A ver si nos aclaramos acerca de lo dicho por Benedicto XVI en su viaje alemán. Sin enredarnos en la algarabía ininteligible (perdón por la redundancia) montada en y por algunos medios, quizá más pendientes de asegurar escándalos farisaicos y conflictos islámicos que de prestar atención a los documentos, para poder informar acerca de ellos. Sobre todo, cuando se trata de un Papa que habla muy claro: hay multitudes que le entienden en la plaza de San Pedro cada semana.
De todos modos, tampoco hay que dejar sin más de lado la opinión de quienes pensamos que -para el buen funcionamiento de la comunicación pública de la Iglesia- nunca está de más que, ahora el P. Lombardi, nuevo director del Ufficio Stampa vaticano, o alguien experto en comunicación pública, relea algunos textos pensando en inmediatas repercusiones de su difusión a través de los medios. A veces hay por ahí, escuchando, algunas mentes que parecen dispensadas de usar la razón para oir hablar de la razón y la fe.
Para una visión general del asunto que aquí nos trae ahora, conviene remitir a la pluma puntual de Marta Salazar (respeto al islam, discurso en la Universidad de Regensburg, por ejemplo) y a Arp, de Compostela, para lo relativo a Regensburg. Aquí cabe ahora una breve síntesis del viaje y del asunto, nada trivial, puesto por el Papa sobre la mesa donde aparecen las agendas globales:
-- El pasado 10 de septiembre, hubo una misa en la explanada de la "Neue Messe" de Munich, la Feria Nueva, a la que asistieron 250.000 personas:
El Papa habló del insoportable cinismo y desprecio de Dios que hay en Occidente. Dijo que "las poblaciones de Africa y de Asia (...) se asustan frente a un tipo de razón [occidental] que excluye totalmente a Dios de la visión del hombre", y considera la técnica y el utilitarismo la forma más sublime de la razón, que hay que imponer también a sus culturas. No ven una amenaza para su identidad en la fe cristiana, sino en el desprecio de Dios y en el cinismo que considera la utilidad como criterio moral supremo.
"La tolerancia de la que tenemos necesidad urgente comprende el temor de Dios, el respeto de lo que para otros es sagrado. (...) Este sentido de respeto sólo puede ser regenerado en el mundo occidental si crece de nuevo la fe en Dios, si Dios está presente de nuevo en nosotros. Esta fe no la imponemos a nadie. (...) La fe solo se puede desarrollar en la libertad".
Benedicto XVI subrayó que "el mundo tiene necesidad e Dios. Nosotros tenemos necesidad de Dios. De qué Dios?". Del Dios, dijo, cuya "venganza" es la Cruz: el "No" a la violencia, "el amor hasta el final".
-- El 12 de septiembre, a las 16,45, el Papa se trasladó a la Universidad de Ratisbona, para participar en un encuentro con representantes de la Ciencias, subrayando que entre Dios y nosotros, entre su eterno Espíritu creador y nuestra razón creada existe una verdadera analogía:
Benedicto XVI se preguntó si "la convicción de que no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios" es "sólo un pensamiento griego -de la filosofía griega- o es siempre válido".
"Al final del Edad Media -recordó- en la teología se desarrollaron tendencias que rompen la síntesis entre espíritu griego y espíritu cristiano"; es el caso del voluntarismo. "La trascendencia y la diversidad de Dios se acentúan de modo tan exagerado, que también nuestra razón, nuestro sentido de lo verdadero y del bien dejan de ser un espejo de Dios, cuyas posibilidades ilimitadas siguen siendo para nosotros eternamente inalcanzables y se esconden tras sus decisiones efectivas".
La des-helenización, dijo, "emerge antes que nada en conexión con los postulados fundamentales de la Reforma del siglo XVI". Posteriormente, con la teología liberal de los siglos XIX y XX, "se quiere volver a poner el cristianismo en armonía con la razón moderna, liberándolo de elementos aparentemente filosóficos y teológicos, como por ejemplo la fe en la divinidad de Cristo y en la trinidad de Dios". El Santo Padre señaló que existe una "tercera ola de des-helenización que se difunde actualmente", según la cual "la síntesis de las culturas con el helenismo, que se realizó en la Iglesia antigua, sería una primera inculturación, que no debería vincular a las otras culturas".
En el mundo occidental domina la opinión de que sólo la razón positivista y las formas de filosofía que emergen de ella son universales. Pero las culturas profundamente religiosas del mundo ven precisamente en esta exclusión de lo divino de la universalidad de la razón un ataque a sus convicciones más íntimas".
