Es posible discutir hasta el infinito acerca de si cabe hacer un juicio global, unitario, para calificar una película en la que simultáneamente se encuentran -por una parte- valores plásticos (la fotografía, un actor, etc.) o narrativos (personajes, estructura del guión, etc.), desde un punto de vista técnico y estético y -por otra parte- contravalores morales respecto del tema o asunto humano tratado (la apología de la eutanasia).
En esta tesitura se encuentran las dos buenas consideraciones sobre "Mar adentro", a las que me refiero ahora. La de Jerónimo José Martín, como crítico cinematográfico, separa ambos aspectos y escribe de cada uno de ellos según un criterio de equilibrio encomiable. La de Juan Manuel de Prada, como columnista, es un texto de una pieza, unitario y coherente.
He de decir que entiendo perfectamente el planteamiento y alcance del trabajo de Jerónimo José Martín, sobre todo cuando habla de la "trampa y carton" que ve en la pelicula, pero me siento más tranquilo después de leer los breves y contundentes párrafos de Juan Manuel De Prada. Pienso que la excelencia técnica en hacer o cometer una injusticia (en especial cuando además la técnica tiene pretensiones, y utiliza formulaciones artísticas) hace que esta injusticia resulte aún más grave. Y quien dice una injusticia grave, también podría decir un crimen contra la humanidad. Aunque ahora esta denominación esté prácticamente reservada para los crímenes del nazismo.
El caso es que no me inclino a entrar en apreciaciones acerca del buen funcionamiento técnico de los crematorios nazis, de la buena puntería de los asesinos, o del gracejo de los bellacos que insultan a mi madre. Tampoco me ha gustado destacar la belleza formal de las películas de Leni Riefenstahl, como "Triumph of the Will" (1935), documental de propaganda de la reunión del partido nazi en Nuremberg. Por mucho que se haya puesto de moda "recuperarla como cineasta", a la vista de su longevidad y de ulteriores documentales sobe la vida animal submarina. Y por mucho que se hayan olvidado algunos de los principios formalistas del cine soviético, de Dziga Vertov y de Serguei Mihailovich Eisenstein, entre otros, como instrumento artístico para "arar políticamente el cerebro" del pueblo, como hacía Slonimovskji con sus "trenes de agitación fílmica" recorriendo el país, para hacer nacer el nuevo "homo sovieticus", etc. Hoy ya no hacen falta trenes de agitación. Hoy casi no se habla de esos principios constructivistas -si es que se hace- mas que entre los expertos en propaganda ideológica política y en publicidad comercial. Aunque son principios de ordinario practicados todos los días, y con gran soltura (incluso "artística") en cine y televisión: "de la imagen al sentimiento, del sentimiento a la idea", predicaba el bueno de S.M. Eisenstein en sus lecciones en el Vgik.
Breve digresión sobre el decir y lo dicho
Y el caso es que, volviendo al caso concreto de imágenes, sentimientos e ideas que nos ocupa, resulta poco menos que insultante para la inteligencia encontrar en la prensa textos como éste, no precisamente rebuscado exprofeso:
"Aunque las posturas encontradas sobre la eutanasia quedan reflejadas en la película, no fue la intención del director defender una u otra opinión. "Sólo me dejé llevar por el personaje de Sampedro, pero es un tema sobre el que se terminará legislando. Aunque está claro que estamos con la postura de Ramón, porque su vida era suya". (El Mundo, 07 de Septiembre de 2004)
Al pensar en el uso que se hace de la razón práctica en estas tres frases con dos "aunques" y un "pero", uno se siente ligeramente sorprendido del uso sofístico del lenguaje. ¿Se habrá parado alguien a pensar y distinguir "cómo" quedan reflejadas las "posturas encontradas" sobre la eutanasia? ¿O es que ya es un lugar común de dominio público que una de esas "posturas encontradas" debe quedar malparada y otra bienparada? Quien escribe el artículo nos dice de entrada, sin más aportaciones sobre el particular, como si fuera un narrador omnisciente de ficción, cuál fue la "intención del director" ("no defender una u otra opinión") y éste, al ser citado a continuación -como para corroborar lo previamente dicho- afirma que lo que "sólo" hizo fue dejarse "llevar por el personaje de Sampedro". Sin transición, añade el director que "es un tema sobre el que se terminará legislando" (dando por identificado "legislar" con "legalizar"). Y concluye: "estamos con la postura de Ramón" (que es a fin de cuentas una actitud más "moral" o justiciera que la simple "legalidad"). Y todo eso, siendo su intención "no defender una u otra opinión". Todo un prodigio de incoherencia. Quizá es que buscan quedar bien con todo el mundo, en especial con la ideología del partido en el poder, que sólo quiere ser "progresista", dandos pasos al frente cuando se está al borde de un abismo como el de la eutanasia.
