Hoy publica el New York Times un artículo titulado "Sprinkling Holy Water on 'The Da Vinci Code'". El mismo texto aparece también en el International Herald Tribune con el título "'Da Vinci' film: What role for religion?". En él se ofrece noticia pública de las consultas hechas por los producctores de la película (Sony Pictures) en entornos cristianos, buscando ideas y sugerencias para "no molestar" o "no quedar mal" ante audicencias cristianas con esa película. Una vez leído, parece como si hubieran estado buscando sugerencias para nadar (ganar mucho dinero con la película) y guardar la ropa (no molestar a los inicuamente representados en ella).
El artículo habla de las ideas discutidas con Barbara Nicolosi (ver lo que ella cuenta en su blog acerca del asunto; ver también los a veces agrios y agresivos comentarios sobre ese post, titulado "NYTimes on Da Vinci"). También habla el artículo del NYT acerca de lo hablado con Amy Welborn (autora de "De-Coding Da Vinci", que también comenta su entrevista para el artículo de NYT). Esto dice el diario:
Studio officials have consulted with Catholic and other Christian specialists on how they might alter the plot of the novel to avoid offending the devout. In doing so, the studio has been asked to consider such measures as making the central premise - that Jesus had a child with Mary Magdalene - more ambiguous, and removing the name of Opus Dei.
"The question I was asked was, 'Can you give them some things they can do to change it, to make it not offensive to the Christian audience?' " said Barbara Nicolosi, executive director of Act One, an organization that coaches Christians on making it in Hollywood. She said she was approached by Jonathan Bock, a marketing expert hired by Sony for his knowledge of Christian sensibilities, and included in the discussions Amy Welborn, who has published a refutation of "The Da Vinci Code" titled "De-Coding Da Vinci."
"We came up with three things," Ms. Nicolosi said: the more ambiguous approach to the central premise, the removal of Opus Dei and amending errors in the book's description of religious elements in art.
Ms. Welborn said, "If the script took those very strong assertions that Brown makes, and softened them, made them more theoretical rather than bald statements of fact, that might do something."
Mr. Bock declined to comment about his involvement with the picture.
Según puede leerse en el artículo del NYT, da toda la impresión de que muy poco o casi nada de esto van a hacer los productores y autores de la película (Ron Howard, director, en el rodaje, foto del NYT) en pro de la realidad histórica. Sobre todo, porque parece que temen enfrentarse a la "realidad de la ficción" de Brown, en la medida en que saben que ha sido acríticamente aceptada por los millones de lectores de la novela:
(...) "changing the plot of a beloved novel has its own hazards and risks alienating the movie's built-in fan base - those millions of people worldwide who devoured the book and made it, some claim, the most successful book in history after the Bible.
Carl E. Olson, co-author of "The Da Vinci Hoax," a book refuting the "The Da Vinci Code" (...) predicted that many devout people would be offended "unless they make a movie that bears a pale resemblance to the book, in which case they'd have a lot of irritated fans." (Ver en su blog, sobre la entrevista del NYT).
El caso es que Sharon Waxman, autora del artículo del NYT tiene el buen sentido periodístico de reconocer y poner de manifiesto el secretismo con que se está rodando la película:
"But "Da Vinci," set for release in May, is shaping up as one of the movie world's more complicated exercises - so much so that Sony has dropped a scrim of secrecy over the affair, refusing to discuss anything but the barest details. The script has been closely controlled. Outsiders have been banned from the set. And those associated with the film have had to sign confidentiality agreements."
La autora del artículo también da a entender -algo más entre líneas- que no las tiene todas consigo respecto al "fair play" del libro y de la producción de la película. Quizá por eso termina su artículo citando a Alex McFarland, y de nuevo a Barbara Nicolosi:
"A lot of people are getting their view of Christianity and the Bible from the book," said Alex McFarland, a speaker and writer for Focus on the Family, an evangelical group. He said the message of the book "broke my heart."
