En España, el actual gobierno se ha empeñado en la deformación moral o quizá en la formación inmoral de sus ciudadados.
No es su tarea entrometerse en "educar para la ciudadanía", enarbolando un "manual único", en el que impone una visión con un sesgo muy peculiar y particular de esa cidadanía.
Recuerda excesivamente aquella "formación del espíritu nacional", versión hispana y aguada de pasadas iniciativas fascistas y marxistas, que dice aborrecer el mismo gobierno.
A ver si resulta que no aborrece tanto ese espíritu totalitario, aunque hoy se cambie la letra de la canción.
Dicho así, puede parecer una exageración. Sólo "parecer". Porque si se piensa un instante, no resulta nada chocante decir así las cosas por parte de un ciudadano, mientras que -en una democracia- es muy chocante que el Estado y en su nombre el Gobierno, se autoproclamen (nadie les ha llamado a tal asunto) -en una democracia- como maestros de la conciencia moral de sus ciudadanos.
En mi inocencia, había llegado a pensar que España no era una quimera democrática, como lo son algunos estados islámicos, en los que las razones políticas y las razones humanísticas trascendentes coinciden en la ejecutoria de sus dirigentes. En este caso, da la impresión de observar una especie de extraña Yihad o guerra santa (laicista, por supuesto) zapateril.
Comparto las razones de "Profesionales por la Ética", en su objeción de conciencia cuando dicen que "estamos a favor de la formación en virtudes necesarias para la vida y la convivencia social pero nos oponemos frontalmente a esta asignatura tal como se va a implantar porque constituye un instrumento ideológico al servicio del Gobierno de turno".
Y por eso me sumo en la consideración de estos 10 motivos (descargar .pdf) para el rechazo de esa "asignatura":
1. Constituye una intromisión del Estado en la educación moral de los alumnos.
2. No hace ninguna referencia ni a la verdad ni al bien.
3. Pretende educar en moral ignorando las tradiciones religiosas, la existencia de Dios y la misma dimensión trascendente de la persona.
4. Impone la ideología de género y la diversidad de opciones afectivo-sexuales.
5. Abusa de las emociones y afectos de los alumnos renunciando a la pedagogía del esfuerzo, la exigencia y la voluntad.
6. Insiste en una concepción inadecuada de la democracia en la escuela provocando la pérdida de autoridad de los profesores.
7. Evaluará observando el comportamiento de los alumnos y no la adquisición de conocimientos.
8. Reduce horas de materias fundamentales como Lengua, Ciencias Sociales o Tecnología.
9. Es discriminatoria respecto a la asignatura de Religión que voluntariamente eligen los alumnos.
10. Reitera contenidos (Constitución, derechos humanos, funcionamiento del sistema político) que ya se encuentran en otras materias.
El Estado y el gobierno de una nación democrática -de buena ley- no es juez y parte en asuntos morales, que dan fundamento a la política, y respeta la iniciativa de los ciudadanos, desempeñando en todo caso un papel subsidiario, acorde con la ley y la conciencia cívica.
Y no exhibe el protagonismo chulesco que ese gobierno se ha propuesto, precisamente con esta manía de intervenir en la formación inmoral de sus ciudadados. ¿Quién es Zapatero para decir qué es o qué deja de ser moral o inmoral?
La manía moralizante de un gobierno termina poniendo bombas exposivas en el imaginario colectivo de una sociedad, que -aunque no aparezcan a primera vista- causa más víctimas mortales a largo plazo que las recientes bombas que la manía pacifista del señor Zapatero ha puesto en el aparcamiento de la T4 de Barajas.
Manías de quien se empeña por pasar a la historia ("pacificador" complaciente de ETA, "reformador" laicista de la sociedad), a cualquier precio: el de propiciar y aprovechar el deterioro moral de la sociedad hispana, con la eficiente ayuda de su gobierno.
