Lo ya dicho aquí mismo sobre esa ejecución ha tenido y tiene aún un eco muy amplio a través de Google. Quizá se puede añadir algo nuevo, visto lo visto en la prensa internacional.
La ejecución de Saddam Hussein en si misma considerada, los modos de llevarla a cabo y los de darla a conocer siguen resultando impresentables. Pero el tema -no sé si su morbo- interesa en todo el mundo, y la prensa internacional produce opiniones sin parar. No sé si hay más ecos fuera de Irak que en aquel país.
Algunas de esas opiniones parecen querer justificar, de uno u otro modo, el inusitado e indigno voyeurismo generalizado (tanático, más que erótico) que han despertado esas imágenes en televisión y sobre todo en internet. Y aunque que personalmente he decidido no ver tan sórdidas imágenes de una ejecución que de suyo repugna, resulta interesante conocer algunos argumentos sobre este particular fenómeno voyeurístico.
Según comenta Richard B. Woodward en el WSJ (Subtext Message. The cellphone video of Saddam's execution), la ejecución fue quizá pensada por los estadounidenses y su Coalición sobre el modelo de los 10 ajusticiados nazis en 1946 en Nuremberg y los siete japoneses que corrieron igual suerte en Nugamo en 1949. Con su ritual de grave seriedad y dramatismo, en el que hubo periodistas presentes, pero cuyas imágenes no constituyeron ningún espectáculo. Solo fueron un modo claro y rotundo de corroborar la muerte de los ajusticiados.
En el caso de la ejecución de Saddam Hussein, quizá el objetivo principal fuera también poder corroborar públicamente su muerte, y con ello cancelar las acciones y pretensiones de sus liderados, pero el sorprendente modo de proceder y el testimonio audiovisual del hecho (tanto el oficial, como el no previsto) no pueden ser más vergonzosos.
Y por eso, más proclives a perpetuar y legitimar la memoria de Saddam como un mártir en lugar de un tirano.
Incluso quien aceptara -por la razón que fuera- la ejecución de Saddam, ha de reconocer que la muerte de un ser humano, incluso a manos de otros seres humanos, debería ser un acto indudable de justicia y ser llevado a cabo con una seriedad formal máxima, fruto y síntoma -en último término- del propio dolor y la culpabilidad de quienes le condenaron y ejecutaron.
La indignidad de lo visto e imaginado, según reflexiona Mick Hume en Spiked (They couldn’t organise a hanging on a gallows), es algo que deslegitima la ya discutible y discutida intervención en Irak de la Coalición, y pone a la vista que el estado de Irak realmente no existe, que casi todo se reduce a una contienda entre shiitas y sunitas.
Lo visto no ha sido una especie de "reality show": es la realidad misma dada en espectáculo de odios y bajas pasiones. Algo que lleva a pensar que el caos reinante en Irak pone de manifiesto que intervenciones como la de la Coalición no sólo no arreglan las cosas, sino que las empeoran.
Un modo de entender esto último puede verse en el editorial escrito por Adonis, periodista sirio, en el diario Avvenire (Medio Oriente: democrazia, araba chimera), a propósito de la disparidad de contextos culturales que observan esta ejecución:
"La diferencia entre Europa y el mundo islámico es cualitativa, no tiene que ver con el nivel de progreso alcanzado. Es decir, la visión cristiana del mundo no es política, sino humanística: son los seres humanos quienes están en la base de la política (...) En nuestro caso, por el contrario, la ley política siempre ha estado esencialmente basada en la religión. Incluso la ideología del nacionalismo árabe, en todas sus formas, es una ideología religiosa".
"La estructura tribal y sectaria -continúa Adonis- no se ha disualto aún del todo en la nueva estructura de la democracia. El individuo árabe no elige entre personas de opiniones diferentes que representan corrientes diversas. El árabe está acostumbrado a votar según conceptos predeterminados, y votará a cualquiera que represente esos conceptos. El nacionalista votará por el nacionalista, el comunista votará por el comunista. En el fondo, estos son tipos de "sectas religiosas".
Como no es ocasión de pensar estas ideas en el contexto de las democracias occidentales, que curiosamente parecen adoptar formas tribales y sectarias, con partidos políticos organizados como "sectas religiosas", dejemos las cosas aquí.
Hay por supuesto muchos más razonamientos, algunos de los cuales, tras execrar el carácter perverso y vengativo del apresurado y furtivo modo de ejecutar a Saddam Hussein, solicitan que sus imágenes sean vistas, antes de que nos lavemos las manos sobre el asunto y sigamos pontificando sobre el alto grado de nuestra justicia, sin duda mayor que la de otros.
Reconociendo el sentido de estas y otras razones, mantengo la decisión de no cargar mi memoria ni mi imaginación con esas imágenes, indignas de la misma condición humana que las ha producido, difundido y visto hasta la saciedad en YouTube o donde sea. Allá cada cual con su particular voyeurismo tanático y sus razones para practicarlo y promoverlo.
"voyeurismo generalizado (tanático, más que erótico...)"
qué buena esta frase o término, la adoptaré!
Publicado por: Marta Salazar | 23 enero 2007 en 11:42 a.m.