aware that also today and now all of us continue to slap, insult, and spit upon the innocent one who freely (even longingly) saves us.
Dozens of small, minute details make this movie great, and a monument to mercy. One detail among so many: The Virgin Mary and Mary Magdalen – thank you Monica Bellucci, mercifully cleaning the blood from the ground after the brutal scourging, with some towels giving by Pilate’s wife… In a previous post I wrote some words on a pessimistic thought from Kierkegaard about the hand of the artist in front of The Passion, incapable of putting us in His presence, and inclined to leaving us as spectators of a story from the past seen from far. Now I have to say that in the Passion at least in this movie of Mel Gibson, you cannot but be involved in the first person and in the present. One can't help but be more than a spectator. Our gaze encounters Jesus's again and again, at eye level. Jesus’s gaze is without even a shade of reproach and yet beckons, without demand, for a response. His gaze even leaves space for a coward escape. What is more, Jesus’s gaze portrayed in The Passion even leaves room for the demonic disdain of raving madness induced by satan- thank you Rosalinda Celentano.
Anyone could suppose that a subtitled movie spoken in Aramaic and Latin would lead the the spectator to remain as an outsider to the events portrayed, alert but distant from the Passion's drama. It is not so. While watching this movie, you must make an effort to remain a mere witness. Maybe, there is always a maybe, we should have been spared some of the repetitive details of cruelty on the way to Calvary.
The Passion is the first opportunity to see on the big screen something that responds closely to the vital sense and historicity of what we read in the Gospel. While watching The Passion, I was reminded of the prayerful description of the Scourging at the Pillar written by St. Josemaría Escrivá in his meditations on the Sorrowful Mysteries of the Rosary.
Pilate speaks: It is your custom that I release one prisoner to you on the Pasch. Whom shall I set free, Barabbas —a thief jailed with others for a murder —or Jesus? (Matt 27:17) —Put this man to death and release unto us Barabbas, cries the multitude, incited by their chief priests (Luke 23:18).
Pilate speaks again: What shall I do, then, with Jesus who is called Christ? (Matt 27:22) —Crucifige eum! Crucify Him!
Pilate, for the third time, says to them: Why, what evil has He done? I find no fault in Him that deserves death (Luke 23:22).
The clamour of the mob grows louder: Crucify Him, crucify Him! (Mark 15:14)
And Pilate, wishing to please the populace, releases Barabbas to them and orders Jesus to be scourged.
Bound to the pillar. Covered with wounds.
The blows of the lash sound upon His torn flesh, upon His undefiled flesh, that suffers for your sinful flesh. —More blows. More fury. Still more... It is the last extreme of human cruelty.
Finally, exhausted, they unbind Jesus. —And the body of Christ yields to pain and falls limp, broken and half dead.
You and I are unable to speak. —Words are not needed. —Look at Him, look at Him... slowly. After this... can you ever fear penance?
[Read the English version at the website dedicated to the writings of Opus Dei's Founder. By the way, I have no reason to believe that Mel Gibson had this text in mind while working on The Passion. This comparison between St. Josemaría's description of the "Scourging at the Pillar", from the Sorrowful mysteries of the Holy Rosary and Mel Gibson's The Passion is only meant to reflect my personal impressions. Mel Gibson based the script on Biblical and historical facts and on the diaries of Anne Catherine Emmerich (entitled “The Dolorous Passion of Our Lord Jesus Christ”). Read Hector Carreon’s point on the bothersome historical controversy about “who crucified Jesus?”. The historical answer, from the perspective of René Girard: The Pharisees and their High Priest Caiphas while blackmailing Pilate, and strangely adopting this roman-pagan (dyonisian) sacrificial point of view, instead of the traditional Jew-victims perspective (which has since been followed by many Christians). The real full answer for all seasons and all times to the question about who crucified Jesus is simply this one: "each one of us". Within the human race, here are no outsiders from redemption.]
This is what I have seen this afternoon on the screen. I could write a lot more, but it is enough to say that The Passion teaches us that all humans of good will are invited to participate as insiders in the Passion. You can test my claim when the movie premiers worldwide next ash Wednesday, February 25, 2004. [Visit the Official Movie site]. (Thanks to Norberto Gaitano, Robert A. Gahl, and to Hannia Wolf for their suggestions and help in doing this English version).
