Peces-Barba es uno de los promotores de la causa de entronización en España de "Educación para la Ciudadanía", una peculiar versión socialista de rasgos totalitarios de lo que plantea el Consejo de Europa con la Education for Democratic Citezenship and Human Rights.
Peces-Barba ha pontificado de nuevo, aporvechando que juega en casa (en un curso de verano sobre "Educación para la Ciudadanía y los derechos humanos", organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, del que casualmente es director).
Peces-Barba se ha dignado decir en su veraniega pontificación universitaria, quizá pensando "salir en los papeles", como ha sucedido (más en la sección de religión que de política, quizá por su enfoque más clerical que cívico del asunto). Peces-Barba recomienda a los obispos en general y a "alguno de los señores cardenales" que "se modernicen un poco" y que "distingan entre ética privada y pública".
Peces Barba, para lograr tan benéfico efecto, pontifica también sobre el modo de lograrlo. Las fórmula es seguramente fruto de su larga experiencia docente, y quizá haya logrado una sonrisa aquiescente en sus oyentes veraniegos, seleccionados al efecto. Pontifica que los obispos y cardenales "deberían copiar 100 veces la diferencia entre ética pública y privada, que se ve que no la saben".
La fórmula es todo un ejemplo de modernidad, cortesía en el diálogo democrático y perspicacia didáctica. Todo un proyecto y un programa claramente innovador, de progreso, moderno y desde luego todo un ejemplo democrático de lo que es "educar para la ciudadanía".
No hace falta decir que eso hace referencia a la versión hecha por libre en España para que los españoles sean cada vez más acordes con la ética socialista. Es decir, para que, con la ética privada del señor Peces-Barba, los infantes hispanos sean en un futuro próximo, los ciudadanos europeos más modernos, progresistas e innovadores, que viene a ser lo mismo. Es decir, más ciudadanos de verdad.
El caso es que el señor Peces-Barba, como buen socialista en la corte del presidente Zapatero, sabe decir muy bien a los que no están de acuerdo con él (con sus ideas), y por tanto con el gobierno que ahora hace leyes y del que no puede dejar de ser muy amigo (con sus leyes), que -no estando en esto de acuerdo con él ni con su gobierno preferido- deben respetar la ética pública impuesta con la EpC. Es decir, la ética suya personal, privada, hecha pública por obra y gracia de un decreto ministerial.
El señor Peces-Barba, puesto a pontificar, dispone de un sólido sistema de razonamiento lógico que le permite llegar a decir que desde Santo Tomás (de Aquino) el mundo ha cambiado mucho, y que ahora -dice textualmente- "hay una ética privada, que puede ser católica, protestante o laica, y una ética pública que es la ética de la Justicia, del Estado democrático y de los Derechos Humanos".
O sea: si no entiendo mal al señor Peces-Barba, él sabe bien -pongamos- que una cosa es su posible ética privada -digamos- laica (no católica, ni protestante, y menos musulmana, etc.) y otra cosa es la ética -atención a la mayúsculas- de la Justicia, del Estado democrático y de los Derechos Humanos. Y que la primera no tiene nada que ver con la segunda. Acabáramos! Al fin hemos dado con la verdadera ética, la ética-ética, que -siendo pública- viene a ser como el café-café.
Me pregunto si es que el señor Peces-Barba, que parece presentarse como todo un experto poseedor de la mayúscula ética pública de la Justicia, del Estado democrático y de los Derechos Humanos, ha debido renunciar a toda ética privada, en especial -digamos- su ética laica.
Me pregunto también, siguiendo su impecable razonamiento, si él debería renunciar -o si ha renunciado o renuncia de hecho- a su ética laica cuando habla de la ética pública mayúscula. Es decir, me pregunto si el señor Peces-Barba tiene una doble conciencia, con una especie de piloto automático alternativo, que le permita manejarse según esté en plan privado o según esté en plan público.
Me pregunto si, por el contrario, quizá puede -o quizá debe, o no logra evitar- poner de manifiesto su ética laica, para que quienes le escuchen sepa de qué ética privada cojea, cuando habla, o escribe , o promueve legislaciones y educaciones para la ciudadanía... O si, en su caso -dado que es un experto en el manejo sus dos éticas- puede dejar caer algo de su ética privada por las entrelíneas de los decretos y leyes que reflejan la ética pública y en los que puede meter y de hecho mete la pluma... directa e indirectamente. El caso es que su ética pública huele demasiado a esa ética laica, laicista, que dice no usar porque -dado que es una personalidad pública- parece decirnos que se maneja ante la ciudadanía -e invita a hacer así a todos los demás- sólo con su ética pública. Peces-Barba con sólo una ética, como acusa a Santo Tomás, vaya.
