Quizá no lo creerán algunos, y probablemente esto habrá cambiado dentro de poco, pero el caso es que, hasta la fecha, la foto del periodista chino Shi Tao no aparece en Google (al menos, en las primeras páginas de imágenes, y bajo diversos nombres de búsqueda ("shitao, shi-tao, shi tao", con o sin "journalist", "yahoo", etc.) Lo mismo sucede con Clusty y otros buscadores más.
Aparece, curiosamente en la búsqueda de imágenes de Yahoo, referida a una página del CPJ (Committee to Protect Journalists), en donde cuentan, el pasado 25 de agosto, las vicisitudes de este periodista chino de 37 años, redactor jefe del diario "Noticias Económicas Contemporáneas", en la ciudad de Changsha, provincia de Hunan, condenado a diez años de prisión por facilitar la "fuga de secretos de estado" a través de internet.
No hay que insistir, pienso, en que el "secreto de estado" que Shi Tao envió por email a un amigo que tiene un sitio en chino en Nueva York, consistía en el comunicado que las autoridades chinas envían cada año a los medios chinos, o les entregan en reuniones al efecto (como en la que estuvo presente Shi Tao), para recordarles que no deben hacer mención ni evocar la matanza de Tiananmen con ocasión de su aniversario, el 4 de junio.
Pienso que no hace falta insistir en el conocido hecho de que ha sido localizado y condenado gracias a la cooperación activa de Yahoo en las pesquisas del gobierno chino, que le llevaron a saber que fue Shi Tao, en las últimas horas del día 20 de abril de 2004, quien envió la información de la reunión de ese mismo día en que les comunicaron lo relativo al aniversario del dia 4 de junio.
Pienso que tampoco hay que insistir en los argumentos esgrimidos por Yahoo para justificar su colaboracionismo, porque son -a fin de cuentas- justificaciones que sólo tienen que ver con aceptar las reglas de juego fijadas por los políticos chinos para que las multinacionales extranjeras ganen dinero en China.
Son las mismas justificaciones que hacen que Yahoo (tras pagar mil millones de $ por el 40% del buscador chino "Alibaba"), o que Google, hayan programado sus motores de búsqueda para que cuando alguien escribe "democracia" o "libertad" o incluso "manifestación", aparezca en la pantalla un mensaje de "Error: lenguaje prohibido. Borrar lenguaje prohibido".
Son las mismas justificaciones que puede dar -por ejemplo- Bill Gates o Microsoft para configurar su propio software de modo que la versión china de su servicio de blogs "MsnSpaces" impida el uso de esas mismas palabras.
No es cuestión de hablar de la oficina o el servicio burocrático orwelliano que en China ocupa a más de 30.000 personas y que tiene por misión controlar las 24 horas del día los contenidos de lo que circula por Internet, escrito por o para algún ciudadano chino o residente en China.
Es quizá cuestión de recordar que China es una férrea dictadura impuesta con la burocracia del único partido, el Partido Comunista, al tiempo que la mejor tierra prometida, el mejor mercado, para hacer negocios con un sentido escrupulosa y estrictamente económico. Es decir, sin mirar a otro sitio que al beneficio económico, porque de lo contrario, cualquiera que mire un poco en derredor puede encontrarse -por ejemplo (ver Time, 19 Sept 2005)- con la feroz campaña abortista y esterilizadora que ahora mismo se está desarrollando, en vista de que se habían "reblandecido" las políticas de "hijo único" comenzadas en 1980. El que los políticos hayan dejado de lado la vestimenta tipo Mao por la corbata y el traje de corte occidental no quiere decir nada en términos de libertad o democracia. Sólo en términos de mercado.
Es quizá cuestión de recordar que China tiene ahora mismo más de 100 millones de usuarios de Internet, cifra sólo superada, hasta el momento, por los usuarios USA. Y que casi tiene una cifra semejante de millonarios, gentes dispuestas a entrar en el mercado del consumo de productos de lujo occidentales.
Es también quizá, entonces, ocasión de recordar que Europa y USA están haciendo sustanciosos negocios con China. O que allí tendrán lugar los próximos juegos olímpicos de verano.
Y es sin duda ocasión de recordar, como dice el NYTimes ("Building the Great Firewall of China, With Foreign Help", 18 Sept. 2005):
"No nos hagamos ilusiones, como si creyéramos que las inversiones extranjeras van a hacer de China una democracia. Ese es un argumento que nace de la desesperación y de los propios intereses. Y puesto que China es un mercado demasiado lucrativo como para ser rechazado, los negociantes americanos y europeos han terminado por adoptar y apoyar la línea del Partido a través de su silencio, o de modos aún peores. Estos negociantes no están remodelando China, sino más bien lo contrario: China les está remodelando a ellos."
Las grandes corporaciones, nacionales o internacionales, tienen una vocación tiránica (son "realistas", dicen, pero lo son quizá al modo del "realismo comunista") que les hace excesivamente semejantes a las tiranías políticas: también están organizadas en forma rigidamente jerárquica y son controladas desde arriba a través de burocracias anónimas. Y coinciden, desgraciadamente, en un punto sustancial muy concreto: en las tiranías, sean económicas o políticas, las personas -en principio- no cuentan.
Cuentan los seres humanos como consumidores ilimitados, como procreadores controlados y limitados, como negociantes que no miran alrededor del talonario, como trabajadores y fabricantes de lo que sea a muy bajo costo, siempre competitivo, y tantas cosas más, cercanas a la esclavitud. Pero no cuentan como personas, como seres únicos dotados de igual dignidad originaria. Y de ahí en adelante, con los derechos (humanos) y los deberes.
Sólo en homenaje a una persona china como tal persona, como es Shi Tao, escribo estas líneas. No lo he hecho hasta poder encabezarlas con su fotografía. Con la foto, Shi Tao es menos anónimo. Con la foto, quizá hasta Bill Clinton hubiera podido hablar en la conferencia de internet en Shangai, el pasado dia 10. Eso le pedía "Reporteros sin fronteras". Pero no lo hizo.
Shi Tao no está sólo encarcelado los próximos 10 años tras la muralla china en forma de firewall orwelliano, sino también tras la muralla del silencio y del newspeak orwelliano que en occidente se estila acerca de la realidad china, cuando se trata de decir algo más allá de la economía.
Pero, como dice aún el NYTimes, "America has a bipartisan human rights policy in China. It is called trade."
¿Que es posible que a base de negocios económicos occidentales en China vayan dándose cuenta de que las personas chinas son tan personas como el resto del mundo, y que tienen derechos de libre expresión, y de circulación, y de asociación, y de culto, y de prensa, y de blogging? Pues supongo que sí.
Espero con impaciencia un comentario a estos párrafos, llegado desde allí, en el que alguien diga, por ejemplo, que Shi Tao sabe que le tenemos presente en su trágica situación de "castigado ejemplar" para que los demás usuarios de internet tomen nota. Será todo un síntoma de esperanza para un futuro mejor.
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