HO AVUTO OCCASIONE di vedere "The Passion" in anteprima e di parlare con Steve McEveety e sua moglie Susie. Steve e' il produttore - insieme ad altri - di buona parte dei film di Mel Gibson, compreso quest'ultimo. Grazie, Steve, per il lavoro fatto con Mel Gibson in The Passion.
Dopo due ore di silenzio e commozione personale, seguendo la pellicola, non comprendo la polemica nata intorno a questo film. O forse si' che la capisco, ma cio' che vedo mi conferma che non vale la pena di discuterne in un contesto polemico artificioso ed estemporaneo. E' il primo film sulla Passione nel quale qualsiasi persona - non solo cattolici o cristiani: basta un minimo di sensibilita' e di senso del trascendente - si sente avviluppata come un "insider" attivo nella storia rappresentata. E come "insider" si trova davanti un Gesu' distrutto che ci guarda negli occhi e ci pone domande. Gesu' - grazie, Jim Caviezel - guarda negli occhi dei sommi sacerdoti, di Pilato - grazie, Hristo Naumov Shopov -, di Caifa, di Erode, negli occhi di Maria - grazie, Maia Morgenstern - di Pietro, Giuda, Giovanni, Maddalena, Veronica, del Cireneo, e guarda ed e' guardato dal ladrone, il centurione e tutti gli altri. In ognuno di essi - da Caifa e Pilato fino a Maria e Giovanni - ci siamo noi spettatori.
Non c'e' posto per polemiche vittimistiche: noi spettatori siamo al contempo ognuno come tutti questi personaggi, vivendo questo gioco di sguardi, a volte elusivi, a volte odiosi, o sorpresi, comprensivi, ammirati, convertiti, che rispondono allo sguardo sempre amabile, tenero, colmo d'amore di Gesu'. Come spettatore mi sento spinto a verificare come sia il mio sguardo di risposta mentre guardo quello che accade nel film, ma soprattutto dopo, quando la storia mi rimane dentro. La tremenda bellezza delle immagini, che ricorda immediatamente la mano del Caravaggio e ignora l'iconografia del Beato Angelico, e' completata dalla colonna sonora, che sembra capire quando abbiamo necessita' di tralasciare la vista di tanta ignominia, coscienti che anche oggi e adesso, tutti noi, continuiamo a flagellare, ad insultare, a sputare sull'innocente che liberamente e volontariamente ci salva.
Decine di piccole cose, dettagli minimi, fanno grande questa pellicola, vero monumento alla pieta'. Un dettaglio tra i tanti: la Vergine Maria e Maddalena - grazie, naturalmente, a Monica Bellucci - che puliscono, raccolgono pietosamente il sangue da terra dopo la brutali frustate con stracci forniti dalla moglie di Pilato... In un post raccoglievo tempo fa un pensiero pessimista di Kierkegaard sulla mano degli artisti nei confronti della Passione, incapaci di calarci nel loro presente, inclini a lasciarci spettatori di una storia passata, vista da lontano. Devo dire qui che la Passione - perlomeno in questo film di Mel Gibson - non si puo' tralasciare di viverla in prima persona e nel presente. Il nostro sguardo s'incontra piu' volte con quello di Gesu', all'altezza dei nostri occhi. Si tratta di uno sguardo - insisto - amabile, senz'ombra di rimprovero. Uno sguardo che chiede risposta senza esigerla: lascia perfino campo libero ad ogni fuga codarda. O a qualsiasi dispezzo, fiacchezza o pazzia lucida indotta da satana - grazie, infine, a Rosalinda Celentano -.
Qualcuno potrebbe supporre che un film parlato in aramaico e latino, con sottotitoli, sia destinato a porre lo spettatore in una costante situazione di spettatore che rimane sulle sue, lontano dal dramma della Passione. Non e' cosi': bisogna fare uno sforzo per tralasciare di essere testimone di cio' che si vede. Forse - c'e' sempre un forse - mi sembra che ci avrebbero potuto risparmiare alcuni dettagli ripetitivi di accanimento nella salita al Calvario.