Me pregunto, ya de paso, si no tendrá una ética laica privada que habrá entrado inopinadamente en los planes de EpC, a través de su pluma, cuando (se) ha planteado los contenidos de la Educación para la Ciudadanía. Al menos es algo que imagino que tiene que ver con la rimbombante "Cátedra de Laicidad y Libertades públicas "Fernando de los Ríos". Un mejunje con pretensiones sincréticas, muy interesante, nacido de "la colaboración entre la Fundación CIVES (formadora de más de 600 profesores en Educación para la Ciudadanía), el Instituto “Bartolomé de las Casas” y la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular".
Hablo de mejunje, porque parece que en los contenidos nutritivos de los principios proporcionados a esos brillantes profesores de EpC figura -entre otras lindezas- tener en cuenta que "la palabra Dios carece de significación real, es una voz sin sentido que no afecta para nada a la vida de la mayoría de los ciudadanos en nuestra sociedad".
Esto -entre otras cosas pergeñadas por el señor Peces-Barba- es lo que se llama respeto dialogante del pluralismo ciudadano, ética pública respetuosa y democrática, y cosas por el estilo. Parece que Peces-Barba -embebido y quizá mareado entre los efluvios de la única ética pública con mayúsculas que cultiva- olvida que ya no estamos en tiempos de Santo Tomás, vaya por Dios, y que hay al menos dos éticas distintas. La suya laica y la pública que es de todos.
El señor Peces-Barba parece olvidar que la ética pública no es ni debe ser una versión de su ética privada laica. Y no debe ser una versión que todo ciudadano debe aceptar sin rechistar, porque el señor Peces-Barba no es una especie de ser angélico -mejor, extraterrestre- capaz de escindirse en dos, prescindir de su ética privada como quien prescinde del sombrero al entrar en el aula o en el parlamento, y además pergeñar una ética pública perfecta, que todo ciudadano en edad de estudiarla se debe aprestar a aprender sin rechistar.
El señor Peces-Barba quizá no sabe que todos sabemos -sin necesidad de considerarnos también unos listillos- que las cuestiones de ética pública que nos ofrece con la EpC, tienen un tufillo a su ética privada que es lo que echan para atrás a mucha, muchísima gente. Ciudadanos normales y corrientes. No una especie de caterva de ciudadanos medio imbéciles, anormales, extraños acólitos de esos obispos y cardenales que "deberían copiar 100 veces la diferencia entre ética pública y privada".
Me temo que es el señor Peces-Barba quien debería -si quiere- hacer ese interesante ejercicio de pedagogía sueca que propone para esas autoridades eclesiásticas.
Si se dignara usar su propia medicina, podría pensar -entre otras cosas- que también ha pasado mucho tiempo -mucho más que desde su denigrado Santo Tomás- desde que un tal Aristóteles escribió acerca de eso mismo, precisamente luego comentado por Santo Tomás.
En fin, quizá le baste al señor Peces-Barba leer el breve texto escrito por Alejandro Llano (3' en ConoZe.com) acerca de este turbio, sucio, manipulador y totalitario asunto de la EpC, en el que -entre otras- hace estas interesantes observaciones:
(...) Según Aristóteles, en la ciudad perfecta el buen hombre es idéntico al buen ciudadano. Pero no hay ciudades perfectas. De manera que, en la práctica, no es lo mismo el buen ciudadano que la buena persona.El propio Estagirita admite que a quienes rigen la ciudad les corresponde educar a los ciudadanos por medio de leyes justas. Pero no se le ocurre referir esta enseñanza ética a todos los aspectos de la moral humana.
Transfiriendo esta teoría clásica a la actualidad, resulta que en todas la democracias normales y corrientes la educación cívica —que muchas veces no configura una disciplina determinada— se refiere a cuestiones del ámbito público, tales como el conocimiento de la constitución, la historia patria, la solidaridad entre los ciudadanos, la urbanidad cívica o civismo, la necesidad de pagar los impuestos justos, la posibilidad de ejercer la objeción de conciencia, y asuntos de este tipo.
