Así comienza un "post invitado" que acabo de publicar en eCuaderno:
"Hace tiempo se decía que una película necesitaba dos años para ser escrita, dos meses para ser producida, dos horas para ser vista y dos minutos para ser olvidada. Bromas y asuntos de calidad cinematográfica aparte, la industria del cine está cambiando muy rápido. Lo cuento en dos minutos y luego se puede olvidar en dos segundos.
Plantea el NYT que los tiempos de exhibición de las películas están “encogiendo” de modo sorprendente. (...)"
Los habituales de Scriptor están cordialmente invitados a leerlo.
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