Todos hemos visto, conmovidos y aterrados, en el confort de nuestras casas, las límpidas y hermosísimas fotografías de satélite del huracán Katrina. También hemos visto sus desatrosos efectos para muchos millones de personas del sudeste estadounidense en no menos bellas y por eso cien veces más tremendas imágenes de una ciudad como New Orleans, con el 80% de su superficie inundada.
Mientras llegan noticias de cientos o miles de muertos, de ciudades con millones de hogares que nunca serán lo que fueron y que no podrán ser de nuevo habitables hasta dentro de varios meses; mientras -una vez más- la información y la solidaridad circula también puntual y multiplicada a través de internet (basta señalar como muestra un botón: el The truth laid bear special report "Hurricane Katrina Emergency Information", con todas las organizaciones que se vuelcan en ayudas, con la relación de blogs que ofrecen ayuda a periódicos, como nola.com a Times-Picayune, y ofrecen información, con Michelle Malkin a la cabeza, en este momento)...
Mientras tantas cosas suceden ante los efectos de este desastre natural, uno queda como bloqueado, restregándose los ojos, incrédulos, al comprobar que es cierto lo dicho por el señor ministro del ambiente alemán, Jürgen Trittin.
Bien es cierto que la sensibilidad europea ante el desatre estadounidense ha sido, en general y por el momento, más bien un coro de puras declaraciones de sentimentalismo ineficaz. Ni una oferta de ayuda. Sólo palabras de conmiseración y que ellos se las apañen en "su" casa con los desastres de "su" huracán... La verdad, no se entiende muy bien esta respuesta, ni siquiera en razón del "orgullo Usa". Este es el titular del periódico "Kicking Hurricane Victims While They're Down", escrito por Claus Christian Malzahn. Comienza así:
"Hurricane Katrina has cost the lives of hundreds and devastated the US Gulf Coast. But instead of aid donations and sympathy, the Americans have heard little more than a haughty "I told you so" from Germany. It's another low point for trans-Atlantic relations -- and set off by a German minister. How pathetic.
For the record: German Chancellor Gerhard Schröder offered his condolences to US President George W. Bush for the Hurricane Katrina disaster that has hit the Gulf Coast. Both he and his fellow Germans, Schröder wrote, feel "great sympathy for the fate of those people affected by the hurricane."
Pero el caso del señor Trittin es de una impresentable altivez, que debería seguirse de una inmediata dimisión como miembro del gobierno de un país civilizado como es Alemania.
El señor Trittin, según podemos enterarnos gracias al English site del "Der Spiegel online", viene a decir la estupidez de que la culpa de lo que sucede (el huracán y sus consecuencias) es sólo del gobierno estadounidense:
"At a moment when the dead on the Gulf Coast are still being counted, the German minister of the environment could think of nothing better to do than -- in an essay published Tuesday in the center-left daily Frankfurter Rundschau -- to blame the US itself for the catastrophe. The piece is 493 words long, and not a single one of them is wasted to express any sort of sympathy for the victims of the storm. The worst of it is that Trittin isn't alone with his cold, malicious tenor. The coverage from much of the German media tends in the same direction: If Bush had only listened to Uncle Trittin and signed the Kyoto Protocol, then this never would have happened.
El periodista pasa sobre los asuntos relacionados con el efecto invernadero, Kyoto, los científicos, etc., para terminar diciendo, indignado:
It's not the American people's fault that the storm hit and they couldn't have stopped it. The Germans, on the other hand, could have done a lot to prevent World War II. And yet, care packages still rained down from US troops. Trittin's know-it-all stance is therefore not only tasteless, it is also historically blind.