En ninguna democracia liberal, que yo sepa, se incluyen en esta vertiente formativa las concepciones más profundas y personales. Si se intenta, el tufo a totalitarismo y manipulación es inevitable. (...)
Por la inequívoca presencia de este tufo en la Epc, el señor Peces-Barba debería copiar 100 veces la diferencia entre educar cívicamente y manipular. A lo mejor así se le pasa el pasmo de verse en posesión de la ética pública verdadera, universal y definitiva y deja de ser un penoso caso del tipo "consejos vendo, para mí no los tengo".
Porque, a fin de cuentas, la ética, pública y privada, se aprende a la vez, mientras se vive formando la propia conciencia desde niño hasta muy adulto. Y los responsables de la educación de los hijos, son los padres. Y como éstos no llegan a todo, han de contar con los maestros y ejemplos que les plazcan, no necesariamente con los que quiere el gobierno de turno o -lo que es peor- ese gobierno diciendo que es el Estado. Eso es, aunque suene fatal, lo que -con razón- se ha solido llamar totalitarismo, ya sea en forma de fascismo o de comunismo.
No sé por qué, dan retemblores pensando en la EpC como materia que es "Una, Grande y Libre", vendida esta vez por el señor Peces-Barba. Esta vez según su peculiar ética pública sin mancha de privada alguna. Cosa que -insisto- tiene visos de ser una vigorosa reencarnación ideológica socialista de la insulsa Formación del Espíritu Nacional franquista. Y no una aceptable aplicación de la "Education for Democratic Citizenship" promovida por el Consejo de Europa.
Saludos y felicidades, JJ.
Esto que paso tiene poco que ver con el tema. Pero confío en que te interese, JJ.
Zapatero ha destituido a la flacucha Salgado, para nombrar a Bernat Soria Ministro de Sanidad.
¿Quién es Soria? Nos lo van a vender como "científico". Todos los medios y el mismo PP van a tragar con eso.
Bernat Soria es un "apesebrado" de la Junta de Andalucía empeñado en investigar con células madre embrionarias.
Si fuera científico serio, investigaría con células madre adultas, que llevan más de diez años dando magníficos resultados y terapias espectaculares.
Pero, como no es científico serio, se empeña en una línea de investigación inútil, eso sí, repleta de ataques a la ética tradicional. No consigue nada en favor de la medicina, pero sí mucho en la lucha cultural contra el planteamiento ético y moral de la Iglesia.
Me temo que Bernat Soria será tratado como un Einstein en TODAS las TELEVISIONES y TODOS los PERIÓDICOS.
Quizá lo critiquen algo en La Razón, la Cope e Intereconomía.
El PP no lo criticará. De este modo, Zapatero ya no será "el hombre que pactó con ETA", sino el "hombre que liberó a Galileo de las mazmorras de la Inquisición católica, y lo puso en un Gobierno de progreso".
¿Te imaginas qué hubiera pasado si el PP gobernase hoy y hubiera nombrado Ministro de Sanidad a Aquilino Polaino?
¿Qué estoy diciendo, si se avergonzaron de él, cuando lo llevaron al Senado hace dos años?
Publicado por: José María Sánchez | 06 julio 2007 en 12:49 p.m.
Estimado José María, muchas gracias por el comentario.
A su modo, tiene que ver con el asunto. Bernat Soria: un viejo buscador de dineros públicos a cargo de las células madre, sin tener que rendir cuentas cietíficas de qué y cómo trabaja... con tal de que resulte "progre" en plan socialista. Ya ves lo que son las cosas de las viejas amistades ideológicas, o de poner a tiempo, al presidente del gobierno, una bata verde para que le hagan unas fotos en plan "científico"...
Puedes verlo en lo que escribí hace año y medio, más o menos: Zapatero, la investigación con células madre, la moral, la conciencia y demás: verborrea de contradicciones.
Haré una anotación breve sobre este caballero. Muchas gracias por ponerme sobreaviso. Estoy medio de vacaciones en Estocolmo, y eso pilla un poco lejos.
By the way, sigues aún con la Copa América (de vela, se entiende)? Un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 06 julio 2007 en 06:17 p.m.