El pronóstico de los expertos acerca de éxito comercial del DVC daba por descontada la victoria absoluta en el box office del primer fin de semana. Casi nadie pensaba en el brutal descalabro del segundo weekend.
Dado que las críticas no pudieron ser ni peores ni tan unánimes, el pronóstico se orientó a observar lo que pasara en el segundo fin de semana, para poder hablar de éxito a medio o largo plazo. El segundo fin de semana acaba de pasar, y los datos dicen que el DVC ha sido literalmente arrollado por "X-Men: The Last Stand", película que -por lo demás- no es un prodigio cinematográfico, sino una franchise muy bien comercializada, en la que el bien triunfa sobre el mal:
Los expertos dijeron que si el DVC (como cualquier otra película con marketing en plan "evento") tenía en este segundo fin de semana una bajada de taquilla superior al 40% de los ingresos del primer fin de semana, se debería empezar a hablar de "fracaso comercial".
El DVC ha tenido una bajada del 55,9%. Eso se llama, en términos profesionales, un fracaso comercial: un tremendo fracaso de las expectativas de taquilla a medio y largo plazo, así como las expectativas de ventas en DVD. En cifras absolutas, en USA, el panorama es éste:
Este descalabro es, en parte, debido a tres circunstancias:
• 1) al arrollador pase por encima de "X-Men: The Last Stand", que ha tenido unos ingresos por valor de $103,125,000, mientras el DVC ha tenido que contentarse con $34,000,000.
• 2) al éxito de "Over the Hedge" película que muchos cristianos estadounidenses eligieron ir a ver el fin de semana pasado, para quitar ingresos al DVC. Y que en su segundo fin de semana ha hecho una taquilla de $26,875,000 (sólo un 30.1% menos que el anterior), y poco menos que el DVC.
• 3) a la rápida circulación de boca a oreja, via email y blogs, acerca de la inesperada e inexplicable mala o pésima calidad de la película. Fallar ante las grandes expectativas previamente despertadas y alimentadas tiene estos graves inconvenientes.
El público puede y suele ser engañado el primer fin de semana. Sobre todo si -como en este caso- se ha hecho una fuerte campaña de venta de entradas por anticipado. Raras veces es engañado el segundo fin de semana, cuando se da esta última circunstancia. No digamos ya, cuando se suman las dos primeras.
El DVC, que es una canallada cultural, una explícita, voluntaria y pertinaz falta de respeto con las creencias de más de mil millones de personas, además resulta ser una película especialmente mala, y -por si fuera poco- ha tenido muy mala suerte con los vecinos de estreno.
A pesar de esto, serán muchos los millones de dólares que ingrese. Pero, tras ser arrollado y vapuleado este fin de semana, hay amplias dudas de que lleguen a la mitad de lo que Sony había previsto de antemano. No puedo decir que me alegro de este revés comercial de Sony, pero me alegro de este respiro y alivio para muchos millones de personas: el "rebufo" cultural del DVC será menor de lo previsto.
Paradojas de los negocios cinematográficos, sin bajar a más detalles: lo que para la gran mayoría de películas podría ser calificado de "éxito rotundo", en este caso se convierte en un "rotundo fracaso". Que difícilmente será reconocido como tal: en Hollywood ya se habla casi como entre políticos después de unas elecciones: todos dicen que han ganado, en realidad.
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