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10 mayo 2005

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Otra vez con el mismo tema.

Es un error mezclarlo con el de los campos de concentración nazis, propio de 'pensamiento débil' (por su simplismo). Un asunto tan complejo no puede abordarse con símiles de escasa carga 'rigórica' (con perdón de la Academia).

Nos guste o no, la actividad económica es inevitable en nuestra sociedad, no por ello envilece o enaltece (es una de las rémoras del viejo catolicismo, a diferencia del protestantismo, el cual facilitó y honró la creación de riqueza, pero ese es otro debate).

Lo peor no son los políticos ni los empresarios, no, lo peor es la INDIFERENCIA de nuestra SOCIEDAD ante estos temas, que prefiere no abordar (implicaría PENSAR, práctica en desuso).

Desde la discusión anterior, ninguna información/conocimiento adicional me permite arrojar luz sobre la humanidad o no de un embrión de escasos días (parece ser que a los 14, como especificas, se produce la diferenciación celular).

Hay que llegar a un CONSENSO. Si hay que restringir el número de días de vida, restrínjase, pero desde argumentaciones científicas, que es lo único OBJETIVABLE.

El tema anterior es discutible, lo que no lo es tanto, es el comercio, negocio, que se está produciendo en las clínicas abortivas españolas con pacientes no españolas (Barcelona a la cabeza). ¿Hasta qué punto es lícito permitir tales prácticas con personas que buscan aquí las facilidades que no tienen en sus países?

Demasiadas veces, la excusa de la LIBERTAD enmascara prácticas MUY DUDOSAS (aunque sea legales). Dejarlo todo a la libertad de mercado tiene sus peligros (no, no soy liberal, tampoco estatalista -no me gustan las etiquetas, y menos los ismos).

********************

REPROCHE:

No a ti, pero sí a tantos otros. ¿A qué esperan a dar el paso a la red y publicar sus opiniones? La red, la blogosfera, están siendo despreciadas por la gente del pensamiento (sea cual sea). Si los medios de comunicación obvian o trivializan estos asuntos, ¿qué mejor que saltárselos?

A favor o en contra, pero SIN INTERMEDIARIOS.


PREGUNTA:

¿Cuántos de tus discípulos tienen/escriben en bitácoras? El periodismo es PRACTICA.

Eh, bien, oui!, como dicen los franceses: desde luego que sé que por desgracia estamos de nuevo ante "el mismo tema". Y sé que en general las comparaciones resultan odiosas. Y sé que esta es particularmente dolorosa. Y sé que incluso es considerada extremadamente injusta, así de entrada. Y sé que hay mucho sentimentalismo egoísta disfrazado de argumentación científica y con ribetes caritativos. Y sé que no hay razones "científicamente científicas", ni para hablar de 14 días ni para hacerlo de dos diezmilésimas de segundo, cuando lo que está en juego es el "instante". Y también sé que esto no es "pensiero debole", porque -entre otras cosas- por el momento hay que hacerse violencia para manifestarlo sin ambages, sin demasiados rodeos de palabras o circunloquios, dado que va contracorriente.

Por eso lo que resulta más incómodo de los implícitos de este escabroso asunto es ponerse a pensar un poco ante el ingente cinismo con el que algunos o muchos legisladores y algunos o muchos empresarios y algunos o muchos científicos, y algunos o muchos periodistas lo tratan. Y sobre todo, el ingente cinismo con el que algunos o muchos de esos u otros sectores de la sociedad lo callan. Porque, una vez que han "dictaminado" sobre el asunto algunos políticos (ahora sobre todo socialistas) e intelectuales (ahora sobre todo colaboradores de El País) que se autoproclaman oráculos de la sociedad y guardianes del progreso de la humanidad, ha sido declarado asunto "tabú" (Drae: Del polinesio "tabú", lo prohibido. Condición de las personas, instituciones y cosas a las que no es lícito censurar o mencionar).

Ciento que hay muchas cosas que -a pesar de los pesares- no se quiere pensar, en serio, porque implica trabajar científicmente en serio, con mucho tiempo y muchas cautelas por delante. Cierto que a la vez no se quiere saber, en serio, porque implica plantearse saber también moralmente en serio. Cierto desde luego que no hay peor sordo que el no quiere oir. Y desde luego, también cierto que -de ordinario- como decía un científico: no hay "temas agotados por los hombres", sino "hombres agotados por los temas". Y en concreto, en el ámbito de la bioética sucede esto de modo clamoroso.

