Si todo el mundo (o 100, o 200 millones de personas) somos "Persona del año", a fin de cuentas resulta que nadie lo es. Es decir, que para Time, por mucho que lo razone Lev Grossman ("You. Yes, you. You control the Information Age. Welcome to your world"), no hay "Persona del 2006".
Entre otras cosas, porque yo sé muy bien que (incluso junto a 100 o 200 millones de personas interactuando en la red) no controlamos ni de lejos esa "Edad de la Información". No somos un sujeto personal, ni siquiera metafórica o figuradamente, al que atribuir acciones dignas de alabanza. No funciona la presunta sinécdoque, "pars pro toto".
Que este haya sido el año en que YouTube ha sido comprado por Google por 1.650 millones de $, y reciba 100 millones de visitas diarias, o que MySpace haya sido comprado por NewsCorp por 580 millones de $ y reciba 300.000 nuevos miembros diarios, no parece razón suficiente para que en la portada de Time se ponga un espejillo y quien (tras comprar el ejemplar) se vea ahí reflejado piense que es la "persona del año".
Eso -con independencia de lograr eco para la propia revista- parece que no es haber entendido del todo bien qué sentido tiene la Web 2.0, mencionada también por Lev Grossman en su larga justificación como un "experimento social masivo" que -dice- al igual que todo experimento, puede tener éxito o puede fallar.
La idea de Time está bien, pero parece que hubiera estado mejor haberla trabajado un poco más. A fin de cuentas, me parece que quien ahora está leyendo esto, como quien lo ha escrito, estamos convencidos de que no somos "persona del año", por mucho que visitemos YouTube o MySpace o simplemente compartamos opiniones, textos e imágenes a través de internet.
Está bien que Lev Grossman ponga en tela de juicio a Thomas Carlyle cuando dice que "la historia del mundo no es otra cosa que la biografía de grandes personas", porque -sin necesidad de ser miembro de la École des Annales- ya sabemos que la historia no son sólo nombres y fechas. Todos hacemos historia con nuestras decisiones. Aunque sólo fuera por aquello del "efecto mariposa".
Pero todo eso no es razón para ser "the Person of the year", y menos para sentirnos tal cosa al mirar nuestra imagen (distorsionada) en la portada Time.
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Actualización (24 Diciembre 2006): tras unos días en montaña, fuera de cobertura de la red, veo -entre otros- y a propósito de Time y su "Person of the Year", lo escrito por José Luis Orihuela en Tiempo de Timo (muchas gracias, una vez más, por la referencia).
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