No hubiera imaginado poder decir algo a propósito de un Nobel de Economía, porque esa es una rama del saber que siempre me queda especialmente a trasmano. Pero el Nobel que hoy se ha concedido a Robert J. Aumann (75 años) y Thomas C. Schelling (84 años) tiene de especial que ambos han trabajado sobre la teoría de juegos y sus aplicaciones para mejor comprender la sociedad en términos de cooperación o conflicto entre personas.
En nuestro mundo real, en la sociedad, hay personas y grupos que logran promover la paz y la cooperación entre personas, grupos o naciones, que están bien vistas. Mientras que al mismo tiempo hay otros que consiguen promover guerras y conflictos, cosa que -en principio- está mal vista.
En el mundo de los contenidos de la comunicación -a diferencia del mundo real en que vivimos- las cosas van mal si las historias que se ofrecen no se plantean claramente en términos de conflicto, guerra, falta de cooperación. Tanto si se trata de noticias periodísticas, como si se trata de historias de ficción.
Y es de temer que esta tendencia a la "dramatización" o presentación de lo que sucede (periodismo) o de lo que imaginariamente podría suceder (ficciones) en forma de conflicto, haya contagiado a los modos de hacer en la misma profesión y a los mismos profesionales.
La “teoría de juegos” es hoy un instrumento válido para casi todo. También para ver en ellos las acciones comunicativas como posibles “juegos de suma positiva”, como sistemas de relaciones en los que todos los participantes salen ganando. Para que alguien salga ganando, nadie tiene que perder, a diferencia de lo que sucede en las competiciones deportivas, o en las elecciones políticas, sin ir más lejos.
La pregunta es ésta: ¿no estará pasando algo de esto con la actual promoción a primer plano de las exigencias de "competitividad" profesional? ¿No pasa algo de ésto con las "guerras de tiradas" de los medios impresos y las "guerras de audiencias, shares y ratings" de los medios audiovisuales? ¿Es esto necesariamente así?
En toda colectividad, hay dos situaciones extremas estables: la cooperación generalizada o la deserción generalizada. No quisiera decir que hoy predominan, tanto en los medios de comunicación, como en la sociedad respecto de esos mismos medios, tendencias hacia la deserción generalizada. Pero sí conviene advertir que, ante el dilema de actuar en beneficio propio o en beneficio del bien común, las cosas no están precisamente decididas con claridad en nuestros días, al menos en el ámbito profesional y académico de la comunicación pública.
Los estudios de la teoría de juegos ponen de manifiesto dos cosas. Una, que existe una ley, casi de sentido común, que dice que los “desertores”, los que buscan de entrada el beneficio propio, tienden a cooperar sólo si se produce un aumento del número de los cooperantes que son identificables en cuanto tales. La segunda observación dice que en los grandes grupos sociales lo que cambia hacia la cooperación es la presencia en el colectivo de miembros que tienen perspectivas, motivos u horizontes de larga duración en sus actitudes, pues estas personas son las primeras en cambiar de la deserción a la cooperación. Los demás grupos siguen sistemáticamente a éstos.
En este sentido, cabe decir con el filósofo Leonardo Polo que "hay dos formas de entender la sociedad: como un juego de suma cero o como un juego de suma positiva. Se entiende por juego de suma cero aquel tipo de relación humana en el que, para que alguien gane, otro tiene que perder. Es la visión competitiva del juego agónico, entre contrarios. (...) El juego social es un juego en el que todos juegan y todos ganan. Esta convicción está en la raíz de la pertenencia a un grupo social. Un ser humano pertenece a un grupo social si y en tanto que ese grupo social se beneficia de él, y al revés.(...) ¿Por qué la sociedad es un juego de suma positiva y no un juego de suma cero? La razón es ésta: la sociedad es un sistema de cooperación (...) La condición humana es cooperante. El hombre no entra en sociedad para que le peguen bofetadas o le dejen en un rincón, sino para cooperar. Siempre que haya un déficit de cooperación, hay que protestar, y esforzarse en corregirlo" .
Según estas últimas palabras, desde luego que que tiene sentido el periodismo de denuncia de los déficits de cooperación y de las injusticias. Ahora bien, una cosa es el esfuerzo en corregir la falta de cooeración desde una perspectiva "beligerante", de juego de suma cero, en el que -para que venza mi perspectiva- tienen que desaparecer las demás, y otra es hacerlo desde una perspectiva "pacificante", de juego de suma positiva, en el que los demás también puedan ganar conmigo, o yo pueda ganar con ellos...
Una cosa enseña la teoría de juegos que hoy se premia desde el Nobel: que existe la tolerancia y el diálogo genuino en la vida social, en las relaciones entre las personas, porque la sociedad (cuando es) es un juego de suma positiva: todos los participantes ganan. Cosa que resulta perfectamente compatible con la firmeza en las propias convicciones e ideas. Lo contrario es cerril doctrinarismo que impide el diálogo, y destruye la misma vida social. Destruye personas, no sólo "tejido social". Cuando lo interesantes es estar por la vida de las personas y, por tanto, por la vida social.
Ha llegado la hora de renovar el sistema económico. El actual está oxidado. El Sistema Económico on Technorati Teoría de juegos y suma cero on Technorati La intuición no es irracional (avance de Redes) on Technorati
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Publicado por: Manuel | 13 octubre 2008 en 07:51 p.m.