Acabo de ver en directo, en la Rai-1, hablar a Benedicto XVI desde el balcón de su residencia en Castelgandolfo, mientras un fuerte chaparrón caía sobre quienes estaban escuchándole en el patio. (Ver texto del párrafo inicial en italiano, inglés y francés: ... "vivamente rammaricato per le reazioni" / "deeply sorry for the reactions in some countries" / "vivement attristé par les réactions suscitées"...).
Leo un minuto después en Corriere:
«Rammaricato, testo citato non è il mio pensiero» Il Pontefice: il testo citato non espime il mio pensiero. Il Papa chiede scusa ai musulmani.
Prima dell'Angelus Benedetto XVI dichiara: «Sono vivamente rammaricato per le reazioni suscitate ad un mio discorso»
Leo también los titulares en Repubblica:
"Papa molto rammaricato. Il mio era invito al dialogo" y también "Sono rammaricato. Spero che questo serva a placare gli animi".
No hace falta seguir hablando de quien quizá no ha dormido esta noche (es más que probable que la haya pasado rezando) y dice humildemente, dando la cara ante todo el mundo, que está "rammaricato": afligido, apesadumbrado, dolido, apenado, etc. por haber sido malentendido en sus palabras. Y sin hacer gala ni ostentación en su mismo sentirse "rammaricato", que ni de broma se traduce por "pedir perdón". Otra cosa será, quizá, lo que digan algunos periódicos en diversas lenguas. El Papa tolerará (con tal de apaciguar esa peculiar sinrazón) menciones de "petición de perdón", que no faltarán, por parte de ilustres diarios, empeñados en "tener razón".
Es muy de admirar y agradecer que Benedicto XVI diga esto en primera persona, en la primera ocasión, y lo diga tras haberse fiado de la capacidad racional de quienes ahora vemos que realmente no merecían esa confianza. Todo un gesto de humildad intelectual y magnanimidad personal, muchísimo antes que un despiste académico o vaticano.
Desde luego, hay muchos intelectuales, académicos, periodistas o políticos, que ya habían reaccionado ayer poniendo de manifiesto que eran dignos de esa confianza. También aparecen ahora a la luz del día quienes no la merecen, a la vista de los escándalos farisaicos montados entre quienes se manifiestan así como fundamentalistas musulmanes o cínicos fundamentalistas occidentales. Y el caso es que la verdadera crítica del Papa es para Occidente, donde ha habido un silencio clamoroso, con singulares excepciones en Alemania e Italia. Quizá haya molestado que la palabra sustantiva más mencionada (46 veces) haya sido "razón", dado que el objetivo de la lección académica estaba en la fe que con ella armoniza.
Hay mediocres que saben que lo que atribuyen al Papa no es lo que él piensa. Saben que lo que el Papa reclama es no dejar el Logos, la trascendencia divina al margen de la razón raciocinante humana. Saben que pedir que se "excuse" es un abuso y una cobardía. Entre otras cosas, porque ellos mismos no suelen excusarse por decir hoy lo opuesto de lo que ayer decían con gran aplomo (cosas de la reducción de culquier cosa a la oportunidad política). Saben que no tienen ni una centésima parte de la magnanimidad, no ya de la altura intelectual y moral, de quien ellos se sienten en el deber de "condenar".
Saben que han montado este escándalo a golpe de trompetas y de consignas, cuando -por ejemplo- aún no había versión árabe del discurso de Ratisbona como para llamar la atención de tantos grupos políticos, organizaciones religiosas, medios periodísticos o propagandísticos. Saben que un escándalo del tipo "Caricaturas de Mahoma III" ya tiene su propia dinámica organizada, al margen de lo que haya sido dicho o dejado de decir. Saben que han puesto en marcha un mecanismo irracional con el que no cabe dialogar. Y lo malo es que quienes han montado este montaje, son gentes que han podido escuchar y leer sus palabras. Y han podido hacerlo con detenimiento.
Gentes que "filtran el mosquito y se tragan el camello"
Por eso se descalifican a sí mismos quienes, como por ejemplo los editorialistas del New York Times, hablan de las palabras del Papa con gran infortunio (por decir algo suave), y luego, siguiendo con el mismo tono (más cercano a la "gravitas" condescendiente del borracho que a otra cosa) se siente en la obligación de rectificar una minucia, a propósito de la ya famosa frase del tal Paleólogo:
sucede, dicen, que deberían haber dicho "... to spread by the sword the faith he preached.”,
mientras que lo que dijeron fue: “to spread the sword by the faith he preached.”
Eso sí que es toda una señora rectificación, pardiez! Ya pueden dormir tranquilos los periodistas y lectores del NYT, al menos un par de meses. Hemos rectificado! (Y lo incluyen como titular en negritas).
No importa si además se han olvidado de decir tal o cual cosa sustancial o se han dejado las cejas en dar un ligero "spin" o "frame" a algunas otras palabras o asuntos. En su inocencia, por ejemplo, "olvidan" destacar que, justamente eso, dicho de cualquier manera, es lo que Benedicto XVI critica, contradice y explica que no es acorde a la razón humana en cuanto cercana al Logos divino que se abaja. Pero, en fin, ya se sabe, cosas de la "urgencia periodística" y demás. O quizá son cosas de la crítica del Papa al secularismo, que no cae del todo bien "chez NYT".
No sé por qué, tras haber escuchado en directo al Papa decir que está "rammaricato", ni siquiera me siento capaz de recordar a los del NYT aquello de Mateo 23, 23, cuando recoge algún que otro reproche para aquellos "que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad!", o -quizá más cercano al caso mencionado- 23,24: para aquellos "que filtran el mosquito y se tragan el camello!"
Quizá por esto, no está descaminado decir que es más razonable y ajustado a la realidad lo que dijo The Guardian acerca de Pope Benedict's long mission to confront radical Islam. Los tiempos cambian y cambian las personas. Ahora, dice John Hooper, el asunto clave ya no es lo que en lenguaje vaticano se llamaba "diálogo" (actitud unilateral de), sino que es la "reciprocidad" (¿qué pueden hacer los cristianos en países musulmanes?) lo que está en juego.
Excelente, gracias, manana pongo una referencia o link.
Publicado por: Marta Salazar | 18 septiembre 2006 en 05:50 p.m.
Aciprensa dice que "El Papa manifiesta públicamente su dolor por reacciones a su discurso en Ratisbona".
Es aún más fuerte, pues habla del dolor del Santo Padre.
El link en: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=14088
Publicado por: Marta Salazar | 18 septiembre 2006 en 07:10 p.m.
Muchas gracias, Marta, por el link y la referencia.
En efecto, "dolor" es una de las traducciones que he puesto para el "rammarico" de Benedicto XVI. Aunque -y esto es imaginación mía: no tengo un dato escondido por ahí para avalarlo- quiero imaginar, como digo, que el Papa, "quizá no ha dormido esta noche (es más que probable que la haya pasado rezando) y dice humildemente, dando la cara ante todo el mundo, que está "rammaricato": afligido, apesadumbrado, dolido, apenado, etc. por haber sido malentendido en sus palabras."
Muchas gracias, mucho ánimo en lo que haces y un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 18 septiembre 2006 en 08:09 p.m.
sí, también he pensado en cómo se siente él y que la historia del oso de s. Corbiniano tendría una vida más fácil que la suya.
pero estoy segura que Dios arreglará todo este enredo y sacará algo bueno de esto.
Muchos saludos!
Publicado por: Marta Salazar | 19 septiembre 2006 en 06:02 p.m.