Sólo a modo de ejemplo, uno entre los cientos que pueden encontrarse, tengo a mano un viejo artículo de mi colega y amigo Gonzalo Herranz, médico y humanista al que no arredran las cuestiones complejas, y que -lejos del furor o la "furia cientifista" - no sólo respeta a los colegas, sino que se respeta a sí mismo como científico y como ciudadano. Es decir, piensa y estudia las cosas y también actúa en foros públicos. Dice así, en lo relativo al conocido asunto, no resuelto, de la experimentación con embriones congelados, bajo el título "El sacrificio de prisioneros de guerra y los embriones congelados":

"(...) Desde hace meses, científicos y filósofos, políticos y pacientes, tratan de persuadir a los ciudadanos, a los legisladores y al Gobierno de que ya es hora de autorizar la experimentación con embriones congelados. Los medios de comunicación, casi al unísono, apoyan la demanda. Nos dicen que es cosa urgente, pues hay que disponer cuanto antes de células troncales embrionarias con las que curar a miles y miles de pacientes. Científicos y medios se expresan con tanta confianza y fuerza persuasiva que disentir de ellos parece una extravagancia. Oponerse al uso de embriones para derivar de ellos esas células curadoras es arriesgarse a que le tachen a uno de persona de corazón duro, incluso de fanático y contrarracional. Tal como está el patio, parece que a un lado se alinean la ciencia, el progreso, el coraje ético y la compasión; y, al otro, la ignorancia, el estancamiento, la falta de redaños morales y la dureza de corazón.

Pero ¿es eso así? ¿Es justo clasificar a personas y actitudes según ese escaque de blanco y negro, de lucidez y torpeza? ¿Son tan conspicuos los argumentos de un lado y tan estúpidos los del otro?(...)"

La respuesta es: no. No es esto así. El problema, Maty, es que parece que a fin de cuentas no se quieren estudiar ni discutir, de verdad, razonablemente, estos temas. Porque son realmente complejos y en ellos intervienen -al mismo tiempo, y entre otras- razones científicas, políticas, morales y económicas. Y el tiempo necesario y disponible y la paciencia y la moral y las ganas de saber lo que está en juego, por parte del científico no es el tiempo y la paciencia y la moral y las ganas de saber del político o el empresario. El que busca "saber" no funciona con el mismo sistema de criterios de quien busca el "éxito".

Y el llegar a un consenso no siempre es la primera prioridad, porque hay asuntos en los que la auténtica libertad de actuación no proviene sin más del acuerdo pragmático legislador, si no va acompañada de un saber semánticamente verdadero acerca de las cosas que están en juego.

Es cierto que, como dices, "la excusa de la libertad enmascara prácticas muy dudosas", sobre todo si -como también apuntas- se trata de entrada de la libertad del mercader (liberal a ciegas) o la libertad del legislador (estatista a ciegas).

Dice Gonzalo Herranz en ese mismo texto antes citado:

"(...) Las vidas humanas no valen menos porque nadie las llore. La saturación de tragedias que nos revela el telediario cada día está quemando nuestras reservas de compasión. Nuestra capacidad de comprender y emocionarnos no nos alcanza para conmovernos por los que mueren a consecuencia de catástrofes naturales, accidentes, crímenes terroristas o no, sobre todo si ocurren lejos de nosotros. No se llora por los embriones que se pierden espontáneamente o que son abortados. Pero no ser llorado, no ser conocido o no ser deseado no hace a esos seres menos humanos o menos valiosos. La deficiencia de valor no está en ellos.

"Total, van a morir... Pero nuestra postura ante su muerte no es asunto indiferente. El modo y las circunstancias de su muerte son asuntos éticamente decisivos. Y una cosa es reconocer lo inevitable de su muerte absurda, que pone fin a una existencia todavía más absurda, y otra muy distinta es consentir en su sacrificio en el altar de la ciencia y sentirse redimido y justificado. Su muerte, inevitable, no es pasivamente presenciada, sino que es activamente consentida, programada, usada en beneficio propio. Es reducir a los embriones a la condición de meros medios con los que se satisfacen los deseos de otros: al principio, para cumplir unos proyectos parentales que los han dejado en el frío; después, unos proyectos de investigación que los dejan crecer hasta blastocistos de cinco días para reconvertirlos en células que nada tienen que ver con su propio proyecto de vida.

