Hoy viernes, a las 01.10, hora local (ver AsiaNews.it), fueron fusilados -probablemente en el aeropuerto de Mutiara, en Palu, Indonesia- Fabianus Tibo, Marianus Riwu y Dominggus da Silva. Habían sido condenados, hace seis años, por su supuesta y más que improbable implicación en la muerte de 200 musulmanes en el enfrentamiento interreligioso que ensangrentó las islas Célebes en el año 2000 (ver Execution looms again for Indonesian Catholics).
El proceso que les ha llevado a la pena capital ha estado viciado de procedimientos ilegales, testimonios no escuchados y pruebas no aceptadas por los tribunales. Han sido fusilados, a pesar de las apelaciones al tribunal de Ginebra, y de las repetidas peticiones de clemencia por parte de algunas personalidades internacionales, desde Benedicto XVI hasta el ministro de exteriores italiano, D'Alema.
Los tres fusilados eran católicos. Indonesia es el mayor país musulmán del mundo: el 90% de sus 245 millones de habitantes pertenecen a esa religión.
A propósito de esto, publica hoy Piero Ostellino en Corriere della Sera un artículo muy interesante, titulado Liberali senz'anima.
El artículo viene a ser un breve comentario del título. Ahí se lee, por ejemplo:
Se dice que la indignación es la antecámara de la acción política. Pero nadie parece ya indignarse en nuestras sociedades secularizadas. Parece prevalecer una especie de "liberalismo sin alma" que -según Benedicto XVI- situaría erroneamente la indiferencia ética como fundamento del espíritu de tolerancia.
Una tolerancia que
ya no sería vivida como un valor en sí mismo, contrapuesto al fundamentalismo e integrismo religioso islámico, sino como un expediente escéptico y oportunista para evitar tener problemas con el terrorismo.
Esto, comenta Piero Ostellino, es lo que hemos visto a propósito de las amenazas de muerte al Papa, por parte de Al Qaeda, y es lo que se observa en cada noticia sobre las persecuciones que los cristianos padecen casi a diario en países islámicos:
Pocos, en el mundo judeo-cristiano y en las sociedades democrático-liberales, han levantado su voz en defensa del Pontífice, al tiempo que se le ha reprochado de haber planteado "imprudentemente" el problema de las diferentes raíces históricas del cristianismo y del islam.
Añade Piero Ostellino un elogio del presidente del gobierno español, Zapatero, por haber sido precisamente uno de los pocos en levantar su voz en este sentido, a pesar del fuerte laicismo de su política en asuntos "sensibles" para la Iglesia.
Pienso que es de justicia matizar un poco al laico Ostellino en su valoración del gesto de Zapatero. Tengo serias dudas de que el presidente del gobierno español se salga del coro del "liberalismo sin alma (desalmado)" que Ostellino oberva en nuestro occidente secularizado, "liberal y tolerante". Más bien se diría -a tenor de lo que hace, más que de lo que dice- que Zapatero tiende a formar parte de su "núcleo duro". Porque (ver aquí mismo ayer) sólo se ha movido una vez que tuvo lugar la previa movida del presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad, en ese sentido. No son pocos los que -viendo así el terreno despejado- se lanzan después corriendo a apuntarse un tanto.
Volviendo al fusilamiento en Indonesia, la prensa italiana informaba esta mañana en primera página del asunto, y luego también (Corriere, Repubblica, Avvenire, etc.) de los desórdener públicos que se han seguido. Imagino que -quienes no dijeron nada de proceso, las peticiones de gracia y el fusilamiento- ahora tendrán algo que decir, al estar de por medio los datos y las imágenes que las agencias y televisiones han volcado sobre la incauta ciudadanía. Y, de paso, más de uno encontrará la ocasión para poner a Benedicto XVI en berlina. Esperemos que no sea así, puesto que la realidad va por otro lado: el lado ya tantas veces mencionado del diálogo, buscado "a tutto campo" por el mismo Benedicto XVI, y ahora dicho de una u otra manera.
Conozco a una mujer de ese pais y me ha contado que es de opinión publica que el gobierno ha matado a estos señores por su condición de catolicos, ya que necesitaban poner rostro a los culpables de la barbarie.
DESCANSEN EN PAZ!!!!
Publicado por: jose menchon | 22 septiembre 2006 en 06:36 p.m.
Efectivamente, eso es lo que también tienden a señalar los que han seguido de cerca la suerte de esas personas. Seguro que descansan en paz, gracias a Dios. Aquí quedan gentes que tienen o tenemos aún bastantes cosas por hacer.
Publicado por: JJG Noblejas | 22 septiembre 2006 en 07:46 p.m.
Hace unos meses te recomendé "Padre Elías. Un apocalipsis". Probablemente uno de los libros más fascinantes que leido en años y que sirvió para ilustrarme en clave "best seller" de los retos a los que se enfrenta este mundo nuestro tan secularizado. Repasándolo otra vez, encuentro extraordinarias similitudes entre lo que Michael O'Brien escribió hace ¡¡14 años!! y lo que está ocurriendo hoy. No sólo por la presión y soledad a la que tiene que enfrentarse el Papa (¿soledad? Será la soledad institucional, porque sé que somos ¡millones! de personas las que rezamos por él todos los días... ¡No está solo! ¡Al contrario!) sino por la anticipación de las nuevas Alianzas tan "neoliberales" como la nueva Fundación de Bill Clinton. No tengo elementos para juzgarla, pero hay algo ahí que me tiene con la mosca detrás de la oreja: http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/iniciativa_global_clinton_1102664.htm
Publicado por: Jordi | 23 septiembre 2006 en 10:45 a.m.
No cayó en saco roto tu recomendación. Además, porque coincidió con que un amigo, corresponsal estadounidense en Roma, me había pasado un ejemplar del libro, que acababa de leer. Estaba tan entusiasmado, que el ejemplar está lleno de subrayados y alguna anotación (porque me recomendaba pensar en su posible adaptación a la pantalla).
Leí "Father Elijah. An Apocalypse", y me impresionó. Voy a leerlo de nuevo. Gracias, Jordi.
Sobre la William J. Clinton Foundation sólo te puedo decir que me marean las cifras de $ que mencionan...
Publicado por: JJG Noblejas | 24 septiembre 2006 en 01:31 p.m.