Lo siento mucho por quienes cargan con la responsabilidad de las víctimas del Katrina.
Pero lo siento infinitamente más por las víctimas del Katrina. Porque forman un grupo humano relativamente fácil de localizar. Son los demasiado desasistidos, los abandonados: los pobres, los ancianos, los niños, los enfermos, los negros (y no hay racismo en decirlo), los sin familia, los sin educación ni horizonte de vida digna. Los demás habitantes de New Orleans, en términos generales, han tenido medios y ocasión para irse de la ciudad antes de que se abatiera el desastre que sobre ella se cernía desde hacía varios días.
No parece ser este momento de hacer condenas de plantemientos de sistemas de vida cívica en común, de política social, de atención institucional a los menesterosos. Es cierto, como dice Paul Krugman que los estadounidenses se han dado cuenta de que tienen "A Can't-Do Government". Pero me parece que no se trata sólo de que este sea un gobierno Republicano, en vez de serlo Demócrata. Ni se trata de que el Presidente esté de acuerdo con las críticas al gobierno. No es sólo cuestión de ideología política lo que está en juego. Ni de declaraciones de uno u otro tipo.
Tampoco parece ser este momento de hacer alabanza genérica de quienes están, ahora en esta situación extraordinaria, volcándose en ayudas de todo tipo. Porque, exceptuando los egoístas incurables que miran hacia otro lado, y siguen en lo suyo, también "sacando tajada" del desastre (si es posible, ¿por qué no? ¿no es esto una sociedad de mercado?), todos -de un modo u otro- están colaborando.
Cuando no existe el hábito, personal e institucional de atender y ayudar al que ha menester, en las situaciones ordinarias de la vida, es difícil que esta misma ayuda resulte adecuada en las situaciones extraordinarias y extremas, al borde de la misma vida.
Es, en todo caso, momento de pensar en quienes, de ordinario -sin desastres naturales que lo justifiquen-, dedican buena parte de sus energías a atender las múltiples necesidades -de salud física, material, de salud psíquica y espiritual- de los desatendidos. Momento de pensar en las insitituciones públicas que de ordinario no llegan a cumplir (por falta de medios económicos y humanos) más que un mínimo porcentaje de su cometido. Momento de pensar en las instituciones y organizaciones humanitarias de todo tipo y condición, la inmensa mayoría de las veces asociadas a entidades de naturaleza religiosa. Ya se ve que es cierto aquello de que la fe mueve montañas que la política ni siquiera se toma muy en serio que haya que cambiar de sitio.
Es momento de considerar que en un sociedad tan "avanzada" como es la sociedad estadounidense (y es un espejo en que se miran quienes al tiempo lo denostan), resulta que los económicamente marginales, los socialmente desatendidos -en la vida ordinaria de cada día- son desgraciadamente muchos más de los que todos quisiéramos, incluyendo desde luego a los mismos estadounidenses. Sin descender a detalles y sin ir más lejos, lo vemos habitualmente en las películas, precisamente porque lo vemos en las calles traseras de las grandes avenidas en las grandes o pequeñas ciudades cuando viajamos y vivimos en ellas, porque forman parte del paisaje habitual de las poblaciones.
La pregunta es ¿por qué? ¿Por qué parece necesario, o normal, o habitual, o tolerable, que en miles de callejones insalubres haya -entre muchos otros tipos humanos- viejas señoras alcoholizadas durmiendo entre papeles de periódicos, con un carrito de supermercado lleno de porquerías, que son todas sus pertenencias, mientras que a sólo unos metros, en las calles y avenidas adyacentes, circulan gentes en coches que son (o si no, sus conductores quisieran que fueran) de lujo, vestidas y perfumadas de (o deseando) lujo, etc.?
Ya sé que puede parecer maniqueo y oportunista decir ahora esto así. Pero ahora es igualmente necesario tener en cuenta también este rasgo feroz de nuestra sociedad tardomoderna, que con su "pensiero debole" y sus "gracias" irónicas y divertidas (basta mirar las telecomedias y los reality shows que nos ofrecemos), propugnana una especie de inocencia individualista y consumista, insolidaria. Inocencia falsa que -como queda dicho aquí, al inicio de este blog- es cómplice de la marginación.
Inocencia falsa que es cómplice en la diferencia entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres; en la división del planeta en dos partes antitéticas, entre las que se intenta levantar un nuevo muro para que los harapientos no participen del banquete de los satisfechos.