"En Bruselas han optado por pensarse un poco mejor dónde poner el dinero. Nosotros necesitamos también tiempo para decidir dónde ponemos el alma, porque estamos ante una decisión histórica. Paul Ramsey lo dijo muy bien: "La historia moral del género humano es más importante que la historia de la Medicina".

El reproche y la pregunta que haces como coda final no hace sino reflejar el miedo que -al menos hasta el momento- parece bloquear las voces de quienes podrían decir lo que piensan. O también las de quienes piensan que no saben de estos asuntos y se quedan en la penumbra comfortable de sus rincones de especialistas en otros asuntos menos peliagudos. En vez de estudiar lo que dicen los que saben y salir a la luz de la palestra o del "palcoscenico", del escenario de la opinión pública. Que desde luego no coincide con la "opinión publicada". Sobre todo, si quienes podrían y deberían -como académicos o como profesionales de la comunicación, en principio capaces de "pensar" y de "decir"- renuncian a intervenir ante la desoladora indiferencia de una sociedad más o menos timorata.

Como imaginas, a veces, al escribir -como sucede en este caso del pentagrama alambrado- me parece que no está de más proponerse sacudir la conciencia de quien quiera leer lo escrito.

No me cansaré de repetirlo, leerte es un placer, pues el respeto a la palabra, a la sintaxis, en definitiva, a la correcta dicción, no abunda en la red española.

Coincido plenamente con tu exposición en lo referido a la dignidad y el respeto intrínseco a toda persona, nuestra discrepancia, insoluble, radica en el tiempo de vida.

Cada día reviso la blogosfera (unas cien, gracias a los lectores de sumarios RSS), la banalidad la preside. No se abordan temas fundamentales y, cuando lo son, los epítetos y descalificaciones personales suelen aparecer.


"Oponerse al uso de embriones para derivar de ellos esas células curadoras es arriesgarse a que le tachen a uno de persona de corazón duro, incluso de fanático y contrarracional. Tal como está el patio, parece que a un lado se alinean la ciencia, el progreso, el coraje ético y la compasión; y, al otro, la ignorancia, el estancamiento, la falta de redaños morales y la dureza de corazón."


Tener creencias y defenderlas apasionadamente genera sospechas en esta sociedad, donde todo es tan relativo y hedonista. Sospechas e insultos, como recientemente recibí de parte un conocido 'bloguero', con gran formación científica, pero de escasa formación cívica (llevo días dudando de si escribir un largo artículo al respecto del civismo -su ausencia- en la red).

Ya es hora de dar el paso y participar en la blogocosa. No tengo reparo alguno en referenciar y reseñar los contenidos con un mínimo de calidad, los comparta o no. Así que quien dé el paso, no dude de que será seguido.


Acabando, escribiste: "denuncian a intervenir ante la desoladora indiferencia de una sociedad más o menos timorata".

Es lo que padezco con mis denuncias del nacionalismo catalán (cada vez más excluyente). Quienes realmente son víctimas callan, no se movilizan, no actúan. Cansa 'predicar' ante tanta sordera social, máxime cuando yo mismo no me considero perjudicado por sus excesos.

Defender los derechos y deberés de los demás cuando estos no se sienten perjudicados (al menos no se manifiestan públicamente), desanima. Muchas veces tengo la tentación de 'tirar la toalla' y preocuparme más por mí y mi entorno cercano, dedicándoles más tiempo del que les dedico desde hace unos años, tras mi irrupción como maty en la red en castellano.

Por eso, aunque discrepamos, te comprendo perfectamente. La INDIFERENCIA ante el SUFRIMIENTO AJENO es un síntoma más de las enfermedades que azotan a nuestras sociedades.

Un detalle: en la red casi nadie habla del sufrimiento de los que sufren. El otro día Marta Salazar (reciente descubrimiento) sí que lo abordó. ¿Eco en la blogosfera? Ninguno, salvo mi bitácora. Son esos detalles, su suma, lo que a veces provoca mi desazón, mi desánimo.


