La entrevista de Daniel Muñagorri a Hermann Tertsch que ayer publica Basta Ya no tiene desperdicio.
Trae un poco más de aire fresco al mundo periodístico y político español y su atmósfera más bien enrarecida por tantos globos sonda y tantos desafueros gubernamentales y empresariales, por tantos improperios y -sin ánimo de ofender a colegas que hacen lo mismo que Tertsch- tantas medias palabras de relaciones públicas o propaganda timorata en los medios, en lugar de información y opinión más o menos pura y simple.
En periodismo, las cosas se dicen -como hace Hermann Tertsch de modo habitual- en público, y no en los pasillos de las redacciones. De igual modo que en política las cosas deberían decirse desde los escaños, y no en los corredores traseros (empresariales o periodísticos) del poder.
Es como si de repente, con esta entrevista, se pudiera saborear un bocadillo de jamón-jamón, en un régimen alimenticio con demasiados tropezones de sucedáneos.
En la presentación, Muñagorri ofrece un breve perfil del entrevistado:
Tertsch entró a trabajar con El PAIS en 1985 procedente de la agencia EFE. Fue corresponsal de El País en Bonn y Varsovia y, posteriormente, para Europa Oriental y cubrió el estallido de la guerra de los Balcanes. De 1993 hasta 1996 fue subdirector de El País y jefe de la sección de Opinión. Desde entonces ha trabajado en el mismo como enviado especial y entrevistador, editorialista y columnista. Ha sido y es colaborador de numerosos medios de comunicación españoles y extranjeros. Es una de las voces más críticas del periodismo español con la actual política del Gobierno del PSOE y con la figura de su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
Del cuerpo de la entrevista, y sin minusvalorar las demás preguntas y respuestas, destacaría esto:
¿Que hayan prescindido de su trabajo en El País es un ejemplo de una prensa, y de unos medios de comunicación en general, que en España cada vez más son voces de partido?
(...) Ha llegado al poder y a la influencia no ya una generación, sino una especie de grupo afín -llamarlo escuela de pensamiento sería realmente un abuso-, cuyos miembros se mueven, actúan y coordinan de forma similar a la secta, en el sentido de que temen y combaten todo lo que no consideren cubierto por el paraguas de su organización de protección mutua. (...) Creo que la nueva generación que llegó al poder bajo Rodríguez Zapatero y sólo gracias a toda una concatenación increíble de accidentes insólitos es la peor cosecha de los fracasos de la sociedad española tras el franquismo. Los denominadores comunes de la misma son la mediocridad y un relativismo tan profundo que hace que sus miembros sean perfectamente inmunes a cualquier discurso que no sea su propia letanía sectaria. Miedosos e insensatos a un tiempo, sectarios, incultos y por ello perfectamente inmunes a la autocrítica, son gente por talante mucho más cercana a los aparatchiks de los regímenes autoritarios o totalitarios que al político humanista de una sociedad abierta democrática. (...)El tema de moda es la crispación, pero ¿hablar tanto de crispación no es una pantalla para que los políticos evadan la responsabilidad de sus actos?
¿Qué es la crispación? ¿Que parte de la sociedad reaccione indignada por la pasividad e indiferencia ante el crimen y el abuso? Crispa ante todo esa actitud de indolencia ante los dolores y el miedo ajenos, si todos los días vemos que nuestros poderes gobernantes están mucho más de acuerdo en herir a gran parte de la sociedad que en hacer frente a los asesinos. Y crispa ver que hay grupos privilegiados por este poder que parecen haber formado un pacto con el poder para vivir subvencionados de la ofensa regular a otras partes de la sociedad. (...)
¿Existe también crispación en los medios de comunicación?