In searching for a middle road through this thicket of competing agendas, Sony has opted to say nothing, at least for the moment. And there are signs that the studio has not ruled out attracting religious moviegoers, including those who made an international sensation last year of Mel Gibson's film, "The Passion of the Christ."
"The phrase I heard used several times was 'Passion dollars'; they want to try to get 'The Passion' dollars if they can," said Ms. Nicolosi, referring to her conversations about the film. "They're wrong," she added. "It's sacrilegious, irreligious. They're thinking they can ride the 'Passion' wave with this. And I said, 'Are you kidding me?' "
Creo entender bien lo que está sucediendo entre los holywoodianos sedientos de dólares, aunque sea al precio de insultar con lo que ya muchos sabemos que es una fantasía calenturienta y malevolente de la historia. Algo que el público en general (millones de personas), no toma sin embargo por pura fantasía. A fuerza de plegarse y obedecer sin más al pacto de lectura ofrecido por Brown y por el marketing de su editorial, que les hace querer ver una simple ficccionalización histórica de conspiraciones históricamente ocultas, ahora científicamente desveladas, ese público masivo lo toma como si fuera una mera novelización histórica.
Es una pena que Sony y el equipo que hizo "Una mente maravillosa" hayan preferido plegarse y ponerse al servicio de la credulidad de los lectores del libro, y no hayan querido ni respetar la historia, ni tampoco que de algún modo "queden bien" las personas e instituciones reales mencionadas. El mismo equipo creativo (Ron Howard como director, Brian Grazer como productor y Akiva Goldsman como guionista), sin embargo, ya "tergiversó poéticamente" la historia del premio Nobel Nash, pero sobre todo para "hacer quedar bien" al protagonista, contando una lineal historia de amor familiar que esquiva los variopintos escollos que efectivamente tuvo.
Es una pena que por un puñado de dólares, no hayan querido hacer otros "pactos de lectura", que evitan los nombres reales, pactos a los que Hollywood ya nos tiene acostumbrado: desde "Citizen Kane" (¿a quién le interesa realmente que estuviera vagamente inspirado en la figura de Howard Robard Hughes, Jr., si es una gran película?) hasta el país africano imaginario de la reciente obra de Sydney Pollack, "La intérprete" ("...a death threat against an African head of state, spoken in a rare dialect", dice Imdb de esta película, que para ser filmada en la sede de la Onu, no alude a ningún país ni lengua históricamente verificable).
De ahí que, conociendo bien, entre los aquí mencionados, al menos a Barbara Nicolosi y su pasión por la profesionalidad, se entiende la capacidad de enfado que genera este desdichado y/o perverso evento entre algunos profesionales del cine y entre las gentes de bien en general, cuando están informadas de la historia y de lo que se hace y deja de hacerse en el cine.
El caso es que también se trata de un evento que, por otra parte, se está convirtiendo en ocasión pintiparada para exponer los datos históricos de la realidad injustamente falseada. Porque tiene razón el catedrático Rafael Navarro-Valls cuando dice que "el fenómeno "Da Vinci" pone de relieve –en contra de lo que pudiera pensarse- el interés generalizado acerca de los grandes temas, como la búsqueda de la Verdad, la figura y el mensaje de Cristo, la fe o el sentido de la vida. Desgraciadamente, la respuesta del autor ante esas grandes preguntas es decepcionante y tramposa. Es como ofrecer un culebrón a los interesados en las auténticas pasiones humanas. En los culebrones hay pasiones; pero no es eso, no es eso...
También conviene tener en cuenta que el mismo Brown, aun sosteniendo con una mano la genuina realidad histórica de su novela, ahora parece que con la otra intenta "hacer las paces" con quienes pueden pleitear con él por plagio, diciendo ahora que también se basa como fuente en lo fantaseado como "histórico" por otros (porque si estos también dicen que su libro "es histórico (non fiction)", entonces -¡oh astucia suprema del dinero!- no hay posiblidad de pleito por acusación de plagio):
And though the book is labeled as fiction, Mr. Brown has written and said in interviews that the tale is based on extensive research and historical fact, including a 1982 nonfiction book, "Holy Blood, Holy Grail" by Michael Baigent, Richard Leigh and Henry Lincoln, which Mr. Brown cites as a source.