La pobreza y el desempleo aumentan el riesgo de enfermedad

Tú mismo sufres tal indiferencia, incomprensible, dada la calidad de los contenidos que generas. ¿Incomprensible? ambos sabemos que no. Tiene un nombre: SECTARISMO.

Insoluble => Irresoluble.

Me alegro mucho de leerte, una vez más. Y no es fruto de ninguna soledad ante algunos síntomas de la indiferencia ambiental, sino mñas bien la alegría viene con lo que dices y con las razones y el modo de decirlo. Y bien sabes que esto no es "coba" (Drae: "halago o adulación fingidos"). He visto por casualidad, entre otras cosas dignas de agradecimiento, que vas dejando caer por diversos blogs la existencia de éste. De nuevo mil gracias... Ya me gustaría tener algo más de tiempo y algo más de dominio de la blogocosa y hacer lo mismo contigo y tus defensas razonadas y ardorosas ante intolerancias nacionalistas, lingüísticas, tecnológicas y de otras índoles...

Pienso que tienes razón al decir que en algunas cosas, discrepamos. Pero me parece ver que es más lo que une lo que te leo y lo que escribo, que lo que separa las cosas publicadas. Desde luego, pienso que la tolerancia entre las personas es precisamente lo único que permite discrepar en el modo de ver algunas cosas, sin caer en el relativismo y el cinismo, hoy tan en boga. Si no, lo que sale al paso es la pura invectiva (Drae: "discurso o escrito acre -áspero, desabrido- y violento contra alguien o algo"). Que según dices, encuentras con pena y sin gloria en buena parte de la blogosfera hispana. Algo de eso mismo ya he podido observar también, incluyendo algún que otro puñal clavado en espaldas ajenas. Y desde luego, como vienes insistiendo, he visto también muchas indiferencias, que quizá nacen tanto de sectarios (Drae: "secuaz, fanático e intransigente, de un partido o de una idea") como de fervientes observantes de lo ideológica y políticamente correcto, temerosos de perder el paso que otros marcan.

¿Qué puedo decir sobre las cosas que ves alrededor y que te invitan al desánimo? Pues 1) que las cosas que mencionas -entre otras- son efectivamente ciertas, y 2) que es mejor no rendir el ánimo. Aunque sólo fuera por vivir en paz con la propia conciencia. Conciencia que desdde luego no tolera la indiferencia ante el sufrimiento ajeno...

Por último, te diré que he tenido una visita de Marta Salazar, hace unos días, a la que contesté aquí mismo. Su sitio desde Alemania me parece muy digno de ser seguido, incluso en el caso de quien sea un "ignorante tendencial" de la economía y el derecho en cuanto tales (como es mi caso), porque hay otras cuestiones sociales que sí resultan de enorme interés al verlas bajo esas luces, distintas de las de la propia experiencia académica.

A ver si resulta que tu desazón y desánimo ante el silencio bloguero en torno a lo que recoges de Marta Salazar, en este caso, y el silencio ante tantas otras ocasiones más, del mismo estilo, va a ser -en buena parte- el silencio de quienes callan porque otorgan. Pienso que en muy buena parte es así. aunque resulte escasamente cívico en los tiempos que corren. Y no es por consolar, a propósito del "mal de muchos". Ese mal siempre ha sido y se ha llamado "epidemia". En este caso, epidemia de indiferencia por parte de unos y epidemia de timoratos (Drae: 1. "tímido, indeciso, encogido. 2. Dicho de una persona: Que se escandaliza con exageración de cosas que no le parecen conformes a la moral convencional") por parte de otros.

Hoy me ha salido el día de escritura larga y mucho diccionario. Debe ser que el cielo está un poco plomizo, por estos lares. Ánimo.