Quizá es que -a fin de cuentas- están en espera de que los ciudadanos pasen por taquilla para concretar en un testimonio financiero ("cash") sus "sentimientos de progreso". Algo que, a su modo, ha movido el sentido común y el coraje de Natalia Aspesi para escribir y publicar en "La Repubblica" , al paso del film (entre sollozos) por el festival de Venezia:
"E' bello il film? Forse, ma è difficile evitare un senso di disagio (...) Forse semplicemente si teme che le emozioni destate da uno spettacolo siano soprattutto una accorta operazione mercantile, su un tema, in questo caso, su cui si dibatte da sempre senza vero coraggio e vera pietà."
Vuelta al asunto principal
Como puede verse a continuación, lo escrito por los dos autores mencionados al principio no tiene nada que ver con el sinsentido de las posturas melosas y equilibristas del artículo de "El Mundo", y sí tiene que ver con lo planteado por Natalia Aspesi.
Jerónimo José Martín: "Mar adentro", una sentimental apología de la eutanasia. Aceprensa, 25-08-2004.
"El cineasta español Alejandro Amenábar recrea en tono hagiográfico la recta final del tetrapléjico gallego Ramón Sampedro, que se quitó la vida en 1998 después de defender ante los tribunales durante años su supuesto derecho a morir. La discutida película fue presentada en el reciente Festival de Venecia y pretende reavivar en España el debate sobre la eutanasia."
Leer la crítica completa, que incluye al final una documentada referencia de películas que tratan acerca de la eutanasia, el suicidio y los cuidados paliativos.
Juan Manuel De Prada. "Mar adentro". ABC, 6 de septiembre de 2004.
[Si] la intención del director hubiese sido celebrar esa capacidad decisoria del hombre para determinar los confines de su propia vida, tan respetable como la solución adoptada por Sampedro resultaría la de quienes, sobreponiéndose a las calamidades que los afligen, desean seguir viviendo. Pero no. Amenábar introduce una secuencia bastante rastrera en la que se mofa de un sacerdote (al parecer inspirado en una persona real, lo cual añade vileza al asunto), paralítico como Sampedro, que afirma su ansia de vivir. Al progresismo rampante y hegemónico, que tanto se regocija con el escarnio de lo religioso (de lo cristiano, convendría precisar), esta secuencia le resultará muy graciosa y estimulante; aunque, en puridad, se trata de una caricatura gruesa, de una abyección difícilmente superable (...) Resulta muy difícil enjuiciar una obra tan tendenciosa y manipuladora en términos estrictamente cinematográficos.
Leer el artículo completo.
Es más que probable que tenga razón De Prada, cuando dice, de pasada, que en España, "elogiar Mar adentro se ha convertido en «razón de Estado»". Y no sé por qué, me han venido a la cabeza historias de otros regímenes políticos, unos fascistoides, otros marxistas, en los que los elogios y los vituperios respondían casi siempre al afán de ser visto y tenido en cuenta como alabador o vituperador del cine o la literatura que se suponía acorde o discorde con la ideología política dominante. Ideologías que en sus estrictas valoraciones políticas, casi siempre tenían problemas de incompatibilidad con la libertad y los valores asociados a la trascendencia filosófica (metafísica) y sobrenatural (cristiana) del ser humano. Los intelectuales que realmente piensan y las personas que realmente practican su fe, siempre han parecido sospechosos a la "intellighenzia" de Estado.
