La noticia de la compra, acuerdo o intercambio de acciones por valor de $7.4 billion entre Disney y Pixar es todo un homenaje del "management" a la "creatividad". Steve Jobs, propietario del 50% de las acciones de Pixar, pasa al consejo de administración de Disney. Una joya para Disney, tener en esa mesa de las grandes decisiones al personaje con más y mejor capacidad creativa y ejecutiva del mundo digital, inventor de los productos y de la imagen del mundo Mac, iPod, etc.
Pero me siento especialmente contento por John Lasseter. Lasseter es el genial creativo que no supieron entender y dejaron escapar tanto Disney como Lucasfilm. Lasseter ha sido y sigue siendo el habitual guionista, director y productor o co-productor de los grandes éxitos de Pixar, desde "Toy Stroy" hasta el momento (ver aquí). Ahora se convierte en el Director Creativo de animación en Disney y primer consultor creativo de Walt Disney Imagineering, donde trabajará además en el diseño de atracciones en los parques temáticos Disney.
Estamos de enhorabuena. Se ha esfumado una tormenta y -en principio- asoman tiempos de bonanza para el entretenimiento de las gentes, y desde luego se produce un cambio bastante radical en Hollywood: la creatividad es valorada y puesta en el sitio que merece, junto al management. No gestionada por managers, como hasta ahora sido la moda en los últimos años (de decadencia) en Hollywood.
Además de lo que supone Steve Jobs en Disney, que no es poco, la visión y la tenacidad creativa de John Lasseter es el otro "as", que hasta ahora ha sido menos conocido por los no especialistas. Hay que destacar su idea fija, criterio intocable en Pixar, de dedicar a la escritura del guión de una película el mismo tiempo y esfuerzo que a su producción. Este criterio, ha hecho que Pixar, partiendo de cero y en poco más de 20 años de vida, haya llegado a ser el gran pequeño estudio de animación que es y que Disney valora en $7.4 billion. Las seis películas de Pixar, distribuídas por Disney, han logrado unos ingresos de más de $3.2 billion.
También hay que destacar el insustituíble papel de mediador que Lasseter ha desempeñado en esta negociación, al dedicarse a limar las incompatibilidades de carácter y los fuertes enfretamientos empresariales entre Michael Eisner, anterior presidente de Disney, y Steve Jobs. Veremos en qué queda, de todos modos, Toy Story 3.
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