Transcribo, con admiración, los argumentos que ofrece la Escuela o Seminario de Retórica General, de la Universidad de Tubinga, al conceder el premio Rede des Jahres 2006 (el "discurso del año") al pronunciado por Benedicto XVI el pasado 12 de septiembre en Regensburg. Ratzinger sucede en el galardón, entre otros, a Daniel Cohn-Bendit y Joschka Fischer.
Dice -según leo en Zenit y Abc, entre otros medios- que quiere poner de manifiesto y defender la "valentía y determinación con que el Papa escribió su discurso, sin esa disposición a complacer y acomodarse que frecuentemente pasa por diálogo".
Dice que el discurso tiene fuerza y riqueza argumentativa y "está construido magistralmente en su composición directa y al tiempo llena de matices".
Lamenta el Jurado el trato ("simplificador") que la prensa mundial otorgó al discurso, al "malentender el texto". Y hacerlo malintencionadamente. Algo de lo que ya se habló aquí.
El tema, que -sigue diciendo el jurado del premio- fue presentado por los medios como una vinculación directa del islamismo con la violencia, "era en realidad la relación entre razón y fe y la afirmación de la convicción cristiana de que actuar conforme a razón corresponde a la propia naturaleza de Dios".
Como muy acertadamente dice Juan Ignacio Ruiz Aldaz (La “helenización” del cristianismo, rehabilitada, Aceprensa - €), los primeros cristianos buscaron el arrimo y el diálogo racional con los filósofos, y no con las religiones paganas:
El logos –la verdad y la razón de la realidad– que buscaba la filosofía griega era el Hijo eterno de Dios, que se había hecho carne en Jesucristo. Justino podrá decir que los cristianos poseen la totalidad del Logos, mientras que los filósofos lo poseen sólo en parte.
Los Padres tuvieron la lucidez de afirmar que el Dios revelado en Cristo es el verdadero Dios que buscaban los filósofos y rechazaron investigar toda posible identificación con Zeus, Apolo o cualquier otra divinidad del panteón. Fueron los pioneros de un intenso y fecundo diálogo entre fe y razón.
No deja de llamar la atención el silencio que no pocos medios (incluyendo "El País" entre los de lengua castellana) han otorgado a esta noticia.
Queda claro que el diálogo entre la razón y la fe es el tema y el núcleo del discurso, ahora premiado en razón de sus formas de argumentación. Queda atrás -certificada como falsa- la divulgada razón de insulto al islamismo. Y siempre queda el texto completo del discurso para ser leído.
Por eso resulta un poco extraño que algunos sólo ofrezcan su silencio para participar ahora en el diálogo racional que comenta este destacado asunto. Eso que pierden, porque sigue siendo cierto que "de sabios es rectificar".
"Lamenta el Jurado el trato ("simplificador") que la prensa mundial otorgó al discurso, al "malentender el texto". Y hacerlo malintencionadamente."
Hago mía tal observación, al haber leído tal discurso, tras producirse la falsa polémica.
Una vez más, muchos "periodistas profesionales" incumplieron con sus deberes profesionales, eludiendo acudir a las fuentes antes de posicionarse.
No es cuestión de ser católico, es cuestión de ser riguroso. Muchos están acostumbrados a utilizar los medios para descalificar al contrario, anteponiendo sus creencias/ideologías al buen quehacer.
Por desgracia, son los más leídos, una muestra más de la degradación de la sociedad española.
Publicado por: maty | 29 diciembre 2006 en 11:48 p.m.
Entiendo y comparto la desazón (es lo menos que cabe sentir) producida por la falta de profesionalidad que mencionas.
Resulta que a fin de cuentas vivimos en una "sociedad de la información": guste o no, dependemos de ella para saber del estado de cosas y saber a qué atenerse para (poder) actuar con libertad. Pero si la información se confunde y mezcla intencionalmente con propaganda y con publicidad, o bien la gente reprime su acción cívica o se abandona en plan esclavo a lo que le digan: "¿quiere ser Ud. feliz?" (eso queremos todos, ¿no?) ...pues entonces, "vote (o compre) Ortiz". Y eso hacen los esclavos, teniendo al mismo tiempo una gran "sensación de vivir" libremente: de hacer lo que se debe, lo que hace todo el mundo, o la mayoría, etc.
Si resulta normal (por parecer inevitable, que no lo es al 100%) el "bias" o el "prejuicio" de opinión ideológica en las informaciones de los medios, entonces sería muy de agradecer que ese "sesgo parcial" fuera al menos explícitamente exhibido como tal bajo el mismo título del periódico o del medio en cuestión. Y recordado en (o junto a) cada información...
De todos modos, no te preocupes, que no caerá esa breva. Hay mucho interés ideológico y mercantil en que no suceda.
Habrá que buscar otros modos de despertar a más gente para que sepa qué alimentos intelectuales y afectivos ingiere su espíritu, su imaginación, su inteligencia y su voluntad, sus afectos... El caso es que sobre los otros alimentos -más "corporales"- desde el jamón serrano, o las bebidas o las medicinas, hasta el tabaco, hay cuando menos un poco de información y control de calidad, creíbles y socialmente aceptados, acerca de los ingredientes, la fecha de caducidad, los posibles efectos, y cosas así...
Do not give up!
Publicado por: JJG Noblejas | 30 diciembre 2006 en 11:36 a.m.