Verla llegar a su casa, viejita pequeñita pero desenvuelta a sus 87 años, acompañada de su hijo, gordo y grandón, con una bolsa de cebollas y una magnífica alcachofa en la mano, mientras los periodistas le anuncian que ha recibido el premio nobel de literatura, ha sido una de las pocas cosas frescas y genuinas que se han visto últimamente en los telediarios -imagino- de todo el mundo.
Por eso, la fotografía con que abre el NYT la noticia (Nobel to Lessing, Incisive Voice of Women's Fate), me parece casi lo más representativo de este premio: una viejecita que ha publicado historias acerca de todos los inconformismos y desengaños, sentada en el escalón de la entrada de su casa, número 24 de Gondar Gardens, casi indiferente en su coqueto aparecer ante los micrófonos y objetivos. Y ante unos periodistas más respetuosos que expertos ante una especie de irónica y casi cínica Teresa de Calcuta de la literatura, imagen que nos van a vender para que compremos sus libros. Y ella colabora, encantada pero no sorprendida, sin reprimir su sarcasmo:
«No se lo pueden dar a alguien que está muerto. Así que creo que pensaron que era mejor dármelo ahora, antes de que la palme...».

Entiendo que ya ni siquiera cuente el desconcierto acerca de qué sea literatura, después de las curiosas entregas previas (Dario Fo, Elfriede Jelinek, etc.) de este premio. Quizá sólo se trata de promover el desconcierto, como sucede con los ultimos y curiosos nobeles de la paz. También como el de este año, que quedará centrado en Al Gore, quien -que uno sepa- no ha hecho nada relevante por la paz (y dice el jurado que el motivo es "their efforts to build up and disseminate greater knowledge about man-made climate change"), al tiempo que en Gran Bretaña se juzga poco admisible su visión del calentamiento global (Al Gore's 'nine Inconvenient Untruths') para ser presentado en las escuelas,...
Entiendo también que los premios nobel de medicina, o de física, parece que tienen otros criterios.
Volviendo a Doris Lessing: parece que la intención del jurado se decantaba por el galardonar a una feminista con experiencias feministas en sus escritos y en su vida: la concesión se debe a «su capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina», o bien, como dice el NYT, por su «skepticism, fire and visionary power». En cualquier caso, la premiada, haciendo gala una vez más de su inconformismo y desengaño general, quizá ha echado un jarro de agua fría, diciendo sobre el motivo del jurado: "no se a que se refieren con eso: los hombres y las mujeres no son tan diferentes". Le divierte el error o malentendido de que haya quien piense que ella hace suyo el "feminismo anti-hombres".
Por eso, entre lo mucho visto sobre el evento, parece destacable lo que recoge Mercedes Monmany en Crónica de una superviviente:
(...) En plena efervescencia de la obligación a clarificar posiciones y obligaciones de clase y de sexo, cuando se le solicitaba sin cesar una definición feminista, tras la publicación de su ciclo novelesco de Martha Quest, dijo: «Es una cuestión muy embarazosa para mí, porque aunque siento una indudable simpatía por las feministas, no pretendía sostener su causa al escribir estos libros.
Además, las perspectivas ofrecidas por una gran parte de los movimientos feministas me parecen tremendamente reductivas. Gran parte del movimiento representa una estilización de lo que las mujeres han hecho siempre.
Desde el origen de los tiempos, las mujeres, sentadas en la cocina, se quejaban de los hombres: «Ha dicho esto», «No ha dicho lo otro», «El otro día no tuvo sentimientos», etc. Una letanía que se repite a lo largo de la historia.
Lo gracioso es que los movimientos para la liberación de la mujer han estilizado esto y se han erigido en institución. Las mujeres se reúnen para compartir entre ellas sus quejas acerca de los hombres. Se han constituido en grupos de recriminación...» (...).
Tampoco está de más ver lo dicho por Cristina Pero Rossi, acerca de su libro emblemático, El cuaderno dorado (1962)
(...) fue una especie de Biblia del feminismo anglosajón, sin que haya una línea de teoría; narración ambiciosa, abarca desde el psicoaná¡lisis al estalinismo, las relaciones entre la ficción y la realidad, la sexualidad, la neurosis, la cultura moderna, la liberación femenina, la situación del colonialismo en Africa y el racismo, todo a través de personajes de psicología compleja (...).
O lo que dice Julia Navarro en su explícita y rendida admiración:
(...) Doris Lessing no es una escritora de culto, sino una intelectual con los pies en la tierra cuyo compromiso con la causa feminista y la lucha contra la discriminación y la desigualdad está patente en todas sus obras, pero de una manera natural y en absoluto doctrinaria. Esa es una de sus mayores virtudes.