The Passion e' stata la prima occasione di vedere in uno schermo qualcosa che corrisponda da vicino al senso pieno e alla completa essenza storica di quanto e' scritto nei Vangeli. Ma anche - ed e' solo un altro dettaglio - riporta alla memoria quanto vissuto leggendo gli scritti di un santo che contemplava la Passione frequentemente, convertendo il lettore in un ulteriore testimone tra i personaggi del dramma. E' questo il testo scritto da San Josemaría Escriva' sul mistero doloroso del Rosario che prende in esame la flagellazione del Signore:
Parla Pilato: E' vostra consuetudine che vi rilasci un prigioniero per la Pasqua. Chi volete che vi liberi, Barabba ladro, arrestato con altri per omicidio o Gesù? (Mt 27, 17). A morte costui e liberaci Barabba, grida il popolo istigato dai suoi capi (Lc 23, 18).
Parla ancora Pilato: Allora che devo fare di Gesù, chiamato il Cristo? (Mt 27, 22). Crucifige eum! Crocifiggilo! (Lc 23, 21).
Pilato, per la terza volta, interviene: Ma che male ha fatto? Non ho trovato nulla in lui che meriti la morte (Lc 23, 22).
Il clamore della moltitudine aumenta: Crocifiggilo, crocifiggilo! (Mc 15, 14).
E Pilato, volendo compiacere la folla, libera Barabba e ordina di flagellare Gesù.
Legato alla colonna, pieno di piaghe.
Risuonano i colpi dei flagelli sulla sua carne lacerata, sulla sua carne senza macchia che soffre per la tua carne peccatrice. E ancora colpi. Cresce il furore. Ancora La crudeltà umana è al colmo.
Finalmente, esausti, slegano Gesù. E il corpo di Cristo soccombe al dolore e cade a terra come un verme, fiaccato e mezzo morto.
Tu e io non possiamo parlare. Non occorrono parole. Guardalo, guardalo a lungo
E poi avrai ancora paura dell'espiazione?
[Read the english version at the website dedicated to the writings of Opus Dei's Founder. By the way, I do not think that Mel Gibson not even had in mind this text while working The Passion. This approach between St. Josemaría's text of the "Scourging at the pillar", from the Sorrowful mysteries of the Holy Rosary on the one hand, and Mel Gibson's The Passion on the other hand, is just my personal point, not the Gibson's point. I'm no able soever to read Gibson's mind. Mel Gibson based the script on biblical and historical facts and on the diaries of Anne Catherine Emmerich (entitled “The Dolorous Passion of Our Lord Jesus Christ”). Read the Hector Carreon point on the historical and harassing controversy about "who crucified Jesus?". The historical answer, in a René Girard perspective: The Pharisees and their High Priest Caiphas blackmailing Pilato, and strangely adopting this one's roman-pagan (dyonisian) sacrificial point of view, instead of the traditional Jew-victims perspective (since then followed by Christians). The real full answer for all seasons and all times to the question about who crucified Jesus is simply this one: "each one of us". There are no outsiders from the mankind redemption.]
Questo e' quello che ho visto sullo schermo. Potrei scrivere tante altre cose ancora, ma basta cosi', nella consapevolezza, come esseri umani di buona volonta', che possiamo solo essere "insiders" in The Passion. Lo verificheremo quando il film uscira' in tutto il mondo il prossimo mercoledi' delle Ceneri, il 25 febbraio del 2004 (visita il sito The Passion - Official Movie). [Ringrazio Gabrielle Martinelli per questa versione italiana].
Yo quiero verla. Gracias por los comentarios.
Me alegra saber que Kierkegaard no tenía razón y que hay artistas capaces de representar la crucifixión haciéndonos, de algún modo, estar junto a Cristo, en la Cruz.
Si esto es lo que logra The Passion, gracias a Mel Gibson también.
Publicado por: csb | 10 diciembre 2003 en 01:29 p.m.
Thanks to Mel Gibson, we are going to finally engage the question of who did and did not kill MY relative and shine the VERY BRIGHT LIGHT on Opus Dei and other such Organizations. Its about time.