PS-- Olvidaba decirte que -si piensas escribir sobre el civismo, asunto que bien sabes me importa, y mucho- puede interesarte lo que he publicado aquí, de mi amigo y colega Alejandro Llano, otro "llanero solitario" (que de ordinario goza de buenas compañías), acerca del civismo: del "humanismo cívico", para ser exactos. Entiendo que el "humanismo cívico" puede ser precisamente un aglutinador de esfuerzos futuros que -según puse arriba (perdón por la autocita), en el lateral izquierdo de este blog- no ha nacido precisamente ayer: pienso que cabe escribir "under the idea of "respect of human dignity" in writing fiction and non-fiction, and under the generic umbrella of the principles of contemporary "Civic Humanism", one of the most relevant theories in present day political philosophy. The philosophical roots of "Civic Humanism" can be found in the aristotelian practical philosophy, especially in the notions of good citizen, good life, common good and teleological praxis. There is also a continuity from the start of "Civic Humanism" in Renaissance until its revival in XX Century."

La comparación es un tema complicado. A mi modo de ver por dos razones, fundamentalmente. 1) La comunidad judía desea mostrar su "holocausto" comno único y sería rebajarlo, poner al mismo nivel los abortos que se practican actualmente. 2) No hay consciencia de que realmente, con cada aborto, se elimina, se termina con una vida humana.

La teoría de la hominización, de acuerdo a la cual, el hombre no sería hombre desde la concepción, sino que, durante el proceso de embarazo, devengaría en hombre, está muy dentro de la mente de la mayoría de nuestros contemporáneos. Y no los culpo, la mayoría de los abortistas (casi todos mis amigos) no piensan así por "malos", sino por ignorantes, porque si te dicen, desde el colegio que el feto no es ser humano y lo fundamentan con citas científicas, qué más te queda que pensarlo!? La labor de los grupos pro-vida no es suficiente, ellos no pueden sustituir al colegio, ni al ambiente. Además, efectivamente, muchas veces, las mujeres embarazadas quedan en una situación verdaderamente muy mala y la sociedad -familia, novio, amigos, colegas, vecinos- no la ayudan en absoluto, sino que muy por el contrario, la juzgan. Y eso es una verdadera injusticia social. Hay iniciativas de ayuda en todos los países; pero, no serán muy pocas? Además, no nos podemos quedar en la ayuda institucional, pienso yo.

Volviendo al tema inicial, como no hay consciencia de que el aborto es realmente un asesinato, se rechaza la comparación, pues es común que, cuando a alguien no le gusta algo, lo tilde de nazi... Pero, me parece que la comparación es lícita y además es verdadera, aunque no se entienda. De lo que no estoy segura es si con ella se "llega", se "alcanza" a toda la gente o, cuando la leen o escuchan, se ponen la coraza y no quieres saber más del interlocutor que plantea el tema.

Para mí es un ejemplo la actitud del Cardenal Meissner, de Colonia. Él hizo la comparación durante una homilía en la catedral -hace no mucho tiempo- y, debido a las protestas de los judíos en Alemania, pidió disculpas si los había herido u ofendido y retiró los párrafos del texto escrito. Evidentemente es este una actitud que refleja una gran magnanimidad. Pienso que depende un poco del público y del país.

No tengo intención de agotar el tema y habría mucho más que discutir, son meras reflexiones al pasar.

Muchas gracias, Marta, por lo que dices y por como lo dices. Suscribo cada uno de los puntos de tu razonamiento en dos partes.

Pienso que entiendo bien las razones de quienes propugnan 1) la exclusividad del Holocausto: soy lector habitual de George Steiner, y comprendo las razones culturales para que el Holocausto sea el casi exclusivo referente actual disponible para mantener viva buena parte de la identidad de la comunidad judía.

Pienso también que entiendo bien lo que pones de manifiesto en 2) la ignorancia acerca de lo que está en juego con la vida humana. En parte debida a omisiones en el pensar, decir, argumentar y encontrar modos y medios de difundir y divulgar lo que científica y filosóficamente "se sabe", que es mucho y muy interesante. Y en parte a la reducida difusión que alcanzan incluso cuando se trata de conocimientos no exclusivamente super-especializados. Para muestra, un botón: por ejemplo, este completo e interesantísimo curso de Deontología Biológica -en la Universidad en que ahora soy profesor visitante- pone sobre la mesa no pocas razones y explicaciones científicas y razonadas, relacionadas con la hominización que mencionas, entre otras muchas cuestiones de gran interés en este mismo campo del saber. El curso es bueno, y está abierto en la red, como otros tantos: ¿cuantos, que hablan de estos temas como si fueran el oráculo de Delfos, conocen o mencionan esta documentación? Tienes razón: por esta parte hay ignorancia, hay falta de conocimientos genuinos.