Aún recuerdo con emoción el primer libro que leí de Doris Lessing, El cuaderno dorado, que durante mucho tiempo se convirtió en mi libro de cabecera. Creo que empecé a ser feminista leyendo El cuaderno dorado, y ahora espero con impaciencia leer su última novela, The Cleft, que creo va a ser traducida con el titulo de El abismo. (...)
En fin, veremos qué sucede ahora con esa última novela, que parece responder al género de historia-ficción, narrada por un noble romano de los tiempos de Nerón, que cuenta la historia de unas extrañas criaturas femeninas de las cuales parece que desciende la Humanidad...
Lo importante, de todos modos, está en la fotografía de esa -en apariencia- inocente viejecita feliz en ser asaltada por micrófonos y objetivos, y que después de brindar con ginebra por el premio, cenará aquella espléndida alcachofa que vimos en televisión. El resto es -dicen- literatura. Además, "comprometida", dicen algunos.
Sigo pensando con Marcel Proust que es de mal gusto dejar la etiqueta del precio en los regalos. Y la literatura verdadera es siempre un regalo, sin etiquetas con el precio. Sin emblemas ideológicos a la vista.
Y sigo esperando un discurso en Estocolmo, como aquel de William Faulkner, el 10 de diciembre de 1950 [Actualiz.: ver en castellano o English].
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Actualización (15.10.07): buen artículo en el WSJ, a propósito del nobel de la paz de este año, sin mencionarlo: Not Nobel Winners. Some nominees for next year. Un breve extracto, de una larga relación, que comienza así:
In Olso Friday, the 2007 Nobel Peace Prize was not awarded to the Burmese monks whose defiance against, and brutalization at the hands of, the country's military junta in recent weeks captured the attention of the Free World.
The prize was also not awarded to Morgan Tsvangirai, Arthur Mutambara and other Zimbabwe opposition leaders who were arrested and in some cases beaten by police earlier this year while protesting peacefully against dictator Robert Mugabe.
Or to Father Nguyen Van Ly, a Catholic priest in Vietnam arrested this year and sentenced to eight years in prison for helping the pro-democracy group Block 8406.
Or to Wajeha al-Huwaider and Fawzia al-Uyyouni, co-founders of the League of Demanders of Women's Right to Drive Cars in Saudi Arabia, who are waging a modest struggle with grand ambitions to secure basic rights for women in that Muslim country. (...)
These men and women put their own lives and livelihoods at risk by working to rid the world of violence and oppression. Let us hope they survive the coming year so that the Nobel Prize Committee might consider them for the 2008 award.
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Actualización (14.10.07): Interesante reseña la de David Freeman, en Pajamas Media, Doris Lessing, Meet Al Gore:
(...) It’s often difficult to believe the literature choices are made on aesthetic grounds. Lessing had long been associated with feminism, which surely helped her case. There are better novelists, but none with quite the same Nobel-attracting political qualifications
A character in a play of mine, an Indian, says, “Honors are such flawed things, made from negotiation, filled with compromise.” That view comes from my experience as a fiction judge – two tours of duty for the Los Angeles Times Book Prizes, with a third fast approaching. Not once has my first choice won. I have had to negotiate with my fellow judges until we could find a compromise. It is the way of all prizes.(...)
Gracias por la nota. Y sobre todo, por recordar (en mi caso, hacerme conocer) el discurso de Faulkner. Vale la pena leerlo entero. Cito unas frases del final:
"I believe that man will not merely endure: he will prevail. He is immortal, not because he alone among creatures has an inexhaustible voice, but because he has a soul, a spirit capable of compassion and sacrifice and endurance. The poet's, the writer's, duty is to write about these things."
Publicado por: csb | 13 octubre 2007 en 09:12 a.m.
Muchas gracias por el comentario, csb. Aprovecho para actualizar el final del texto de la anotación con un par de enlaces al breve y enjundioso discurso de Faulkner, en castellano e inglés.
Publicado por: JJG Noblejas | 13 octubre 2007 en 04:16 p.m.
Respecto al affaire Gore.
Acabo de ver un documental -como los que soñamos hacer algún día- de Channel 4 que trata sobre el calentamiento global.
Se titula The Great Global Warming Swindle (algo así como El gran embuste del calentamiento global)
Me ha interesado mucho para intentar arrojar un poco de luz sobre (o contra) el pensamiento único que afirma que el calentamiento global es un hecho indiscutible... y si lo discutes eres un neoliberal ultracapitalista. Mmmmm...
Publicado por: Jordi | 15 octubre 2007 en 11:46 a.m.