Publicado por: Leah | 30 enero 2004 en 08:30 a.m.
All of us, sinners, are responsible for the death of Christ. Thank goodness, it is also true that every year, Catholic liturgy gives us consolation when it sings blissfully on the Easter Vigil: "O happy fault, which gained for us so great a Redeemer!"
About "The Passion" by Mel Gibson, I can only say that I love the point made by Fr. Di Noia, a Catholic theologian, when he remarks: "There is a powerful Catholic sensibility at work here. In his recent encyclical on the Eucharist, Pope John Paul II says that Christ established the memorial of his passion and death before he suffered -- in anticipation of the actual sacrifice of the cross. In Mel Gibson's artistic imagination, Christ "remembers" the Last Supper even as he enacts the sacrifice it memorializes”.
(As far as I know, we, as spectators, see John recalling the Last Supper, and so that moment gets associated with the way the Lord is living it).
“For many Catholics who see these images - continues Di Noia - , Mass will never be the same".
Let's hope so.
Publicado por: csb | 31 enero 2004 en 11:02 a.m.
Gracias por su comentario
Publicado por: mac | 02 marzo 2004 en 10:37 p.m.
Yo también he visto "The Passion of the Christ", de Mel Gibson, y lo primero que puedo decir es que es conmovedora.
Me ha parecido que es una película que tiene la sorprendente capacidad de que una vez acabada, se vuelve como invisible. Desaparece como ficción, y se queda uno, frente a frente, delante de la realidad representada, es decir, del mismo Jesucristo, Segunda Persona de la Trinidad. Ya no es a Jim Caviezel a quien se ve –gracias, Jim, por tus miradas- sino al Hombre Dios que ha dado su vida por mí, por cada uno de nosotros. Cómo se entiende, entonces, y qué consoladora suena, aquella frase de Pablo de Tarso, dirigida a los gálatas: “la vida que vivo ahora en la carne la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal, 2, 20).
Ya no importa si María Magdalena es o no la mujer sorprendida en adulterio, ni si la esposa de Pilatos dio o no lienzos blancos a María, la madre de Jesús, durante la flagelación de su hijo. Lo que importa es haber experimentado que hay Alguien que perdona a quien se acerca a El con un mínimo de arrepentimiento, y que junto al Hijo -y todos somos hijos-, siempre está la Madre, que acoge, que fortalece, que se apiada con todo su ser al verle sufrir. Y, sobre todo, que entiende el por qué de tanto horror y lo acepta con amor.
“The Passion” es una película de miradas, se ha dicho en esta página, y es verdad. Me gustaría añadir que hay sobre todo una mirada, que no se ve, que acompaña constantemente el drama de Cristo: es la de Dios Padre. A su Padre se dirige Jesús al inicio de la acción, en la oración del huerto, y a Él van sus últimas palabras, antes de morir en la cruz. Sin contar las innumerables veces en las que mira al Cielo o murmura cosas que sólo oye Áquel a quien están dirigidas... y nosotros. Quizá por esa presencia invisible del Creador, el drama se vuelve cósmico y tiene tanto sentido esa escena brevísima, pero de una fuerza sobrecogedora, en la que vemos la desesperación de satanás y su hundimiento.
Esta es una película, en fin, que a mi modo de ver tiene esa peculiar cualidad de las obras de arte que, por su articulación interna –cada plano, cada tonalidad, cada movimiento de cámara, cada ritmo musical y, sobre todo, cada acción y de dentro de ellas, cada mirada y cada silencio están admirablemente entramados- logra hacer presente una realidad que trasciende a la obra misma. Y que es con lo que al final se queda el espectador.
En este caso, un drama de pasión y de amor que, como se ha dicho en esta misma página, interpela en personal, y que lleva a mirar más allá, mucho más allá, de la pantalla. O quizá “más acá”, dentro de la propia alma, para ver en qué tengo que cambiar para corresponder a tanto amor. No ya al representado por los actores que he visto (gracias también por tus miradas, Maia), sino al de Cristo mismo.