Incluso puede que empiecen a parecer sospechosos quienes leen los periodicos esperando encontrar cuando menos un modo de pensar y un modo de decir que tenga un mínimo de coherencia racional y de veracidad. Es decir, esperando que su necesaria retórica no sea necesariamente sofística.
Coda final: tetrapléjicos silenciados
"Los tetrapléjicos que elegimos vivir somos miles pero estamos silenciados por la opinión pública". «Si hubiera tenido acceso a la eutanasia me habría perdido quince años de mi vida, mejores aún que los anteriores». Lo dice Maribel Campo, tetrapléjica, y lo corroboran los seis entrevistados por "La Razón" (8 septiembre 2004). Todos coinciden en que lo que debería apoyar la ley no es la legalización de la eutanasia, sino más ayudas y recursos para los minusválidos.
Luis de Moya es el sacerdote tetrapléjico que habló con Ramón Sampedro medio año antes de que éste se quitara la vida en 1998. Ahora recuerda ese encuentro y se sumerge en la cuestión de la eutanasia desde su condición de tetrapléjico a raíz de un accidente que sufrió hace más de 13 años. Médico y sacerdote, se ha encargado de distintas capellanías universitarias en la Universidad de Navarra, una labor a la que sigue dedicándose con las limitaciones propias de su estado.
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[Actualización (06 Mayo 2005): puede leerse, a propósito del film alemán "Ich klage an" [1941], como antecedente de película apologética de la eutanasia, en este mismo blog: "Mar adentro" (2): "Ich klage an" [1941], antecedente apologético nazi de la eutanasia.
[Actualización (06 Febrero 2005): tras lograr el Oscar, conviene quizá leer, aquí mismo, el post Oscares, Mar adentro, Million $ baby: discriminación por "razones de salud" para los tetrapléjicos.
Actualización (27 Enero 2005): tras la "nominación" por la Academia para los Óscares, conviene quizá leer, aquí mismo, el post Cosas veredes, Sancho: Oscar nominations y "Mar adentro" (+ 2 Actualiz. "on The Passion").
>> "Reflexiones sobre la eutanasia", por José María Pardo Sáenz, Profesor de Bioética, Universidad de Navarra (publicado en "Expansión", 16 de septiembre de 2004):
>> "Recetario para una campaña pro-eutanasia", por Miguel A. Martínez González y Jokin de Irala, Profesores de Medicina Preventiva y Salud Pública (Diario de Navarra, 22 de septiembre, 2004):
>> (1 de octubre 2004). Alejandro Amenábar ha ganado la pugna que libraba con Pedro Almodóvar ('La mala educación') y José Luis Garci ('Tiovivo 1950'). La película 'Mar adentro' ha sido elegida por la Academia española de Cine para representar a España en la competición de los Oscar. >> El corresponsal de "Frankfurter Allgemeine Zeitung" (6 septiembre 2004) en el Festival de Venecia, Michael Althen, califica a Alejandro Amenábar de manipulador de sentimientos, en su comentario sobre la película "Mar adentro". >> Es interesante seguir lo publicado en el blog Internetpolitica.com, y las razones presentadas en el nutrido diálogo acerca de este caso. |
>> Mar adentro: arte magistral para una ideología desoladora. "La historia de Ramón Sanpedro, el tetrapléjico que dedicó su vida a pedir que le mataran, está contada con destreza, pero carece de un contrapeso que represente a los millones de atribulados que apuestan por la vida." Por Eva Latonda (Forumlibertas.com). >> Me permito reproducir a continuación el texto completo del artículo titulado Mar, al fondo, de Ramón Pi en Diariodirecto.com. Breve y claro. Convincente.
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CREO K TENDRIA K SER OPCIONAL XK SI LA PERSONA ESTA SURIENDO PODRIAN DARLE LA OPCIÓN DE MORIR
Publicado por: carla | 23 noviembre 2006 en 05:54 p.m.