Comparto la indignación y el juicio del periodista Claus Christian Malzahn y de su periódico sobre el ministro Trittin. Habría mucho que decir sobre Tokio, la ecología, las guerras y tantas otras cosas, pero hay momentos en que las comparaciones son odiosas, sobre todo hechas en plan tahur, buscando el propio beneficio a destiempo y con desprecio del dolor de tantas víctimas.
||• Más sobre Huracán Katrina en este blog: Víctimas del Katrina, los demasiado desasistidos: pobres, ancianos, niños, enfermos, negros, sin familia [>>Upd], y también John Grisham y el arte de ayudar víctimas del Katrina, además de los numerosos "Micro-posts" en "Micro-Scriptor.com", en la columna de la izquierda, y de las actualizaciones que siguen a continuación. Gracias por visitar Scriptor.org.
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||• Actualización (12 Octubre 2005): puede lleerse en este mismo blog, Control de contratos de reconstrucción tras el huracán Katrina.
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Actualización (04.09.05): Es interesante leer también, en la perspectiva de este post, lo escrito por Mick Hume en Sp!ked, After Katrina, another putrid deluge. Hay mucho político y periodista de profesión oportunista (más lo lo pensable) que, antes de estudiar los factores del caso, se apresura a decir "ya te lo había dicho yo"... El autor de artículo, Mick Hume, tras referirse, entre otros, a Trittin, aporta una interesante observación acerca del planteamiento de un comentariasta:
The British newsreader Jon Snow, bicycling conscience of the liberal intelligentsia, went further in his daily email trailing Channel 4 news. 'How ironic', it said on Tuesday, 'that the world's number one polluter is now reaping the "rewards" that so many have warned would flow....'. It seems that some who would mock the religious right or Islamic fundamentalists for claiming Katrina as God's vengeance on sinful New Orleans are happy to indulge the equally misanthropic superstitious notion that it is nature's revenge on greedy, fat Americans. How ironic, as a smug git in a cycle helmet might say.
Y algo semenjante acerca de la inevitable comparación con el "tsunami":
On spiked we argued that, while the tsunami was certainly horrifying, it should not be humbling. On the contrary, while natural disasters could not be avoided, their destructive impact could be limited by further economic and social development - the same development that many now want to blame for causing hurricanes. And we suggested that the developed nations of the West would be far better equipped to cope than the impoverished coastal villages and islands of the tsunami area (see After the tsunami: horrifying, but not 'humbling', by Mick Hume).
How does that square with the stories of death and devastation, failed planning and inadequate emergency services now coming out of America? Perfectly well, as it happens. The impact of Katrina shows the need for more investment in human and urban development, even in the Western heartlands. It also, incidentally, points to the dangers of over-using the 'precautionary principle', and the idiocy of demanding that life should somehow be rendered risk-free.
Y quizá hay algo en lo que no muchos han caído. Menciona Mick Hume lo dicho por el Los Angeles Times, para referir que, ciertamente, los más desprotegidos de la sociedad (pobres, enfermos, ancianos, negros, etc.) han sido las víctimas efectivas, como aquí mismo se ha escrito. Pero también hay en todo este asunto complejo un factor especial. Los habitantes de los Estados habitualmente visitados por huracanes de una u otra intensidad parece que están bajo el síndrome de "que viene el lobo", y luego no viene:
They had heard the official hurricane forecasters cry wolf once too often. At a time when the authorities would rather apply the precautionary principle than take a chance of being caught out, there have been several similar 'get out' warnings in the American south at the sign of an approaching hurricane. Many have evacuated their homes before, only to find that the predicted devastation never arrived. 'I worry that we had a little hurricane fatigue', says the governor of Mississippi. 'People boarded up for [last September's Hurricane] Ivan, evacuated and nothing happened. Then they boarded up for [last month's Hurricane] Dennis, evacuated and nothing happened. I think until very, very late a lot of people thought "Ah, I'm not going to do that again".'
