No suele ser normal que coincidan los titulares de artículos en firmas bien conocidas. Salvo que haya una especial coincidencia en descubrir y describir las dimensiones y la gravedad del asunto de actualidad que tratan. Y dejen de lado los eufemismos edulcorantes al uso.
Algo semejante a lo sucedido con la anotación anterior, acerca de la misma realidad: Lógica tecnológica, económica y política en las clínicas abortistas del doctor Morín. Ahí los textos de Juan Manuel De Prada (Vidas al desagüe), y de Santiago Mata (Los instrumentos del Dr Morín), dejan al desnudo un espectáculo difícilmente soportable de mirar de frente.
Titula Ignacio Sánchez Cámara La barbarie silenciosa cuando escribe que la maldad del aborto es tal que hasta sus defensores protestan por la difusión de imágenes. Quizá protesten también por las palabras que describen la realidad del aborto, tal como comienza el artículo:
Vamos sabiendo los detalles del horror. Se usaban trituradoras de matadero industrial y los fetos eran expulsados por los desagües. Pero, conviene no engañarse, su principal responsable, en cuyas clínicas se llegaron a practicar abortos a niños de siete meses, ha sido imputado por falsificación de informes psiquiátricos, pues en España es legal asesinar a un embrión en cualquier momento de la gestación, ya que el supuesto de la salud de la madre carece de plazo. Es casi seguro que estamos sólo ante un caso horrible entre centenares.
(...) Según informaciones fiables, el 97% de los abortos practicados en España se acoge a este supuesto. Tan flexible es el cajón de sastre (más bien, de desastre) legal que ya casi nadie se acuerda del supuesto socio-económico.
Titula José Antonio Zarzalejos La barbarie silenciosa (el aborto libre en España) cuaando habla, además de la inmoralidad ontológica, del pingüe negocio:
(...) En las clínicas de exterminio desmanteladas en Barcelona, la tarifa que habían de abonar las embarazadas por deshacerse de su criatura aumentaba al mismo ritmo que el tiempo de gestación: feto de seis meses, seis mil euros; de siete meses, siete mil euros; y de ocho meses -sí, de ocho meses-, ocho mil euros. Se calculaba, al parecer, el trabajo de la trituradora y, seguramente, el esfuerzo del verdugo cuando decapitaba a su víctima. Verdaderamente repugnante. Y sorprendente que la finísima piel de tantos colectivos cívicos se motee con urticarias por atentados ecológicos, culturales o sexuales y, en cambio, su epidermis parezca paquidérmica cuando ahí al lado, en la zona alta de la Ciudad Condal, y en tantas otras, se perpetra una barbarie que requeriría de un Truman Capote redivivo para relatarla con el énfasis de su legendario «A sangre fría».
(...) No hablamos de creencias -que también vendrían al caso-, sino de decencias; no hablamos de moral religiosa, sino de conciencia cívica; no escapemos de este macabro asunto por el portillo del drama personal de las embarazadas que abortan, porque de lo que estamos hablando es de los carniceros que las explotan y de la inacción con la que se olvida a las madres y la impunidad con la que actúan los victimarios. (...)
Si somos una sociedad adulta y madura, podremos mirar de frente esta parte de la realidad legal, política y económica en la que vivimos y que nos hemos dado a nosotros mismos.
Imagino que también podremos actuar en plena conciencia personal, sin engañarnos con egoísmos disfrazados de sentimientos edulcorantes, según la responsabilidad cívica de cada uno en este grave asunto. Aunque, según se ve, en algunas latitudes abortar es legal, mostrar las fotos es un crimen.
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(Actualización, 19-XII-07) :Otras anotaciones posteriores sobre el mismo tema: Ante la ignominia del aborto, el pseudo - progresismo hace cualquier cosa excepto razonar, España, reconocido paraíso del "turismo del aborto" [+ post scriptum]
Interesante lo publicado hoy como editorial en el diario ABC (El aborto libre es inconstitucional), así como lo escrito por Ignacio Ruiz Quintano, La injusticia de Dios.
(Actualización, 10-XII-07): Mejor leer lo que hoy escribe Juan Manuel De Prada: La batalla de nuestro tiempo:
(...) Las grandes batallas del pensamiento, los avances que han ensanchado el horizonte humano, siempre se han librado a contracorriente; y, por ello mismo, han causado multitud de bajas y defecciones entre sus defensores. (...) La gran batalla de nuestro tiempo, el frente donde se dirime la supervivencia de nuestra humanidad, se llama aborto; y es ahí donde debemos exponernos quienes deseamos nadar a contracorriente.
Es significativo que también hoy el diario El Mundo (€) publique en primera página la noticia acerca de la práctica habitual de falsificaciones de informes psiquiáticos, por parte de médicos de esa especialidad:
"Los investigadores de la trama abortista de
Barcelona analizan la cobertura aparentemente legal que se daba a las
interrupciones de embarazo irregulares y en los exámenes psicológicos a
las mujeres. La Guardia Civil ha dado con numerosos informes falseados
por dos psiquiatras que colaboraban con las clínicas de Carlos Morín
-Ginemedex-TCB- y que los firmaban una vez a la semana sin haber
visitado a la paciente. (...)
Lo que certifican estos informes es la existencia de un riesgo para la
salud mental de la paciente, con lo que justifica la interrupción del
embarazo.
Fuentes de la investigación señalaron que uno de los psiquiatras
implicados trabaja para el Departamento de Justicia de la Generalitat
en el Centro Penitenciario de Can Brians, situado en Sant Esteve
Sesrovires. Los implicados en estas supuestas falsificaciones deberán
aclarar su relación con las clínicas en los próximos días. «Se
presentarán ante la Justicia de forma voluntaria o de otro modo»,
añadieron las mismas fuentes. (...)
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