Ryszard Kapuscinski, escritor periodista, murió anteayer. Hoy -por lo leído en la prensa- parece que afortunadamente se dan las condiciones para que comience el "mito Kapuscinski".
Lo que sigue no tiene ningún inconveniente en promover y hacer duradero semejante mito.
Ha muerto uno de los pocos grandes que trabajaban sabiendo que esta profesión está hecha a la vez de accidentes y sustancias, de instantes y de eternidad, de letras grandes y letras pequeñas, de gritos y de silencios. De protagonismos, de anonimatos: de servicio.
Ryszard Kapuscinski fué un hombre de cultura que supo conjugar y declinar muy bien el verbo comunicar: era consciente de que hablaba a personas de carne y hueso sobre lo que hacían o dejaban de hacer personas de carne y hueso. Siendo él mismo una persona de carne y hueso.
Kapuscinski no ha sido un "personaje", ni ha escrito como tal. Era una persona y escribía como una persona. Hablaba y escribía para personas, no para simples personajes (lectores, consumidores, censores, cifras estadísticas, etc.), y hablaba y escribía de personas, no de simples personajes (políticos, empresarios, militares, ciudadanos, etc.). En fin, digamos que hablaba -por supuesto- de y para "personajes", pero consciente de que eran encarnados por personas.
Quiero pensar que Kapuscinski entendía mejor su trabajo desde un punto de vista "poético" (atento al sentido dramático y narrativo profundo de alegrías, sufrimientos y dolores, generosidades y egoísmos: males en busca de redención). Y también desde un punto de vista "retórico" (atento a hacer verosímil, aceptable, lo que -tras ver y sopesar- sabía que era verdadero).
Por eso sus escritos tienden a ser políticos sin "bias" partidistas, éticos sin moralizaciones baratas y bellos sin esteticismos. Por eso resultaron sus noticias y reportajes, y ahora sus libros, un buscado servicio al bien común.
Era uno de los que pensamos -dicho sea así de escueto- que para hablar de "esta o aquella guerra", de "este o aquel abuso de poder", de "esta o aquella hambre", hay que procurar saber mucho de "la" guerra, "del" poder, "del" hambre, etc. Saber de cosas y casos singulares, de palabras que incluyen o excluyen de leyes generales y nociones universales. Y desde luego, saber relacionar unos y otros sin trampas.
Kapuscinski -al menos parece que esta es una clave para entender sus escritos- era un periodista de conciencia: escribía desde su conciencia y era leído desde la conciencia. No desde la imaginación o la estricta lógica de la verdad filosófica o científica. Kapuscinski incluía el error entre sus posibilidades, y tendía a entender lo correcto como lo corregido... "Los cínicos no sirven", decía.
Descanse en paz, ya mirando sin reparo de tejas arriba.
No pocos han dicho cosas de interés sobre Ryszard Kapuscinski. Una breve selección:
• Euro-topics (25/01/2007) destaca varios artículos en The legacy of Ryszard Kapuscinski.
• New York Times: Ryszard Kapuscinski, Polish Writer of Shimmering Allegories and News, Dies at 74.
• ABC: El honor perdido del periodismo.
• El País: El mundo del periodismo y de la cultura llora la muerte de Ryszard Kapuscinski.
• El Mundo: Ryszard Kapuscinski, en la estela humanista de Heródoto.
• El Universal: Murió Kapuscinski, el mayor periodista del siglo XX.
• Clarín: Murió Kapuscinski, el periodista que contó la historia desde la gente común.
• Le Monde: L'écrivain et journaliste polonais Ryszard Kapuscinski est mort.
• Open Democracy: Ryszard Kapuściński: from Poland to the world.
• Slate confunde un tanto las cosas en discutibles apreciaciones: The Lies of Ryszard Kapuściński. Or, if you prefer, the "magical realism" of the now-departed master.
• Guardian Unlimited: Kapuscinski's Reportage Remembered.
• Washington Post: War Correspondent, Author Ryszard Kapuscinski.
• The Wall Street Journal: Journalist as Metaphysician. Ryszard Kapuscinski was a risk taker par excellence.
• La Jornada: La muerte de Ryszard Kapuscinski.
• La Nación: El último despacho de Kapuscinski.
• El Mercurio: Kapuscinski: La conexión latinoamericana del reportero sin fronteras.
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