Es asunto viejo, y por eso cabe recordarlo: muchos de los nobles y sesudos diarios españoles de referencia (todo dignidad en unas páginas) practican en otras páginas (que inciden decisivamente en la cuenta de pérdidas y ganancias) la indigna promoción de la prostitución. Más síntomas de esquizofrenia liberticida en la comunicación.
Ahora, puestos al pairo de los vientos que soplan en la Onu, condenan el "tráfico o la explotación sexual", no sólo femenina, sino -políticamente correctos, como se debe- es de imaginar que también la masculina y la neutra.
El caso es que esos diarios siguen con su peculiar cuadratura del círculo: condena -palabras baratas- de la explotación sexual, a propósito de los abusos de los Cuerpos de Paz de la misma Onu, mientras se promueve (con pingües beneficios económicos) los discretos encantos burgueses -altos, medios y bajos- de la prostitución en el solar patrio, lugar de residencia de los clientes de ese lucrativo tráfico y explotación de seres humanos.
Ya se habló aquí de eso: por ejemplo, en Daniel Arasa escribe en ForumLibertas.com, o en Diarios que fomentan la prostitución (6-XI-2004) y "El País" forma parte del execrable negocio que denuncia (27-IX-2005)].
Ahora podemos además leer, por ejemplo, lo que dice Luis Losada en Madurez, honradez, y cuentas de resultados en la legalización de la prostitución, o bien algunos datos internacionales del debate en la ONU (The United Nations Debates Prostitution).
Como muestra de que algunos diarios se han hecho con la cosa un lío, basta asomarse a lo que escribe un lector de El País y es publicado en ese periódico, en un alarde de incoherencia editorial, si bien entre las cartas de los lectores (Suprimir los anuncios de prostitución), o el equivalente alarde de desfachatez editorial de El Mundo (El PSOE no regulará la prostitución pero promoverá medidas contra la explotación, con el riguroso subtítulo "periodístico" en el que -es curioso, en medios de suyo picajosos- nadie en esa empresa se da por aludido: "Los socialistas piden a los medios que no incluyan publicidad sobre prostitución". Debe ser que la cosa tiene que ver con otros medios).
En estas seguimos. También hace un par de años El País contaba y no paraba acerca del solar patrio hispano como nuevo burdel de Europa ($), y El Confidencial Digital recordaba El País y su doble moral: denuncian a las mafias que trafican con prostitutas pero las promocionan en su página de “contactos”.
Hoy sigue vigente este liberticidio de la expresión, bajo la forma de explícita condena verbal y simultánea promoción efectiva del mismo mal social. Nos queda -para orientarnos- aquel consejo, válido también para casos de hipocresía mediática: "por sus obras los conoceréis". De entrada, en este caso, como esquizofrénicos.
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