Pienso no tener especial obsesión o manía respecto del Grupo Prisa, como tampoco las tengo respecto de Mediaset en Italia, país en el que vivo, donde el peligro de monopolio del mercado de la comunicación y el entretenimiento es mayor que en España. Aunque en Italia no parece estar en juego, por el momento, el monopolio de la opinión pública o, cuando menos, de la opinión publicada.
Nothing Personal, Just Business
El caso es que ya he escrito aquí varias veces, desencantado, ante un modo de proceder que parece escasamente cívico, por demasiado chulesco o displicente, desdeñoso, advertido al leer El País, y referido por otras fuentes por lo que respecta a la Cadena Ser, al Canal Plus y demás medios audiovisuales del Grupo Prisa.
Esto podría haber creado, quizá, la suficiente mala conciencia para no seguir escribiendo del asunto, porque –a primera vista- parece de mal gusto insistir demasiado en la misma crítica. Pero las cosas no son así, y lo que sigue no es ni un exagerado exabrupto o salida de tono de mal gusto. Tampoco es esta introducción ninguna "excusatio non petita". Es otra cosa. De entrada, aclarar que lo que sigue es Nothing Personal, Just Business! Civic Business, naturally.
Lo que es de mal gusto es la machacona insistencia de esos medios del Grupo Prisa en –digámoslo así- posturas poco tolerantes y democráticas. Es de mal gusto proclamar conscientemente blasfemias [Drae: "Palabra injuriosa contra Dios, la Virgen o los santos. | 2. Fig. Palabra gravemente injuriosa contra una persona”]. Es penoso injuriar y mofarse de la fe de la mayoría de los ciudadanos. Es penoso que eso resulte moralmente –si no judicialmente- impune. Es poco serio sorprenderse de que haya gente a quienes esas presuntas “gracias” no les haga ninguna gracia. Falta civismo [Drae: "Celo por las instituciones e intereses de la patria. | 2. Celo y generosidad al servicio de los demás ciudadanos"].
No es buen augurio que alguien se escandalice de que no guste a todos bailar al son que marque un Grupo. No es buen augurio para la vida en una sociedad democrática que haya mucha gente que coincida en decir que llueve cuando alguien vuelca sus orines en la vía pública. No me gusta, ni es de buen gusto, que pueda darse en la realidad algo semejante a la estrambótica situación que Saul Steinberg, el lúcido y a veces ácido observador de la realidad, reflejaba en una viñeta [Cat with banner—"The International Association of Ornithological Organizations"—leads parade of small birds] publicada en el The New Yorker, el 15 de marzo de1969.
Por eso entiendo que al hablar ahora del Grupo Prisa no hay ninguna situación de “autoconciencia falsa”, incapaz de pasar de la mera “certeza” subjetiva a una conciencia “clara” de lo que tenemos ante la vista. Tampoco existe ningún bloqueo emotivo por algún tipo de interés especial (de clase u otros), que dé impresión de que escribir críticamente sobre algunos modos del Grupo Prisa sea parte de un “autoengaño” de tipo nietzscheano o de una “ideología” de tipo marxiano.
Como no es momento para hacer teorías sobre la autoconciencia, baste aclarar que no parece que el pensamiento haga en este caso una mala jugada, dando prioridad a lo que se presenta como “bien”, frente a lo que es simple “verdad”. En resumen: a pesar de los posibles pesares que a otros puedan asustar o acomplejar, en este caso no hay empacho en decir que continúa decepcionando la credibilidad del Grupo Prisa, es decir, la credibilidad de la mayor institución comunicativa mundial en lengua española.