Siendo "nosotros", los que entre otras cosas escribimos y leemos blogs en internet, quienes en principio estamos más bien cerca del banquete de los satisfechos que de los harapientos. ¿O no? En cualquier caso, esto es evidente, y como de vez en cuando no está de más ponerse ante los ojos alguna evidencia, esta parece ocasión propicia para mirar un poco en esta dirección.
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Actualización (06.09.05): Un modo muy recomendable de conocer el variopinto tratamiento y sentido que la blogosfera hispánica ha dado al huracán Katrina es visitar el blog Nauscopio, muy bien nutrido de referencias.
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Actualización (04.09.05): se mantiene en pie lo aquí dicho, sin por eso olvidar lo dicho en el texto y las actualizaciones del post anterior sobre este mismo asunto: Huracán Katrina: conmoción mundial, impresentable altivez de Jürgen Trittin [>>>Upd]. Puede leerse ahí la última actualización (04.09.05), sobre lo escrito por Mick Hume en Sp!ked, After Katrina, another putrid deluge: además del señor Trittin, hay otros políticos y periodistas que -antes de conocer las circunstancias peculiares de un "suceso", que impiden reducirlo a un simple "caso" de sus teorías- aplican ideologías e intereses precocinados y más bien maniqueos, como único modo de convertirlo en un "acontecimiento". El síndrome del "ya lo decía yo", que olvida -en esta ocasión, al menos, y entre otras cosas- que algunos de los que han padecido el desastre quizá vivían inconscientemente bajo el síndrome de "fallidos anuncios de que viene el lobo", tras repetidas alarmas no seguidas de huracanes. También en este caso ha habido deficiente comunicación institucional.
Gracias por la anotación.
Llevo haciendo un seguimiento desde ayer (2-S) y eres el único que se centrado en el sufrimiento humano.
Las otras bitácoras informativas reseñadas, sólo se preocupan en sus cuitas, obviando lo más importante: la persona y su dignidad. Tanto les da a muchos, su desgracia es útil para ser instrumentalizada.
Es en ciertas situaciones cuando podemos comprobar la verdadera valía de las personas que nos rodean.
A las bitacoreros, como al resto de seres humanos, también se les puede conocer por lo QUE CALLAN.
PD: Tu anotación sólo tiene un "defecto": que el autor hayas sido tú y no yo.
PD2: Nuevamente ¿cuántas reseñas tendrá en la blogosfera hispana?
PD3: Supongo que te interesará, al haber escrito al respecto:
MAGONIA: El código da Vinci desmontado
http://magonia.blogspot.com/2005/09/el-cdigo-da-vinci-desmontado-dan-brown.html
Publicado por: maty | 03 septiembre 2005 en 06:50 p.m.
Muchas gracias, Maty, por el comentario. No te preocupes, que -al menos esta vez- ha habido algunas referencias, además de la tuya o la de internetpolítica, para el anterior post sobre el Katrina, como por ejemplo, Atun tun tun..., o Desde el exilio. No sé muy bien por qué no figuran al final del post como TrackBack, pero sí que están en los sitios, y llegan los lectores.
Un cordial saludo y hasta la próxima. Y de nuevo muchas gracias por la referencia de "magonia". Conste -en cualquier caso- que no hago colección sobre el fenómeno editorial de este señor que tan mal deja, entre otras cosas, a la ciudad y la ciudadanía de Sevilla: podía haber ambientado en su pueblo esa cosa que escribió.
Publicado por: JJG Noblejas | 05 septiembre 2005 en 05:04 p.m.
Miguel Angel Almela, en Spero Press, ha publicado un nuevo artículo en el que hace algunas referencias a tus palabras, no es TrackBack, pero también llega a los lectores. Un saludo y enhorabuena.
http://www.speropress.com/site/article.asp?id=1684
Publicado por: Alberto | 07 septiembre 2005 en 12:42 p.m.
Muchas gracias, Alberto: no sabía de esa mención. Y conste, de paso, que no pierdo la esperanza de escribir algo para Speropress, con un poco de tiempo. Envío contigo también el agradecimiento a Miguel Angel Almena por la cita y referencia (así se queda contento Maty). Menciona justo el núcleo de lo que me motivó a escribir aquello. Pero el caso es que veo que en el blog de Miguel Angel Almena, o no hay o no logro dar con la dirección de correo para decírselo personalmente. Un cordial saludo y también enhorabuena por el sitio.
Publicado por: JJG Noblejas | 07 septiembre 2005 en 02:25 p.m.