"Verba volant, scripta manent", dice el clásico. Pero algunas palabras quedan en la memoria. En concreto, no he logrado quitar de ahí estas dos: "tiroteo fortuito", leídas en no pocos periódicos, puestas repetidamente en boca del ministro Rubalcaba.
Palabras pronunciadas poco después del asesinato de Raúl Centeno Pallón y el más que pobable asesinato de su colega Fernando Trapero Blázquez, en Capbreton.
Produce malestar leer que para Rubalcaba se trata de un encuentro "fortuito" que ha acabado con un "tiroteo". Que "no fue un acto premeditado". ¿Fué entonces un reflejo condicionado o algo así: "Txakurras os vamos a matar"?
No es momento para hacer política partidista de este hecho, como dice Jon Juaristi. Pero desearía, junto a muchas personas, que tampoco la hiciera el ministro del Interior. Y menos, el señor Rubalcaba. No estaría de más que alguna vez hablara en castellano, en vez de hacerlo -como de ordinario- en "politiqués".
Estoy convencido de que el señor Rubalcaba, maestro del manejo sutil de las palabras, genio de las alusiones indirectas, de los sentidos colaterales y de los puntos suspensivos, está ahora mismo -como todos- lleno de a tristeza y dolor, como queda dicho del emotivo y solemne entierro de Raúl Centeno Pallón.
Pero resulta especialmente triste que Alfredo Pérez Rubalcaba, quizá traicionado por su estilo habitual en el hablar, dijera de entrada que se trataba de un "tiroteo furtuito". Y no dijera lo más sencillo: que era un asesinato.
Decir "tiroteo" trae de ordinario a la imaginación la idea de enfrentamiento armado entre dos personas o grupos. En el caso de Capbreton, no hubo ningún "enfrentamiento armado".
El "tiroteo" fue estrictamente unilateral, por la espalda, a quemarropa y hecho a personas desarmadas. (Ya sé que el Drae dice exactamente para tiroteo "disparar repetidamente armas de fuego portátiles contra personas o cosas"). Pero me temo que la idea de "intercambio de disparos" está muy anclada en el inconsciente colectivo.
Decir "fortuito" es mencionar, según el Drae, algo "que sucede inopinada y casualmente".
Y si pensamos en que se trata de un "caso fortuito" -que es hacia donde entiendo que apuntan las palabras de Rubalcaba- entonces quezá más de uno habrá pensado, coincidiendo con el Drae, que se trata de un "suceso por lo común dañoso, que acontece por azar, sin poder imputar a nadie su origen". Y esto no tiene que ver con lo sucedido en Capbreton, donde hay víctimas mortales, no por azar, y hay imputados.
Fernando Lázaro Carreter -que fue director de la Real Academia Española- consideraba las palabras como dardos: buscaba dar con ellas en el blanco de su sentido. Lo siento por Pérez Rubalcaba, pero a un asesinato se le llama asesinato.
Cuando se empieza por llamar "tiroteo fortuito" a un asesinato, me temo que se está haciendo política, y política en serio, y no demasiado limpia. No digo que fuera consciente de ello, ni que no se pueda defender que técnicamente se trató de un "tiroteo" que fue "fortuito". Pero lo hecho es política de baja estofa, que manipula el sentido de la realidad con las palabras dichas desde una institución pública.
Una cosa es que Rubalcaba está habitualdo y sabe del manejo partidista del viento que se trae y se lleva las palabras de los periódicos y del imaginario colectivo. Otra -y es una pena- que ya nunca sabremos qué quiere decir realmente cuando -en una ocasión como ésta- luego expresa "su más profunda condena y rechazo".
Las palabras de Rubalcaba (quitando hierro ante Eta, por aquello de las elecciones), no han sido precisamente dardos en la diana de dos asesinatos. Los buenos políticos saben cuando hay que abandonar el "politiqués" y hablar en simple castellano. Una ocasión perdida para ser político de alta estofa.
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Ver aquí en Scriptor.org: Muerte del guardia civil Fernando Trapero, asesinado por ETA: ética de la política
Actualización (07-XII-07): agradezco los lectores que llegan desde la referencia en Internet Política (ETA: Un guardia civil muerto y otro herido +). Sienta igualmente bien leer columnistas que, como Ignacio Camacho (Tiroteo), inciden en valorar el uso del lenguaje utilizado por Robalcaba como aquí se ha hecho.
Actualización (05-XII-07): Menos mal que ahora, días después, y visto lo visto Rubalcaba dice que el atentado en Francia de ETA fue un “asesinato a sangre fría”. Mas vale tarde (y en "politiqués") que nunca.
Actualización (03-XII-07): sienta bien ver que Jon Juaristi, en una "tercera" (Reflejos en un espejo turbio) mantiene lo aquí dicho. Comienza así:
CREO que se equivoca el ministro Rubalcaba al insistir en lo del carácter fortuito del atentado de Capbreton. Suena como aquella infame manía de llamar accidentes a los atentados, que tanto le costó al Presidente Rodríguez erradicar de su lengua de madera. Nada es fortuito cuando los comandos de ETA patrullan por las Landas con las pistolas a punto. (...)
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