Y pienso que por otra parte también hay ignorancia, debida en muy buena parte a numerosas acciones que ponen en circulación visiones pobres y defectuosas de las cosas, genéricamente utilitarias. Visiones que tienen una fuerte carencia de respaldo racional, científico y filosófico, y un exceso de sentimentalismo y de ideologías políticas ligadas aún a la estricta modernidad (ni tardo- ni post-modernidad), presentadas de ordinario asociadas al inevitable e imparable "progreso de los tiempos", un tren que no hay que perder en absoluto, por hablar en términos genéricos. Ideologías de la absolutización del momento, del éxito instantáneo, del "carpe diem", del "toma tu dinero y corre", del "show me the money", del "qué saco yo de ésto", del "ese no es mi problema", etc. etc., según las cuales no hay que estudiar ni siquiera considerar demasiado a fondo las cosas, ni en su fundamentación ni en sus consecuencias a medio o largo plazo. Ideologías de la superficialidad emocional, sentimental y del "pensiero debole", que -efectivamente- dicen promover una genérica "new age" de paz y felicidad, un definitivo paraíso terrenal o cosa semejante.

Me parece que no suelo ser agorero, pero no estoy tan seguro de que -instalados y diariamente confirmados en el consumismo de una sociedad dominada por el mercado y los mercaderes como "lo único que, a fin de cuentas, cuenta"- hayamos logrado obviar de una vez por todas un mundo dominado por el fascismo temido por Orwell. U otro tipo de nuevo totalitarismo de rostro y talante amable. Habría que estar ciegos para no ver que estamos inmersos en el peligro real de deslizarnos hacia algo semejante al mundo entrevisto por Aldous Huxley, en el que -entre otras cosas- predomina el olvido de la propia dignidad y la irrelevancia de la propia vida.

Volviendo al asunto: pienso que a veces hay que (o no pasa nada por) decir algo que puede sonar "obnoxious nasty", malsonante sin llegar a detestable, dada la hiper - sensibilización del contexto cultural, con objeto de despertar un poco las conciencias. Y luego, si es el caso, hacer como el Cardenal Meissner, de Colonia. Se pueden pedir disculpas y quitar los párrafos, por supuesto, pero nadie puede quitar ya lo que ha pasado por las conciencias de quienes oyeron o leyeron aquellas frases. Magnanimidad y sentido común. Porque junto a la hipersensibilidad hay, como dices, auténticas corazas personales que rechazan de plano un diálogo racional sobre asunto de vital importancia.

A veces me parece que no pasa nada por romper o desgastar las corazas personales de que hablas como hizo Josué con las murallas de Jericó, aunque pueda parecer ridículo. En algún lugar escribí que la mera posibilidad de plantear un rodeo práctico en torno a la alta teoría filosófica, o a la ideología dominante, en vez de un inútil ataque frontal, recuerda "lo sucedido en el bíblico cerco de Jericó: aquellas vueltas aparentemente inútiles de las huestes de Josué en torno a la ciudad amurallada que pretendían conquistar, la más antigua según los historiadores. Lo que sucedió tras este proceder (inútil e incluso ridículo, para más de un observador) fue que al séptimo día -proferido el grito de guerra por estos peculiares asediadores- las murallas se derrumbaron sobre sí mismas, y Josué y su pueblo lograron entrar hasta el mismo corazón de la ciudad."

No estoy seguro de que tal cosa suceda, así, sin más, en este caso. Pero me parece también un modo razonable y novedoso, incluso divertido y prometedor, de actuar ante algunas situaciones aparentemente inamovibles. Y como tampoco pienso que sea posible agotar el tema, aquí quedan estas consideraciones a vuelapluma. Muchas gracias de nuevo por las aportaciones.