El núcleo de la cuestión
La cuestión es que, tras unas saludables fiestas navideñas, me topo de frente con que el Grupo se ha empeñado más a fondo en su “campaña” (llamémosla así) laicista, o quizá –sin querer queriendo- de acoso anticristiano. Quien use la inteligencia al leer, sin autoengaños nietzscheanos, es capaz de ver a simple vista que desde dentro del Grupo Prisa (pudiéndolo impedir como se impiden otras cosas) se insiste con una regularidad que va más allá de lo fortuito y de los casos aislados, en mofas y befas (unas quizá elegantes, otras zafias), calumnias (unas solapadas, otras más explícitas), cuando habla de lo cristiano y de los cristianos, aparentando que lo hace con mera displicencia. Como si “lo cristiano” fuera un engaño que no debiera ser y “los cristianos”, pobres engañados que en cuanto tales están fuera de lugar, o de sobra en la realidad social. Que el Grupo Prisa patrocine el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con ocasión de la “obra teatral” titulada "Me cago en [censura]", a la que se considera una "provocación al odio por motivos religiosos", no parece ser un descuido pasajero. Que el Grupo Prisa se ponga al nivel del “Código” de Dan Brown, haciendo ver que el cristianismo es un gran “timo” histórico, resulta patético. Aunque trabajar con el objetivo de excitar la curiosidad morbosa del público casi siempre produzca mucho dinero.
Esta autosuficiente y a la vez torpe intolerancia (que se pretende solapada o aparenta ser festiva, que viene a ser lo mismo) me pone sin más e incondicionalmente de la parte de los “acusados”, hechos retóricamente “víctimas” que son al tiempo socialmente “culpables” e “indeseables”, como diría René Girard. Esta especie particular de intolerancia me pone automáticamente, sin más, de parte de los “ridículos” ciudadanos que tienen y practican la fe católica, y de parte del “ridículo” de la misma fe católica. Lo mismo que sucede con el simple recuerdo de los “pogroms”, los levantamientos anti-judíos promovidos por el nazismo político y social. El juego de ridiculizar a conciudadanos y que quiere ser inocente pero que a fin de cuentas consiste en amedrentar a gente concreta por sus creencias y estilo de vida, es algo termina por convertirse en cacería y carnicería, si no física, al menos moral.
Leo a Pio Moa (¿Es Prisa una empresa fascista?) diciendo que
Ahora, Prisa está metida de hoz y coz en una campaña típicamente jacobina contra la Iglesia. Que la Iglesia sea criticada no es ningún delito, sino lo más normal en democracia. Pero la "crítica" se convierte aquí en una mezcla de calumnia y burla soez, en un estilo muy característico. En vísperas de Navidad, un programa televisivo de la empresa explicaba "cómo cocinar un crucifijo": se le trocea, se lo unta con mantequilla y "al tercer día" sale del horno "en su punto"; las burlas contra el papa son tan frecuentes y zafias como puede esperarse de una mentalidad fascistoide; han llegado a grabar ocultamente confesiones en una iglesia de Madrid para reproducirlas entre risotadas en un programa radiofónico …
Todo ello vulnera el código penal que en su artículo 525 condena las ofensas a "los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa" y a quienes "hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican". Desde luego, Prisa y el Psoe cumplen escrupulosamente la ley, incluso con oficiosidad, cuando se trata de otras religiones, en especial la islámica, a la que estos audaces e ingeniosos bufones nunca osarían tratar como lo hacen con la católica. No hace falta decir por qué.
El "estilo fascista" es así.
Leo también que con fecha de 3 de enero de 2005, el diputado por Navarra Jaime Ignacio del Burgo ha presentado una denuncia ante la Fiscalía General del Estado contra los responsables de esa misma emisión del programa "Lo + Plus" del día 15 de diciembre de 2004.
Nuevas perspectivas para la convivencia cívica
No vamos a comparar sin más, porque no se puede ni se debe, el proceder de Prisa con los cristianos y el proceder nazi con los judíos. Lo uno está asomando a la historia, lo otro queremos que no lo olvide esa misma historia. De lo uno (incluyendo el affair europeo de Buttiglione) estamos siendo testigos o actores, de lo otro –declarado “mal absoluto” y comparado con la Pasión de Cristo por el judío George Steiner- usamos ahora para estigmatizar enemigos políticos. Pero no lo tomamos suficientemente en serio como la lección moral que es, y que conviene aprender y escarmentar. Porque, en cuanto nos descuidamos, entramos sin darnos cuenta y sin querer, en esa lógica diabólica, estrictamente inhumana.
Los cristianos tienen a gala y no les duelen prendas en llevar -cuando es el caso- una cruz a cuestas, que recuerda la Cruz de Cristo. Lo que parece que molesta es ver que hay quien quiere que sea una especie de cruz gamada. Haciendo juego –quizá- con una divertida estrella de David, blanca o amarilla, de nuevo diseño.