-- El 14 de septiembre, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, S.I., realizó una declaración a propósito de la interpretación de algunas partes del discurso del Santo Padre en la Universidad de Ratisbona:
"A propósito de las reacciones de algunos representantes musulmanes acerca de ciertos pasajes del discurso del Santo Padre en la Universidad de Ratisbona, es oportuno notar que -como se desprende de una atenta lectura del texto- lo que interesa al Santo Padre es un rechazo claro y radical de la motivación religiosa de la violencia".
Algunos ecos fidedignos en la prensa italiana
En la prensa italiana hay de todo, como en cualquier lugar. Pero -también- hay gentes que dicen cosas dignas de destacar. Por ejemplo, en Il Foglio, Vittorio Emanuele Parsi, destaca que el razonamiento de Benedicto XVI no es geopolítico, sino que "es un discurso muy profundo sobre la relación entre fe y razón. Un discurso que señala con fuerza la diversidad entre el cristianismo y el islam, así como la que hay entre cristianismo y un cierto tipo de Occidente".
La "clase" que Benedicto XVI ha dado en su antigua Universidad de Ratisbona, dice el Prof. Lenoci, tiene mucho que ver con poner las cosas en su sitio, frente a una reducción sólo "sentimental" [Dios es amor] tanto como a una reducción sólo "metafísica" [un Dios tran trascendente que se convierte en arbitrario], de las que nace una visión débil de la fe, porque en el fondo es irracional. Por eso responde que el Logos, la racionalidad del pensamiento griego es un elemento que el cristianismo asume como algo intrínseco.
El Prof. Luciano Eusebi, miembro del comité nacional italiano de bioética, ve la importancia de la afirmación de que Dios no es extraño al hombre. Porque eso implica que la razón científica no excluya con Dios, de su campo de acción, las cuestiones últimas: "la Iglesia no está por la defensa de "sus" valores morales, sino que está por la defensa del ser humano, a través del respeto de su razón y de su dimensión religiosa, que es irreducible".
Algunas repercusiones colaterales en asuntos varios
Hoy está por aquí el lingüísta e historiador franco-búlgaro Tvetzan Todorov, participando en un congreso de filosofía. No pretendo decir que hable bajo la influencia de los dicho por Benedicto XVI, pero, cuando le preguntan por los valores occidentales, dice que "para exportar sus valores, Occidente debe apostar por el ejemplo, no por las armas" (supongo que se refiere implícitamente a la política de Bush para "exportar" la democracia en Irak y otros lugares).
"El uso de la fuerza militar -dice Todorov- para imponer la democracia termina por anular los principios de nuestra cultura. Y en Oriente Medio renacen los temores del viejo colonialismo. Es equivocado pensar en un "conflicto de civilizaciones": las sociedades no son impermeables, sino que viven de encuentros...
También añade que "los horrores de Auschwitz no legitiman la destrucción del Líbano. Como dice el músico de jazz Ornette Coleman, recordando su infancia en el Tejas segregacionista: "nada te obliga a se injusto porque has sido maltratado".
Quien sí que hace eco -también hoy- de lo dicho por Benedicto XVI es Magdi Allam, en el Corriere della Sera, hablando de respetar la verdad de la historia. No es de recibo, viene a decir este musulmán, "que el Papa sea puesto en la picota y sea amenazado por haber dicho lo que cualquier musulmán honrado y razonable debe aceptar: la realidad histórica".
Y concluye diciendo que "el problema es algo interno a un islam transformado por los extremistas, de una fe en Dios, en una ideología que pretende imponer un poder teocrático y totalitario sobre todos los que no piensan de ese modo. Y me asusta comprobar que incluso los llamados musulmanes moderados han renunciado al buen sentido de la razón y se hayan alineado con la "guerra santa", de la que ellos mismos serán las principales víctimas". (No es de extrañar que Magdi Allam deba circular por Roma bien protegido por un grupo de guardaespaldas, como si fuera el ministro del interior).
Total, que ahora puede que -sin que nadie en Occidente se dé por aludido ante el insoportable cinismo y el desprecio de Dios que aquí tenemos- se nos venga encima otra organizada algarabía ininteligible (perdón de nuevo por la redundancia) del tipo "Caricaturas de Mahoma III", dirigido esta vez contra Benedicto XVI y la Iglesia.
Muchas gracias por el link!
Publicado por: Marta Salazar | 17 septiembre 2006 en 10:04 a.m.