Sólo dos ideas que se me han venido a la cabeza mientras leía:

- El domingo, precisamente, discutiendo sobre diversas posturas de la Iglesia sobre el matrimonio homosexual, el preservativo como barrera contra el Sida y otros temas, una persona me echó en cara: "es que yo no me vengo con un volumen de estadísticas y datos como haces tú para discutir sobre el Sida". No llevaba ningún libro bajo el brazo, simplemente estaba diciendo los datos que había buscado sobre el tema, pero le pareció muy mal a mi "público" que me hubiera documentado y me pareció muy curioso. La New Age esta que nos ha tocado vivir se basa en la pura negación de la realidad. No interesa la realidad sino esa confusión y ambigüedad del que no está despierto del todo y que no quiere que le espabilen.

- Con lo de Jericó me acordé de algo que ya no sé si es verdad y que quizá Marta podría aclarar. Antes de la caída del Muro de Berlín, durante muchas noches, cientos de jóvenes en Leipzig daban vueltas alrededor de una de las iglesias protestantes, en señal de pacífica protesta. Es algo que tengo borroso en el recuerdo y ya no sé si pasó o lo soñé. :o) Si es verdad, merece la pena seguir dando vueltas.

De nuevo muchas gracias, Montse, por tus reflexiones y comentario. Espero con curiosidad saber qué pasó en Leipzig.

Por si resulta de interés saber algo más acerca de lo que el Vaticano piensa acerca de la "New Age", en su documento del 3 de febrero de 2003 casualmente tengo aquí el link: "Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”.

Si parece largo, aquí hay un resumen y unos breves comentarios, adecuados al texto y en inglés, de Amy Welborn: "What the Vatican’s statement on New Age movements does – and doesn’t say".

Tienes razón, cunde más bien la sensación algo lánguida de gente más bien superficial, como vitalmente adormilada o adormitada (dice el Drae), que parece encantada con "dormicchiare", con "to doze", sin que nadie les despierte, quizá para no tener que vivir ante la realidad real, en su riqueza y complejidad entera y verdadera (no siempre fácil, amable y divertida, no siempre triste, difícil y oscura) que tienen -y que todos tenemos- delante: las exigencias, los sabores y también los sinsabores de su vida personal y los de la vida de los demás. Hay comportamientos que, aunque tengan una aparente buena vitola sentimental, a la hora de la verdad terminan degradando, al menos un tanto, la vida y la convivencia cívica.

Efectivamente, se reunían en la Nikolaikirche (iglesia luterana), encendían velas. Y se reunían a rezar por el fin de la RDA. Se dice que los alemanes encienden velas, como los sureuropeos dan besos. Hay muchas diferencias en la piedad y, por tanto, en la forma de vivir la fe, entre la iglesia latina y la anglosajona o la eslava, como Joaquín García-Huidobro puso de manifiesto en el envío que puse en mi blog sobre el "cristianismo manco" . Acerca del papel de la Iglesia evangélica en el fin del comunismo en la RDA existe controversia. Sería un tema fantástico para un doctorado.

Yo pienso -a lo mejor debido a mi experiencia de los últimos años- que los "rodeos" no son necesariamente rodeos - pérdida de tiempo. Se trata de construir las bases de un edificio que será levantado más tarde (más pronto). Hay que llegar a acordar ciertas ideas fundamentales, ciertos principios, sobre los cuales construir. Esto, por cierto, sin aguar la verdad. Pero hay que empezar por ahí y hacerlo me parece cada día más urgente.

Es, un poco, lo que decía un profesor mío: no se puede correr antes de aprender a caminar...

(Gracias por la dirección del curso de deontología!)

Gracias a los dos por la información. Definitivamente, JJ, hay que verse en Colonia y que Maty se apunte al viaje. Digo lo de Colonia porque Marta ya está allí, yo quiero ir, y eso hace un 50 por ciento de asistentes. :o)

O.K.
Nunca antes habia leido cosas tan interesantes y tan profundas en la red.
Thank you (you, all, I mean).
Baobab
Recomendare su blog a cuantas personas conozco. De verdad

Muchas gracias, Baobab, por los elogios y las recomendaciones sobre el sitio, en nombre de los que han escrito comentarios en esta anotación del mes pasado. Se lo diré por correo. Ánimo, que también se puede participar.

Te recomiendo el libro "Como si yo no estuviera" de Slavenka Drakulic...

Buenas!! estoy enamorado de esa imagen... podrías decirme de dónde sale? gracias!

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