Es probable que en otras latitudes haya habido tratamientos semejantes al que la prensa italiana ha dado a la noticia de los recientes descubrimientos sobre la producción de células estaminales. En Italia, un diario ha editorializado sobre el asunto.
La relevancia de la noticia científica, como es sabido, reside en que -tras este descubrimiento- no es preciso destruir embriones (es decir, en román paladino, vidas humanas iniciales), puesto que se parte de tejidos adultos.
El diaro Avvenire (Ieri, su staminali riprogrammate. La scoperta? Noticia fuori linea) es quien levanta la liebre del diverso tratamiento de la noticia, en una columna editorial de cabecera en primera página, firmada por Marina Corradi.
Dice Corradi que mientras en el Times la noticia aparece como apertura de primera página, con el titular “Células estaminales, un paso adelante”, el diario Repubblica incluye en el bajo faldón de primera, un titulillo que reenvía a la página 23. Algo semejante sucede con Il Corriere, mientras La Stampa incluye la noticia en el suplemento de Ciencia, junto a los cometas y la emigración de los pingüinos, temas interesantísimos, pero sin incidencia directa en la vida diaria de la gente.
Es cierto que la técnica japonesa está lejos de aplicaciones terapéuticas inmediatas. Pero si un científico como Ian Wilmut, el “padre” de la oveja clónica Dolly, que ha sido autorizado por la HFEA británica para clonar embriones, ha dicho “no, gracias, yo quiero ir por otro lado”, algunas razones tendrá.
El Times dice que se trata de un «breakthrough», una noticia digna de primera página. La prensa italiana ha conservado los tics y las posiciones ideológicas mantenidas en 2005, con ocasión del referéndum sobre la ley 40. Un referéndum en el que venció la abstención (ver lo dicho aquí, entre otros, por Magris), y las cosas no fueron más lejos en la manipulación de embriones humanos. Cosa que pretendían esos mismos periódicos, autoproclamándose “progresistas” entre si y e incluyendo –en un juego de bombos mutuos- a las personas que igualmente gustan de ser proclamadas “progresistas”.
El caso es que resulta curiosa la prevalencia de la posición ideológica en esos medios informativos, justo cuando aparece una solución científica que permite ahorrar y probablemente olvidar la experimentación con embriones humanos. Una solución científica que hace cambiar de postura a un científico como el señor Wilmut, el clonador de “Dolly”.
Se ve –comenta la columnista de Avvenire- que el científico se atiene a la realidad, mientras que los periódicos en este caso se desentienden de la realidad y se atienen a su ideología.
Como decía Ana Arendt, “la ideología es eso que no logra ver la realidad”. Desde luego, así parece que sucede con los diarios italianos y los recientes descubrimientos sobre células estaminales.
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