Sencillamente, me resisto con todas mis fuerzas a creer que sea cierto lo leído acerca del "Proyecto Gran Simio", y su anunciado apoyo institucional por parte del grupo socialista en el Parlamento español.
El mencionado "Proyecto" se expresa así de claro en la declaración inicial que figura en su sitio web:
"La idea es radical pero sencilla: incluir a los antropoides no humanos en una comunidad de iguales, al otorgarles la protección moral y legal de la que, actualmente solo gozan los seres humanos."
En realidad, pienso que la idea es ridícula pero compleja. Compleja, porque hay algún que otro científico de los antropoides de por medio (Jane Goodall, Toshisada Nishida, Roger y Deborah Fouts, Lyn White, Francine Paterson, Wendy Gordon, Richard Dawkins, Jared Diamond, Tom Regan, y el inevitable Carl Sagan) deseando hacer el bien sin mirar a quién, y porque enseguida se escriben las palabras con mayúscula, porque queda como más serio: así, por ejemplo se pide una "Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Grandes Simios Antropoides".
El caso es que leo en Libertaddigital el anuncio de la iniciativa del partido socialista en el Parlamento español:
Con la justificación de que el hombre comparte el 98,4 por ciento de los genes con los chimpancés, el 97,7 por ciento con los gorilas y el 96,4 por ciento con los orangutanes, el Grupo Socialista presentará un proyecto que pide "derechos humanos" para los simios. El diario El Mundo informa de que este martes el Grupo socialista ha convocado una rueda de prensa para presentar en el Congreso el Proyecto Gran Simio con el que se pretende "la inclusión inmediata de estos animales en la categoría de personas" y que se les otorgue, por tanto, "la protección moral y legal de la que, actualmente, sólo gozan los seres humanos".
Alguien ha perdido la cabeza, o bien es que han trasladado al 24 de abril la fiesta de los Inocentes, o el primero de abril, y algunos no nos hemos enterado aún. El caso es que, yendo a leer El Mundo, encontramos una fotografía no muy simiesca, la verdad, del diputado socialista Francisco Garrido, promotor de la propuesta, bajo el titular que dice: "El PSOE solicitará al Congreso de los Diputados que se reconozcan los 'derechos humanos' de los simios".
Algo de sentido común vuelve a respirarse al leer la reacción -ante la noticia que le dan los periodistas- de la nueva presidenta de la sección española de Amnistía Internacional, Delia Padrón:
"mostró su "sorpresa" por que se luche por lograr los 'derechos humanos' de los simios "cuando, hoy por hoy, no se les reconocen a muchas personas".
Y el sentido común se respira ya de modo estable al leer algo del comentario que la prensa solicita de don Fernando Sebastián, Arzobispo de Pamplona, (más por lo menudo en Libertaddigital):
El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, criticó la iniciativa del Partido Socialista de auspiciar un proyecto que pide conceder Derechos Humanos a los simios, al sostener que "por hacer el progre se puede hacer el ridículo" (...)
Al respecto, criticó que el Gobierno "no conceda derechos de persona a los niños sin nacer" y "se los vaya a conceder a los monos". "Esta es o una sociedad ridícula o dislocada", sentenció. "Para los monos habrá que pedir derechos de simios, derechos simiescos, pero no pedir derechos humanos ya que sería como pedir derechos taurinos para los hombres. No lo entiendo", insistió el arzobispo.
No era consciente de vivir en una sociedad tan ridícula y dislocada como para llevar a un Parlamento semejante memez. Ahora ya lo sé. Aunque tampoco lo termino de entender, insisto también. A no ser que todo este asunto del "Gran Simio for President" (ya puestos, tras las consabidas uniones de hecho y así enriquecida la combinatoria de pseudo-matrimonios, ahora también "bestiales", ¿por qué no King Kong for President? Seguro que haría una campaña electoral muy mona)...
Estamos como en una sociedad en la que hay más de un Calígula, democrático por supuesto. A Calígula no le gustaban los Grandes Simios, sino que le gustaban los caballos, y en concreto el suyo. Wikipedia no duda en decir que fue
"un hombre con muchos problemas mentales y una segura disfunción cerebral. Durante su mandato se preocupó más por orgías y diversiones que por todo el imperio. Su caballo también lo acompañaba en estas orgías. El amaba mucho a su caballo y le daba todos los gustos, entre otros lo nombró senador de Roma otorgándole las rentas necesarias para poder optar al cargo."
A lo mejor es que estamos volviendo a unos tiempos con problemas, disfunciones y diversiones semejantes a los de Calígula, aunque -eso sí- más democráticos y "científicos". A no ser, digo, que todo este asunto sea sólo una especie de "longa manus" de tontos útiles políticos en una operación comercial más. A lo mejor es sólo una estratagema de marketing en torno a King Kong, pensada por Peter Jackson para animar el ambiente ante la próxima secuela de su película.