El crimen y la inmoralidad generan ahora réditos políticos: así parece, en efecto, estimado Juan Manuel de Prada. La anticipación de Orwell sigue ahí, recordando que la política (en especial la de los aprendices de brujo) es como un perro rabioso que puede saltar al cuello si se le pierde de vista por un instante.
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Actualización (06 Marzo 2008): puede verse -entre muchas otras- la anotación aquí publicada, Educación para la Ciudadanía (EpC): la justicia asoma por Bollullos del Condado.
Actualización (05 Febrero 2007): puede verse la anotación aquí publicada, La "Educación para la ciudadanía", chanchullo ideológico del gobierno español.
A la vista de lo que estamos padeciendo actualmente en España con el auge agresivo de las ideologías, coincido en su análisis y le agradezco la contundencia de sus palabras. Me pesa que para ser consciente de algo haya que estar lejos de ese algo. ¿Qué piensa sobre la ley de Memoria histórica?
Gracias.
Publicado por: fracasado | 09 enero 2007 en 02:00 p.m.
Estimado "fracasado", o miembro del "club": de entrada pienso que no deja de ser irónico y divertido el seudónimo. Porque quien se atreve a llevar ese nombre, bien seguro que no lo es.
Luego, que -en efecto- puede ser que el hecho de estar un poco fuera (y físicamente lejos) de la "melée" ibérica ayuda a ver las cosas con un poco menos de sangre caliente o un poco más de perspectiva. Pero la web.02 está ahí (y aquí, y en todas partes), y por eso no resulta tan difícil estar al tanto de las cosas...
Así, por ejemplo, puedo leer, entre otras cosas, lo que el BOE dice en el arranque de la "exposición de motivos" de esa "Ley de la memoria" (todas las memorias son históricas, a fin de cuentas). Dice así:
"Este año 2006 se cumple el 75.º aniversario de la proclamación de la Segunda República Española y el 70.º del comienzo de la guerra civil. El Acuerdo aprobado por unanimidad en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados el 20 de noviembre de 2002, subrayó el papel de la Constitución Española como instrumento de concordia y convivencia para el futuro.
La experiencia de más de 25 años de ejercicio democrático permite hoy abordar, de forma madura y abierta, la relación con nuestra memoria histórica, teniendo en cuenta que recuperar dicha memoria es la forma más firme de asentar nuestro futuro de convivencia. Hoy resulta así oportuno recordar y honrar a quienes se esforzaron por conseguir un régimen democrático en España, a quienes sufrieron las consecuencias del conflicto civil y a los que lucharon contra la dictadura en defensa de las libertades y derechos fundamentales de los que hoy disfrutamos."
Etc.
¿Qué pienso? Primero, que se plantea una "memoria histórica" muy cortita y sesgadita para lo que hay de historia española. Por el mismo precio, seguro que 2006 es aniversario al menos de unas cuantas docenas de otros eventos históricos desde Viriato hasta hace 75 años (o 40, en la práctica), como fecha a la que llegan los "motivos" del BOE. Imagino que en los últimos siglos habrá (hay) eventos celebrables en 2006 de todo pelaje, según los gustos ideológicos de quien lo mire... Por tanto, me parece una memoria "corta": como si de repente la moda fuera ir con pantalón corto al Parlamento... Cosa infantil.
Luego, me parece excesivamente sesgada e hipócrita: decir que se trata de "abordar, de forma madura y abierta, la relación con nuestra memoria histórica"... como dice el BOE, resulta un poco curioso. La madurez y la apertura no es -de ordinario, en gente normal- algo que se proclame de uno mismo, cuando se es maduro y abierto: nadie dice algo así como "mire usted, ahora que soy maduro y abierto", soy capaz de recordar esto y aquello... O uno lo recuerda o no lo hace, y si lo hace, lo hace como le da la gana, sin darse aires: "dime de qué de envaneces y te diré de qué careces", pienso que dice el viejo y sabio refrán.
Así que lo que pienso es que unos gobernantes inesperados e improvisados (presididos por alguien que ahora se descubre que es un poco -digamos- resentido histórico: no sabe conciliarse ni conciliar las historias de sus abuelos), pergeñan una ley que bien saben va a resultar -por su oportunismo- guerracivilista, más que conciliadora.