Gracias, Mel Gibson, gracias a todo tu equipo, por esta joya que, en poco más de dos horas, logra hacernos entrever el sentido de la propia existencia. Y, lejos de cerrar el horizonte con una muerte, lo abre con una última imagen que no sé porqué –o sí lo sé- me ha traído a la memoria el título de próximo libro de Juan Pablo II, que en italiano suena así: “Alzatevi, andiamo”.
Publicado por: csb | 30 marzo 2004 en 04:34 p.m.
Guarda come l’hanno ridotto!
Sì, sono andato a vedere La Passione di Mel Gibson. E devo dire che sono rimasto colpito. Non nel senso che mi suggerivano: attento, è antisemita!, fai attenzione è un’interpretazione sbagliata dei Vangeli!. O come leggevo in prima pagina di un giornale di diffusione nazionale: “il film più cruento della storia del cinema”. La Passione e dura, soprattutto la scena della Flagellazione. Ciononostante, chiunque abbia letto gli studi della Santa Sindone vedrà che i segni lasciati lì suggeriscono una flagellazione come quella filmata da Gibson. Inoltre, non è una violenza gratuita come si può osservare in tanti film. Qui ha un senso: si tratta del prezzo pagato per redimere l’Umanità. D’altra parte, penso che non è l’intenzione del regista fare la versione ufficiale della Passione, ma una sua interpretazione. Ce ne sono state tante… Lui usa molti simboli che possono piacere o meno. Personalmente non condivido alcune scene (il corvo che picchia uno dei condannati al supplizio della croce), ma nell’insieme, a mio avviso, è delle migliori rappresentazioni della Passione.
Riguardo alla polemica di antisemitismo, caso mai direi antiromana. La maggior parte delle colpe ricade sui romani. Certo, loro non protestano…Penso che il problema di fondo è lo stesso che accade venti secoli fa: non accettare che Cristo è il Messia annunciato nelle Sacre Scritture. Continua ad essere –cito parole di San Paolo- “scandalo per i Giudei, stoltezza per i pagani” (1 Cor 1, 23). Mi dispiace per loro!. In ogni caso, è un film per cristiani. Anzi, per cristiani che vivono la loro fede.
Sono rimasto colpito, dicevo, perché riesce a trasmettere molto bene i sentimenti dei due personaggi principali, gli unici che sanno realmente cosa sta succedendo: Madre e Figlio. Così si capisce come la Madonna soffre, ma non disperatamente. Lei sa –al contrario di tutto il resto, inclusi gli Apostoli- che è necessaria la morte di su Figlio e che proprio attraverso la sua Passione, Morte e Risurrezione tutti gli uomini potranno un giorno vedere Dio faccia a faccia. Invito a osservare il film contemplando gli sguardi della Madonna. E’ particolarmente significativa la scena della consegna del corpo morto di Gesù a sua Madre. Lei guarda suo Figlio e dopo guarda te (me, lo spettatore) come per dire: guarda come l’hanno ridotto, come l’hai ridotto!. Tutto questo l’ha fatto per te. Non dimenticarlo!
Publicado por: Joaquín G.B. | 06 abril 2004 en 09:24 a.m.
I THINK PASSION OF CHRIST IS A GREAT MOVIE.
Publicado por: nelly | 30 septiembre 2004 en 07:23 p.m.
fue tremendo orguyo ver esta pelicula me doy a demostrar la realidad de la historia de cristo . el impacto sobre la pelicula fue muy grande para mi me da orgullo en desir que la pelicula fue un trunfio . es ejemplar y muy sotifisticada . entodo momento la pelicula fue muy real significando que en question sobre los gorpes y los latigasaso . para mi la pelicula fue tremenda y me gustaria ver la mas de una sola ves . tengo un respeto muy granbde sobre lo que vi en esta pelicula .
Publicado por: La Nena 17 | 18 octubre 2004 en 04:55 p.m.
cuando vi por primera ves
la pelicula me gusto ,al principio me dio miedo como le danban los latigasos o cuando cargaba la cruz. Pero me puse a pensar que en realidad asi fue .pero me gusto su pelicula felicitaciones
jorge pereyra zea ica-peru
Publicado por: jorge pereyra zea | 10 marzo 2007 en 11:42 p.m.