Está visto que lo que cuenta para el terrorismo es la "relevancia en los medios", más que la "relevancia real", o quizá (dicho sea en términos de lógica deóntica, aunque W. Kneale no viene al caso) cuenta la relevancia "de dicto" más que la "de re".
Sucede que cuando se da importancia prioritaria a la "relevancia en los medios", unas veces suele ser para hacer desaparecer cosas, hechos o personas del imaginario social colectivo, y otras veces para hacerlas aparecer y pesar en ese mismo imaginario.
Y así intentar condicionarlo y controlarlo. Y de paso, si sale, hacer lo mismo con lo que piensan y deciden las personas. Y así, si igualmente sale, "controlar" la realidad. Una variante débil del 1984 de Orwell.
Lo digo, en parte, por seguir hablando del asunto Rosa Diez: no dar relevancia social a terroristas como De Juana Chaos. Una propuesta para "opinion-makers".
Lo digo, en parte también, porque acabo de pasar ("de re", en la realidad) por delante de los colosales destrozos de la Terminal 4 de Barajas, aún en ruinas y con imponentes trabajos de desescombro. Y caigo en la cuenta de que eso ya no cuenta: esas ruinas y su causa no tiene relevancia en los medios ("de dicto"). Viene a ser como si el hecho terrorista de una furgoneta de Eta, cargada de explosivos ya no existiera, o casi no hubiera existido, en la realidad de todos los días.
Lo digo porque los dos muertos y las decenas de miles de toneladas de escombros destrozados en la T4 han desaparecido del mundo que cuenta, que -según parece, y a muchos efectos- es el mundo del que hablan los periódicos, las radios y las televisiones. Los blogs.
Lo digo también, en parte, porque -al tiempo que el terror en la T4 "desaparece" de la vista- el terrorista De Juana Chaos no hace más que "aparecer", pesar y perdurar. Más o menos mezclado con un nuevo ministro, que habla de música en la toma de posesión del cargo. Quizá por eso parece que lo relevante es que El Mundo diga que De Juana continuará con su huelga de hambre y no aceptará el tercer grado hasta ser puesto en libertad, o que El País hable de Rebaja a De Juana.
Quizá por eso el nuevo ministro Fernández Bermejo, saca de entrada su música y toma posesión de Justicia con críticas al PP y al CGPJ, en vez de hacerlo como un señor que se apresta a servir a sus conciudadanos. Más parece un conmilitón (Drae: "Soldado compañero de otro en la guerra") que agradece un ascenso, dejando ver que cumplirá las órdenes del jefe.
Quizá es sólo que hoy es 13 y martes, dicen que un mal día para casarse y embarcarse. En todo caso, un día en que además de hablar de las luces que Periodistas 21 observa en la politización de la justicia (o viceversa: hay demasiada bruma política por doquier), viene bien echar un vistazo a las sombras que Una temporada en el infierno observa con el caso Juana Chaos visto desde Europa.
Mejor ver las luces y las sombras de las imágenes que hacemos de la realidad, que no impregnarlo todo de chapapote político. Mejor no fabricar una bruma ambiental, hecha de cosas "de dicto" y cosas "de re" bien mezcladas, indistintas, para que el ciudadano de a pie quede a la merced de nuestras explicaciones mediáticas.
Mejor ver los mundos posibles que ofrecen los medios de comunicación como algo que se dice intencionalmente sobre el mundo real en que vivimos. Algo que habla del sentido que de suyo tienen las cosas y también del sentido que les queremos dar a esas mismas cosas.
Mejor así que no al revés: considerar el mundo real como si fuera algo insignificante, para luego hacer en él cosas que en apariencia sólo tienen sentido en la medida en que "salgan" o dejen de "salir" en los medios.
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Actualización (15 Febrero 2007): Al parecer, el diario The Times, tras la publicación de la entrevista propagandística a De Juana, está recibiendo cientos de cartas con el texto sugerido por la organización HazteOir, en Ayuda a The Times a conocer la realidad de ETA. Interesante iniciativa cívica en pro de dar cuenta de diferencias y distancias entre lo que se dice "de re" y lo que se dice "de dicto".
Tan cierto es lo que dices, que, a mi entender, este es uno de los puntos centrales en la revolución que está teniendo el mundo del bloggerismo.
El hecho de tener a nuestra disposición una bitácora propia, que sea más o menos leída, nos convierte a cada uno en un medio de comunicación... y con eso ya podemos, como bien dices, hacer y decir lo que deseemos, porque automáticamente lo estaremos convirtiendo en nuestra propia noticia, y le otorgaremos la relevancia que le queramos dar.
Y esto, me parece sumamente interesante a la hora de ver el impacto de la revolución de los blogs, como muy bien explica Jose Luis Orihuela en su libro, aunque esta reflexión no esté lo suficientemente descrita.
Un saludo.
Publicado por: Borja Valcarce | 14 febrero 2007 en 04:27 p.m.
Estimado Borja: antes de nada, felicidades por tu buen estar fuera de la caverna en El Tercer Sueño.
Luego, muchas gracias por el comentario. El mundo de la comunicación se está afirmando como el "poder deseado" por los demás poderes: políticos, económicos, etc., cuando en realidad este mundo estaría mejor en su papel si fuera el "saber deseado" por los ciudadanos para ver de hacer mejor las cosas en la vida cívica, en la vida común (aunque sólo fuera por aquello de la 'comunicación').
También es cierto que un blog -por mucho que sea muy visitado y leído- hoy por hoy es cosa diversa en su alcance cívico a una columna de un diario u otra "tribuna" semejante. Todo se andará, por uno u otro lado, en esta convergencia de soportes.
Mi admirado José Luis Orihuela, que me ha iniciado recientemente en las delicias del 'sashimi', mientras hablábamos de estos y otros asuntos, coincide en la cuestión que queda señalada en este post, aunque no haya tenido oportunidad de desarrollarla. De hecho, tampoco he tenido ocasión de hacerlo yo mismo.
Hay cosas que necesitan más perspectiva y tiempo para poder dar razón cumplida de ellas. Como este mismo asunto de la tupida niebla gris que se forma entre el hablar indistintamente "de dicto" y "de re", tan caro a W. Kneale como -por otro lado- al mismo Aquinate. Habrá que repensar la comunicación pública en esta realidad práctica: lo estoy intentando desde una perspectiva 'poética', que parece permitir esos y otros distingos, de modo que no todo discurso público pueda ser impunemente sofístico.
Un nuevo y cordial saludo agradecido.
Publicado por: JJG Noblejas | 15 febrero 2007 en 03:51 p.m.