La hipocresía, dice el DRAE, es "Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan".
Pues eso: cortedad de miras, pusilanimidad (DRAE: "Falta de ánimo y valor para tolerar las desgracias o para intentar cosas grandes), infantilismo e hipocresía, que en este caso político viene a ser más o menos lo mismo.
Publicado por: JJG Noblejas | 09 enero 2007 en 05:13 p.m.
El estado se entromete en la educación de los ciudadanos. ¿Y la Iglesia? ¿No se ha entrometido hasta ahora más de la cuenta? ¿Y si yo no quiero que mis hijos sigan la moral católica y, sin embargo, me apetece que dejen dsentarse a una embarazada en el autobús?
Publicado por: Pablo | 10 enero 2007 en 11:47 p.m.
El Estado español quiere -lo quieran o no sus ciudadanos- entrometerse a la fuerza en la educación de sus ciudadanos, que siemprpe son todos los ciudadanos.
La Iglesia, entiendo estimado Pablo que te refieres a la católica, en España no se entromete: 1) a la fuerza, 2) en la educación de sus fieles, más o menos cercanos, y 3) me parece que no lo hace "mas de la cuenta" (que no sé cual es esa cuenta, a estas alturas de la vida).
El Estado y la Iglesia no son instituciones comparables ni en su razón de ser, ni en tantas otras cosas.
Por lo demás, entiendo que es bueno que cada cual actúe en conciencia en estos temas que afectan tan de fondo a otras personas, como son los hijos.
Publicado por: JJG Noblejas | 11 enero 2007 en 12:47 a.m.
La cuenta a la que me refiero es, por ejemplo, establecer con quién debe o no acostarse una persona -caso del matrimonio homosexual-. Sé que esto significa meterme en camisa de once varas, pero ya estoy cansado de escuchar a autoridades eclesiásticas hablando de lo que los ciudadanos de un Estado laico debemos hacer en nuestras propias casas. Un saludo
Publicado por: Pablo | 11 enero 2007 en 12:54 p.m.
Al estado sólo se le puede exigir que garantice el cumplimiento de la ley (y respete la constitución, garantía, por ejemplo, del derecho a la educación). Pero hasta ahora el estado "ha asumido" y no garantizado ese derecho. Me explico: ni la creación de colegios ni la de asignaturas son competencia del estado, sino de los ciudadanos. Cada uno de nosotros paga para poder invertir su dinero en la educación plural que ofrezca nuestra querida sociedad; sin embargo, a veces ese esfuerzo es doble en la medida en que contribuyo en la "construcción" de colegios públicos y a la vez llevo a mis hijos a colegios privados. Muy poco práctico. Prefiero el sistema de bonos centroeuropeo que no hace de lazarillo. Y además, evito problemas morales a nadie.
Publicado por: fracasado | 11 enero 2007 en 02:20 p.m.
Lleva razón en lo oportunista y corta que es la memoria de nuestro gobierno...Pero, apelando a la ley del mal menor (me fio de San Agustín), acaso esa restitución o intento de salvar el mal (cosa nada fácil) pueda ayudar a sepultar cadáveres y eso ya no parece tan mala idea. Responde rápido y eso está bien. Gracias.
Publicado por: fracasado | 11 enero 2007 en 02:27 p.m.
Estimado Pablo, entiendo que si esa "cuenta" de que hablas sólo tuviera que ver con lo que se convenga políticamente, en cada momento y lugar concreto, todas las cosas terminarían siendo "absolutamente relativas", excepto esa relatividad, que -curiosamente- sería un absoluto. La Iglesia, hasta donde se me alcanza, tiene que ver básicamente con "la salvación" de los seres humanos, y no con el modo de organizar la vida en sociedad. La Iglesia tiene una "doctrina", no una "ideología", como los partidos políticos. También es cierto que hay unas cosas en ese organizar -político- de la vida que están más acordes que otras con esa "doctrina de salvación". Pero son ámbitos de competencias distintos.
