Desde este año, gracias al empeño constante de un admirado colega durante todo un curso académico, hemos contratado en nuestra Facultad los servicios de Turnitin. Con ello se pretende mejorar la calidad del trabajo académico de los estudiantes y hacer desaparecer algunas sospechas, a veces pesadillas, de los profesores. Me refiero al plagio académico y su prevención. Dicho positivamente: es bueno que los estudiantes aprendan a citar todas las fuentes que manejan.
Eso mismo movió a sus diseñadores, un grupo de profesores e investigadores en Bekeley, en 1996, a crear programas para reciclar y ver qué semejanzas presentaban los "papers" producidos por los alumnos con otros "papers" y con la bibliografía, citada o no. El interés despertado entre los colegas les llevó a formar un equipo de trabajo en torno a Plagiarism.org, que resultó ser el primer sistema de detectar plagios, basado en internet. Hoy tenemos Turnitin.
Todos tenemos experiencia de que es muy fácil copiar, cortar y pegar, cambiando algunas frases iniciales y finales, largos párrafos de textos que están en la red. Y es relativamente fácil hacer pasar por trabajo propio la producción ajena.
Cosa que es mala para quien lo hace, y también mala para quien ha de valorar y corregir esos trabajos escritos. En el primer caso, porque un estudiante puede aprender sin darse cuenta a robar saber y trabajo ajeno, a mentir y engañar acerca de su saber y de su saber hace. En el segundo porque un profesor -sospechando y medio sabiendo que tal cosa puede suceder- comienza a desconfiar de sus estudiantes. Malo para todos.
Como esto no es un publi-reportaje de Turnitin, sino una información para quienes aún no estén al tanto, no me detendré en exponer sus grandes y efectivas virtualidades o la sorprendente precisión a la hora de lograr identificar los procentajes de "cita sin mención" (digámoslo así) de textos ajenos, así como las fuentes utilizadas.
Lo primero es explicar al inicio del curso alguna experiencia anónima del curso pasado, al verificar algún trabajo con Turnitin. Luego, al saber los estudiantes que sus trabajos entregados en formato digital son "pasados" por Turnitin antes de ser corregidos, es más fácil que citen con propiedad, que omitan copias descaradas de cosas que están en la red o de trabajos de colegas de cursos anteriores, que ya pasaron por Turnitin.
En principio, funciona. Pueden leerse algunas cosas al respecto, por ejemplo, lo que dijo en su momento (2001) el NYT, Lessons in the School of Cut and Paste. O bien puede leerse la entrevista que el WSJ hizo a John Barrie, el promotor e inventor del programa. O bien lo dicho por The Economist: Plagiarise. Let no one else's work evade your eyes.
El nivel de plagio (que es mucho más alto de lo que algunos imaginábamos, con los rinconesdelvago, y similares, además de lo que se descubre con google) puede reducirse a casi nada en poco tiempo. Hecha la trampa, hecha la ley.
¿Plagio en vuestra Facultad? Por favor...
Sin principios, ética o moral ¿dónde queda la fe?
Lo dicho, la sociedad está enferma, muy enferma, no sólo la española. Cuando no se valora el esfuerzo, el trabajo bien hecho, el meritaje, el aprender por encima del aprobar...
La solución no es sólo el programa, lo es que conste en el expediente académico, para que arrastre para siempre la vergüenza, una vez que esté debidamente probado, esa es otra.
Nunca olvidaré cuando un profesor me acusó de haber copiado unas prácticas de programación, falsamente. De nada sirvieron mis quejas. Todo por haber cometido el mismo error de programación que otros en una parte. ¿Eso es copiar?
Han pasado los años y todavía recuerdo la amargura de la FALSA ACUSACION y mi impotencia.
La causa de la confusión: el haber comentado cómo era mi solución, que otros copiaron CONCEPTUALMENTE, cometiendo el mismo error parcial, pero en ningún momento teniendo el mismo código.
En vez de restar en la calificación, asignatura para setiembre, a pesar de que los exámenes habían sido aprobados.
Conclusión: hay que estar muy seguro antes de acusar a alguien de plagio.
¿Es plagio hacer propia una idea? Expresándola con otras palabras, pero el mismo concepto.
Publicado por: maty | 19 julio 2006 en 01:23 a.m.
Cuando Terencio (creo que fue él) dijo aquello de "nihil humanum a me alienum puto" (nada humano me es ajeno), me parece que se refería, no sólo a las cosas nobles y estupendas, sino también a todas las debilidades humanas...
Todos somos humanos y nada humano queda al margen: incluso la tendencia a olvidar citar la procedencia de lo "tomado prestado" en un trabajo académico y adornarse con laureles ajenos... De todos modos, insisto en que se trata de un modo de alentar a la cita, de fomentar esta noble tarea académica, quizá injustamente olvidada o minusvalorada en nuestros días. Soy muy partidario del software libre y compartido. Pero mencionado y públicamente agradecido. Lo mismo pasa con lo escrito y publicado por otros, aunque no sea software... Un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 19 julio 2006 en 11:57 a.m.
No creo que el plagio académico pueda "reducirse a casi nada" mediante herramientas técnicas mientras consista en una práctica admitida por revistas científicas, altos catedráticos, comités editoriales y demás. Se trata de un problema -y de un delito- que las instituciones educativas tienden a focalizar en "los estudiantes" sin querer ver la viga en el ojo de tanto profesional, catedrático e investigador. Por otra parte, unos minutos -a veces segundos- de búsqueda en la web suelen bastar para identificar esos plagios difundidos y sostenidos por publicaciones y universidades de reconocido prestigio.
Publicado por: Deliverio Gillette | 02 agosto 2006 en 08:43 a.m.
Estimado Deliverio, aunque estoy de vacaciones, y sin red en los últimos días, hoy he entrado en la red y visto tu comentario. He visto fugazmente el sitio donde publicas (http://plagioacademico.blogspot.com), y te diré que tienes razón en las dos cosas que dices. Sobre la eficacia de un instrumento técnico se puede discutir, pero -y no hago publicidad- este parece muy eficiente, al integrar no sólo lo que está en red, sino también los trabajos de estudiantes de la misma materia en otros años. Sobre la impresentable y vergonzosa realidad de profesores e investigadores académicos que plagian... qué puedo decir? Que es muchísimo peor, incomparablemente peor. Es una lacra social que hay que lograr que desaparezca. Entre las gentes de ciencias y entre las gentes de letras. Que hacen burla del "reconocido prestigio", manchándose y sobre todo manchando a colegas e instituciones que sí tienen un "reconocido" y merecido prestigio.
Leeré vuestro blog cuando acabe las vacaciones. Gracias por escribir este comentario. Un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 04 agosto 2006 en 01:03 p.m.
JJG, gracias por la lectura y la respuesta, aún en vacaciones. No discuto la eficiencia del instrumento técnico, sólo digo que lo técnico no es causa, efecto ni solución.
Sobre "la impresentable y vergonzosa realidad de profesores e investigadores académicos" (y directores de publicaciones académicas) no hay más que decir...
Saludos.
Publicado por: Deliverio Gillette | 06 agosto 2006 en 11:13 a.m.
He encontrado tu web, buscando precisamente este programa que dice "detectar" la copia de trabajos. Me parece increible, que alguien pueda hacer pasar el trabajo de otros, a veces de muchas horas y con mucho esfuerzo, como propio. Parece que la ley del mínimo esfuerzo está sobrevalorada y que lo que importa es presentar "algo", es igual que aporte algo a la sociedad o no.
Un saludo
Publicado por: Lupe | 18 junio 2007 en 12:01 a.m.