Por supuesto y muy fundamentalmente. Pero aquí también se ha extendido ya en gran medida lo que antes he querido describir con la selección negativa. En el aparato del Estado suben espectacularmente gracias a ese poder de succión –existente en el PP, omnipresente en el PSOE y total en los partidos nacionalistas- que lleva al poder e influencia a gente con menos preparación, menos escrúpulos y sobre todo menos posibilidades de tener una vida medianamente decente y próspera fuera del fango político en el que han crecido y se han aupado. Este sistema de selección negativa lleva implícito un inmenso poder de intimidación. En esta sociedad mediática es imprescindible para ello la colaboración de los medios o su utilización. (...) Cuando se tiene voluntad de gobernar contra la mitad de la población sin recurrir a los medios represivos más clásicos hay que fomentar la criminalización de esa mitad y sus representantes. En eso están el Gobierno y sus medios.¿El Gobierno de Zapatero ha asumido ya que no hay nada que hacer o todavía buscará resquicios?
Zapatero considera a ETA y al nacionalismo vasco, violento o no, parte de los aliados en su universo sentimental. En esa emoción sectaria del izquierdismo semiculto, Zapatero siempre considerará a un etarra como un revolucionario equivocado, pero al final recuperable para el frentepopulismo. Y una víctima del PP será de alguna forma un fascista muerto en accidente. (...)
¿El futuro político de Zapatero depende de ETA?
Lo mejor que puede sucederle a la historia de España es que Zapatero quede en trágica y grotesca anécdota. Por autoestima. Pero en todo caso Zapatero sabe que pierde y gana según quieran Txeroki u otros. Por eso hay que partir de que es un rehén de ETA. (...)
¿Cree que si ETA regresa a los asesinatos de cargos públicos y políticos seguirá manteniendo a los nacionalistas fuera de la diana?
Por supuesto. Son de los suyos. Salvo aquellos que intenten desmarcarse. La tranquilidad y la seguridad se compran día a día. A cambio de dosis de dignidad. Pero también protegerá a otros que también son suyos, como muchos socialistas. Éste es el único país civilizado donde la oposición lleva escolta y el poder no. Es ETA quien lo determina.
¿Habrá movimientos importantes en la sociedad vasca y española si ETA vuelve a asesinar de manera sistemática?
(...) Creo que Zapatero, su pensamiento mágico y la secta de mediocres e irresponsables que tiene en su entorno, han hecho ya tanto daño al tejido de la sociedad española y a los mecanismos de encuentro de las fuerzas políticas y sociales, que será difícil reconducir esta deriva. (...) Repito que considero a Zapatero una tremenda desgracia para este país. Pero es una desgracia también que la sociedad no haya demostrado capacidad para reaccionar ante tanto desatino. Ha quedado inerme ante la deriva. Por ello insisto en que todos pagaremos caro lo que algunos han hecho. En todo caso y volviendo al principio, creo que sólo la desaparición de esa secta de la selección negativa –y habrá de ser en derrota electoral- nos puede hacer pensar en una tarea de reconstrucción de nuestra integridad y dignidad democrática.
Más sobre esto mismo:
• El Confidencial: Hermann Tertsch: “Zapatero es un autista moral y político que no tiene cura”.
• Internet Política: "Zapatero es un autista moral y político que no tiene cura".
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Más en Scriptor.org (3 mayo 2007): Hermann Tertsch sobre el relativismo y la fobia a la excelencia.
Es una excelente entrevista a uno de los grandes.
Recomiendo además, un par de videos colgados en You Tube sobre una entrevista a J. L. Balbás, quien reunió votos para ZP en el 35 Congreso del PSOE. No tienen desperdicio :
La verdadera naturaleza de ZP
Echando a Herman, le han quitado el café a quien se desayune con El Pais...
Publicado por: Claudio | 20 abril 2007 en 10:22 a.m.
Quisiera pensar que Tertsch se equivoca, pero me temo que tiene razón.
En todo caso, esto es una lección de que es la mediocridad política y relativismo en estado puro, aplicados a una pequeña organización con una fuerte influencia social.
Publicado por: Rafael | 21 abril 2007 en 04:29 a.m.
Espero que la gente abra los ojos.
Publicado por: Rafael | 21 abril 2007 en 04:30 a.m.