En todo caso, pienso que no está de más distinguir churras y merinas: si el Estado o el gobierno, o un partido, o un grupo de gentes se empeñan en hacerse ideológicamente cargo de "la salvación", en plan "extra socialismo o liberalismo o mis ideas ahora, nulla salus" o así, estamos aviados. Porque entonces, el asunto que mencionas del acostado, o el de la muerte del prójimo, o el de birlarle lo suyo a otros, etc., convierte a la sociedad en una selva, y a los ciudadanos en seres de dignidad inferior a los animales (porque libres de aparentar y mentir, y no fijados ni frenados en el comportamiento por ningún instinto, como los animales). Eso es, efectivamente, "entrar en camisas de once varas": considerar estrictamente políticos asuntos (o aspectos de asuntos) que a todas luces le vienen demasiado grandes a la política, vamos. Mejor que la política esté a lo suyo, sin "inmiscuirse en lo que no le incumbe" (como dice el Drae, cuando habla de esas camisas de once varas...) Mejor que no aparezca ningún nuevo "lider máximo" o similiar que alguien admita que viene a salvarnos... comenzando por expulsar de la vida cívica, precisamente a la Iglesia, que sí tiene palabras y obras de salvación, en principio para todos, y en concreto para quien personalmente desee vivir según esa doctrina. Que -insisto, por si hace falta- no es ni una ideología política, ni algo equiparable. Muchas gracias por intervenir.
Publicado por: JJG Noblejas | 11 enero 2007 en 06:38 p.m.
Estimado "fracasado", por supuesto que coincido con el planteamiento que mencionas. Mejor dicho, con los dos: el relativo a la enseñanza y el sistema de bonos, y el relativo a la razón de bien que hay en la corta y sesgada memoria gubernamental. No hay mal que por bien no venga, sobre todo si se logra dejar en paz a los muertos en sus cementerios, y no se les utiliza como arma arrojadiza. Es decir, si se logra hacer olvidar un mal por la sobreabundancia de bien. Aunque haya quienes entiendan que en este asunto no haya precisamente tal sobreabundancia, a no ser que todos y cada uno lo pongamos sincera y no arteramente de nuestra parte. Muchas gracias y mucho ánimo.
Publicado por: JJG Noblejas | 11 enero 2007 en 06:46 p.m.
Interesante esta bitácora. Volveré.
Publicado por: León Yolstoi | 12 enero 2007 en 06:49 p.m.
Quería repasar estos puntos de las ideas que se expresan:
"3. Pretende educar en moral ignorando las tradiciones religiosas, la existencia de Dios y la misma dimensión trascendente de la persona."
perdon...¿no dice la Constitución española que se tiene el derecho a la libertad de culto y que si no quieres creer en Dios no tienes por que creer?¿Entonces por que hay que educar en línea a Dios?
"4. Impone la ideología de género y la diversidad de opciones afectivo-sexuales."
¿Como se puede imponer una ideología sexual?Ademas,esa diversidad existe,y no se puede evitar,por mucho que te guste.Pero claro, es mucho mejor ignorarla como si no existiera antes que respetarla...
"6. Insiste en una concepción inadecuada de la democracia en la escuela provocando la pérdida de autoridad de los profesores."
Claro,es mucho mejor no enseñar la democracia...
"9. Es discriminatoria respecto a la asignatura de Religión que voluntariamente eligen los alumnos."
Según la constitución española hay libertad de culto y no se puede imponer la enseñanza de ninguno.
Y al final solo comentar que eso de "En mi inocencia, había llegado a pensar que España no era una quimera democrática, como lo son algunos estados islámicos," me parece una falta de respeto total y de un claro caracter fascista y extremista religioso,asi como Xenófobo e intolerante.
pero claro,esta es solo la opinión de un niño de 15 años...
Publicado por: Alberto | 08 junio 2007 en 02:33 p.m.