Es evidente que hay gentes a las que no gusta bailar al son de músicas que traen consigo este tipo de asociaciones de ideas. Gente que piensa que el contenido de una religión como la católica, no es asunto ideológico, ni en el sentido filosófico de Nietzsche o Marx, ni tampoco en el sentido político de las estrategias de poder, libertad y justicia, al uso en la mayoría de las democracias. Los asuntos de religión no son sin más equiparables a una ideología más de las que nos hemos dado los ciudadanos entre nosotros para vivir política y cívicamente, con dignidad.
Como decía Antonio Fontán, ex-presidente del Senado español, a propósito del último viaje de Juan Pablo II a España, y refiriéndose a su libro "Cruzando el umbral de la esperanza": "el pensamiento contemporáneo, a medida que se ha ido alejando del positivismo, ha avanzado en un descubrimiento cada vez más completo del hombre y del valor del lenguaje, incluidos el metafórico y el simbólico. La hermenéutica de Ricoeur y otros -entre ellos su muy querido Levinas- muestra desde nuevas perspectivas la verdad del mundo y del hombre."
Es importante para la convivencia ciudadana, no ya el respeto del silencio (para suplir insultos y chanzas mordaces), sino el que lleva a la atención intelectual y vital interesada en abrir los horizontes del mondo en que vivimos. Sigue Fontán: "el capítulo quinto del libro de la esperanza termina con una referencia a los filósofos del diálogo, principalmente Buber y Levinas, ambos judíos, y el primero profesor largos años en Jerusalén. Su "camino pasa no tanto a través del ser y de la existencia, como a través de las personas y de su relación mutua, a través del yo y del tú". Pero Juan Pablo II es ante todo maestro de espiritualidad y teólogo profundo: "La vida humana es un coexistir en dimensión cotidiana "tú y yo" y también en la dimensión absoluta "yo y Tú". Es el Tú de la Biblia, el Dios de Abrahan, de Isaac, de Jacob y de los Padres, y después el Dios de Jesucristo y de los apóstoles, el Dios de nuestra fe".
Un propósito para el 2005
Al desear un feliz año nuevo 2005, bueno es hacer público algún propósito, según se va acostumbrando entre las gentes de la red, como hacen ver en Tecnorati. No estaría de más el propósito de asegurar y cruzar estos umbrales cívicos mínimos y necesarios para la convivencia cotidiana, teniendo presente su imprescindible raiz absoluta. Aunque, acostumbrados a confundir unas cosas y otras, a veces nos parece que no hay absolutos, que en una sociedad que se precie de democrática todo es relativo.
La verdad es que no creo sea exagerado decir que todos tenemos hambre de absoluto, aunque a veces parezca que nos contentemos con sus apariencias. Todos sabemos -y en especial quienes escriben por profesión- que sin referencia al absoluto, hasta el relativismo absoluto es pura contradicción en los términos. Incluso el lenguaje ordinario, el no sofístico, es solidario con la absoluta (incondicionada y respetada) realidad.
No es mucho desear y pedir ánimos para vivir y respetar el civismo, siendo éste, en su segunda acepción del Drae, el "celo y generosidad al servicio de los demás ciudadanos". Vistos los ciudadanos como las personas dignas que somos, y no de otro modo (meros números, ya sea de trabajadores, de votantes, de lectores, de consumidores, o de lo que sea).
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[Actualización (11 Ene 05): bienvenidos los muy numerosos lectores de este post, desde Hispalibertas.com, Internetpolítica.com, Sisinono, y demás]
>> Hazteoir.org (10/1/2005) - "Boicot al Grupo PRISA por sus constantes ataques contra la libertad religiosa": ante la masiva respuesta ciudadana contra Canal+, el programa 'Lo + plus' ha pedido hoy disculpas ante su audiencia por la emisión del vídeo cristianófobo de Javier Krahe. Los presentadores de este programa han asegurado además que 'Lo + plus' siempre se ha caracterizado por su respeto a todas las creencias (sic). Hazles saber que no estás de acuerdo con esta última afirmación y anímales a manifestar su tolerancia con hechos y no sólo con palabras. |
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