Many readers are convinced that "The Da Vinci Code" is largely true, though cloaked in fiction. Some fans make pilgrimages to sites mentioned in the book, including the Louvre and the Château de Villette in France and Westminster Abbey in Britain. The movie production has been filming on location in the Louvre and the chateau, but Westminster Abbey declined the producers' request to shoot there [ver lo aquí escrito sobre el asunto], calling the book "theologically unsound."
Quizá por todo lo dicho, y a pesar de haber escrito aquí mismo, y hace ya un año, "The Da Vinci Code: gnosticismo políticamente correcto", añadiré a continuación un par de nuevas anotaciones al respecto. El asunto tiene interés en ser estudiado como sorprendente fenómeno social. ¶
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> On "Da Vinci Code"
Creo que era Chesterton el que dijo algo así como que "el que deja de creer en Dios, acaba creyendo en cualquier cosa". Es posible que sea importante desactivar los bulos de ese libro (prefiero ni escribir el nombre) por la difusión que ha tenido, pero yo creo que hablar del libro es hacerles el juego. Sólo buscan que se hable de ellos, aunque sea mal. Estos temas de bulos demostrables, así como los sacrilegios públicos de algunas obras "teatrales", etc. tienen la relevancia que les queramos dar. Esa gente no va a dejar de provocar a los cristianos por mucho que les rebatamos públicamente, precisamente buscan eso para aumentar la publicidad de sus (dudosas) obras de (dudoso) arte. Nuestra labor debe ir dirigida más bien a aclarar las cosas a la gente que conocemos. Uno a uno. Aunque es posible que nivel periodístico sea importante que haya algunas personas que argumenten públicamente, creo sinceramente que cuanto más hablemos de ellos, aunque sea mal, peor. De todas formas, te agradezco el esfuerzo documentado. Por lo menos a los que no nos engañan nos da argumentos sobre el tema.
Publicado por: estilita | 09 agosto 2005 en 04:32 p.m.
Estimado estilita, muchas gracias por tu acertado comentario. Tienes toda la razón del mundo en lo que dices. No puedo estar más de acuerdo.
El caso es que da la casualidad de que ahora mismo estaba preparando el tercer "post" prometido, en el que iba a decir, prácticamente (¡mira que es curioso!) buena parte de lo que dices. Que, por otra parte, es algo que también acaba de decir Umberto Eco. Haciendo rabiar a muchos de los lectores de su "bustina di Minerva" en el Espresso, porque da por descontado la impresentabilidad literaria e histórica: "la questione è perché il mondo cattolico si dia tanto da fare per smantellare il libro di Dan Brown, ma quando da parte cattolica vi si spiega che tutte le notizie che contiene sono false, fidatevi".
Así que veo que -al menos en este caso- gentes variadas coincidimos con el bueno de Umberto. Incluso en traer a colación a Chesterton: "La credenza nel 'Codice' (e in un altro Gesù) è un sintomo di scristianizzazione. Quando la gente non crede più in Dio, diceva Chesterton, non è che non creda più a nulla, crede a tutto. Persino ai mass media."
De todos modos, comento lo prometido, al hilo de Umberto Eco. A fin de cuentas, este blog no es un libro "descodificador" punto a punto del libro en cuestión, ni es que tenga precisamente la difusión del New York Times. Con lo cual, no creo hacer el juego a ese negocio editorial ni a la difusión de sus crasos errores y fantasías con lo aquí publicado. Ventajas de la cuasi-clandestinidad del blog (comparada con el NYT). De todas maneras, el artículo del NYT ocupa hoy el puesto 19 de los 25 artículos más e-maileados del periodico. Ha bajado mucho el interés del público en el asunto.
Publicado por: JJG Noblejas | 09 agosto 2005 en 11:15 p.m.