He leído muchas e interesantes cosas acerca y a propósito de las elecciones de estos días. Tengo a mano dos referencias que tienen que ver con las catalanas y las estadounidenses, que no son precisamente elecciones semejantes entre sí. Excepto, quizá, en que se trata de elecciones de "política polítca", de política que se interesa por sí misma. Y, por contraste, viene a la memoria un texto ya clásico de "política apolítica".
Václav Havel, hombre de cultura, escribió en 1984, en el ostracismo, un largo discurso sobre política y conciencia. Entre otras cosas, decía que era partidario de "una política apolítica. De una política que no es ni una tecnología del poder y una manipulación de éste, ni una organización de la humanidad por medios cibernéticos, ni un arte de la utilidad, del artificio y de la intriga". Y añadía:
La política, tal como la entiendo, es una de las maneras de buscar y lograr un sentido en la vida; una de las maneras de proteger y de servir a este sentido; es la política como moral actuante, como servicio a la verdad, como preocupación por el prójimo, preocupación esencialmente humana, regulada por criterios humanos.
Es ésa, sin duda alguna, una concepción muy poco práctica en el mundo actual y difícilmente aplicable a la vida cotidiana. Sin embargo, no conozco una solución mejor (...)
Se comprueba que la política no está condenada a seguir siendo monopolio de los profesionales de la tecnología del poder y que un simple electricista, de ánimo valeroso, que respeta algo que le trasciende y que no tiene miedo, puede influir en la historia de su nación.
Sí, la política apolítica es posible. La política desde abajo. La política del hombre y no del aparato. La política que viene del corazón y no de una tesis"
Esto escribió Havel en su discurso de aceptación de su nombramiento como Doctor honoris causa por la Universidad de Toulouse-Le Mirail, en 1984, acto al que no pudo asistir, por estar como político en la cárcel.
A Václav Havel no le entenderán, probablemente, ni la inmensa mayoría de los políticos catalanes que acaban de ganar o perder unas elecciones, ni tampoco la mayoría los políticos estadounidenses que están viendo como ganar o no perder las elecciones dentro de unos días.
A un Václav Havel que diga esto no le entenderá, no le querrán entender, la mayoría de los políticos en general. ¿Dice esto algo bueno de los políticos, en general? ¿O es que Havel, además de ser buen poeta y gobernante, no sabía de qué estaba hablando?
Quizá la política "apolítica" no quede tan lejos del humanismo cívico del que aquí a veces se habla.
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