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Actualización (25 Abril 2006, 11am): Aprovecho la ocasión de agradecer el enlace y la observación de Montse en "Internet Política" (Los derechos de los monos), para remitir a algo que aquí dije hace poco sobre Zapatero, la investigación con células madre, la moral, la conciencia y demás: verborrea de contradicciones.
Digo yo, tal vez me equivoque, pero el embrion humano (ese conjunto de celulas que no consideran "personas humana") no tiene acaso los mismos genes de todo humano? es decir, si quieren darle TODOS LOS DERECHOS de un ser humano a una criatura con el 98,4 de humano, porque se niegan darle los mismos derechos a un ser que tiene los mismos genes humanos?
¿Otro sinsentido más?
Publicado por: Jesus | 25 abril 2006 en 08:19 a.m.
Cierto, Jesús, otro sinsentido más. Ya ves que los argumentos se seleccionan y se llevan sólo hasta donde interesa o conviene. Sobre todo si nos dedicamos a hablar de "ser persona" en términos estadísticos, cosa más bien aberrante. No sé qué quiere decir, a ciencia cierta, que una criatura tenga "98,4 de humano". Viene a ser como decir (es absurdo) que, dado que el cuerpo humano tiene un 75 % de agua al nacer y cerca del 60 % en edad madura, somos criaturas que tenemos ese porcentaje "de río, o de mar..." Hablar en esos términos estadísticos es tan ridículo como, por ejemplo, que una señora diga: "estoy embarazada en un 65,50%". Si se habla de la fiabilidad de un test de probabilidades de embarazo, vale, pero si se habla de estar embarazada, o se está o no se está: no hay término medio. Con "ser humano" o "ser persona" pasa lo mismo.
Los seres humanos lo somos porque tenemos alma racional y espiritual, que es inmortal, digan lo que digan los ilustrados que, tras negar trascendencia al ser humano, quiere darle humanidad al animal irracional... O diga lo que diga, por ejemplo, el pobre Philip Roth en su última ficción novelesca, Everyman, en la que los hombres, que viven en un mundo "post-religioso", no tienen almas inmortales, sino solo deseos enfermos y muerte de animales.
El caso es que los seres humanos tenemos capacidad reflexiva y lenguaje articulado y alma inmortal, y algunas otras dimensiones específicas. Y eso, con independencia de que todas o cada una de esas realidades esté muy desarrollada o poco desarrollada en sus manifestaciones o apariencias.
Muchas gracias por el comentario, Jesus.
Publicado por: JJG Noblejas | 25 abril 2006 en 10:21 a.m.
El "proyecto gran simio" está plagado de alusiones a la semejanza genética entre el hombre y el mono. Esto de los genes me recuerda a los tests de inteligencia: miden algo que no se han molestado en definir. Los genes miden "el hombre".
Ahora bien, yo no firmaría ningún contrato social en el que se me equiparase a los monos. También sería difícil, tirando a cómico, conseguir que un mono lo firmara. Y aun así, ¿cómo podría éste comprometerse a renunciar a la violencia privada, si actuar de este modo está en su naturaleza?
http://justicia.bitacoras.com
Publicado por: irichc | 26 abril 2006 en 12:18 a.m.
Das en la diana, Irichc, con inteligente precisión. Hay gente que sigue empeñada en forzar la naturaleza, en pensar que no existe o en actuar como si así fuera. Construyen una casa en el cauce de un torrente, porque desde allí se ve un magnífico paisaje, y luego se quejan cuando llegan las lluvias y se llevan la casa por delante. Muchas gracias por el comentario, y por el blog que escribes. Lo visitaré a menudo. Un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 26 abril 2006 en 09:37 a.m.
Con mis respectos para todos les dire que estamos en una sociedad de locos gobernada por pirados, si le dan esa virtud a los simios, la de ser como los humanos , no deberia estar encerrados en jaulas y andar sueltos por las calles ¿se lo imaginan? igual que las vacas sagradas en la India, pero con el problema de que los simios son agresivos por naturaleza, o sea que volveriamos a la selva como hace no se cuantos años esto me parece de coña, vamos si este se considera un pais progresista , que paren el mundo que yo me apeo. un saludo.
Publicado por: cesar | 27 abril 2006 en 06:55 a.m.
A todo el sentido común que se ha aportado en estos comentarios, sólo añadir también que si la justificación es el tanto por cien de genes en común con el hombre, entonces se sigue un criterio cuantitativo. ¿Por qué no hacer un ranking de "personalidad" entre los animales, según el porcentaje, y establecer categorías como 1/4 persona, ó persona 0.25? Sería lo más justo, si no se quiere faltar al derecho de las ardillas, caballos o moscas.
Publicado por: JM Mora-Fandos | 27 abril 2006 en 01:24 p.m.
no me puedo creer que haya gente pensando en derechos humanos de los monos, cuando hay muchisimas mas noticias con mas importancia como son gente de otros paises subdesarrollados muriéndose ó tantos abortos. realmente es increible que la gente se aburra tanto y apruebe leyes o derechos tan absurdo como es el tema de los derechos de los monos!.
Publicado por: carmen | 01 mayo 2006 en 09:23 p.m.