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Actualización (23:30): La lectura de no pocos diarios hace ver, al menos, cuatro cosas:
• 1) que la evacuación de New Orleans está siendo tendencialmente caótica, en vez de algo más o menos previsto y coordinado [ver, por ejemplo, LAT, Evacuations Proceed Slowly in Chaotic New Orleans], y
• 2) que la política de la Casa Blanca no facilitó en su momento, medios adecuados para paliar la conocida vulnerabilidad de New Orleans, previendo que las cosas podrían ir más alla de los niveles de riesgo previstos (Category Three), como ha sucedido con este desastre (Category Five) [ver, por ejemplo, en Editor&Publisher, Wil Bunch, Did New Orleans Catastrophe Have to Happen? 'Times-Picayune' Had Repeatedly Raised Federal Spending Issues].
• 3) que la información y las opiniones en los medios estadounidenses, cuando se trata de algo tan excepcional y cercano como este desastre, es muy rica, variada y puntual. No es fácil lograr una visión o una valoración de conjunto que equivalga, por ejemplo, a las que en su momento tuvimos del "tsunami" en el sudeste asiático. Puede seguirse la marcha de los acontecimientos desde muchos lugares. Por ejemplo, desde E&P BLOGGING THE HURRICANE, Day 4: Frequent Updates All Day from the Scene, as Tragedy Worsens, by Greg Mitchell, y desde ahí hacia atrás y adelante en el tiempo. También, desde LAT, Complete Coverage: Hurricane Katrina.
• 4) que habrá ayuda internacional, porque es necesaria, y porque es un deber. El ejemplo lo tengo aquí a mano: desde Italia, Due C-130 con idrovore, generatori elettrici, mezzi anfibi, tende e tecnici. Katrina: pronti a partire gli aiuti italiani. Por otra parte, puede leerse que más de 20 paises están preparando ayudas semejantes. Desde Francia y Alemania, por ejemplo se habla de medios civiles y militares, alimentos, medios de transporte, plantas potabilizadoras de agua, alojamientos provisionales, etc.. El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, agradece las ayudas. No basta con que el Congreso destine diez mil millones de dólares, ni que el padre del actual presidente Bush y que Bill Clinton, el anterior presidente, estén al frente de la operación, en la que están volcadas todas las instituciones de los Estados Unidos. En estas circunstancias, para todo el mundo es un deber y un honor ayudar y también lo es ser ayudado.
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Actualización (15:30):
El análisis de Peggy Noonan en el WSJ, After the Storm. Hurricane Katrina: The good, the bad, the let's-shoot-them-now, siendo de puertas adentro, hace más justicia a la realidad, al hablar de las responsabilidades los gobernadores de los estados afectados y del presidente ("The political subtext: Does he understand that what has happened in our gulf is as important as what is happening in the other gulf? Does he know in his gut that the existence of looting, chaos and disease in a great American city, or cities, is a terrible blow that may have deep implications?), pero también de la prensa, los bloggers y de los saqueadores en New Orleans.
En otro momento habrá que pensar un poco en las razones que ultimamente empujan a buscar siempre un "culpable", un "cabeza de turco" o un "chivo expiatorio" para los males que nos aquejan, porque parece que nos quejamos de que los males en general nos aquejan injustamente. Y así se entiende la línea editorial del NYT. En este sentido, leo el artículo de David Brooks en el mismo NYT, y junto al artículo de Peggy Noonan leo también en el WSJ el comentario sin firma, Katrina's Awful Wake:
"(...) Right now, the lesson chiefly worth noting is also the most obvious: All the cunning of man cannot defeat the greatest fury of nature. In Katrina's awful wake, we are called on to be humble, compassionate and helpful.
Unfortunately, what we seem to be getting is an excess of recrimination. Jürgen Trittin, Germany's environment minister, wasted no time explaining that Katrina was caused by global warming, which in turn was a function of America's supposedly gluttonous energy habits. Louisiana Representative Bobby Jindal, a Republican who lost his home in the flood, got the TV coverage he knew he would by faulting the Bush Administration for not previously investing more in coastal restoration.(...)"
profe meda un pequeño credito
Publicado por: javie rdiaz | 09 septiembre 2005 en 06:07 p.m.