Sorprende que haya alguien que, sin reducir las cosas en su complejidad, ni pretenderlo, sea capaz de decir en pocas palabras la sustancia de un asunto. Y que lo entienda cualquiera.
Es una rara cualidad que se observa en Benedicto XVI y que va despertando atención en no pocos foros y contextos. También es cierto que hay foros y contextos en los que sólo por ser Benedicto XVI quien dice algo, aquello deba ser silenciado, rechazado o ironizado. De todas formas, este no es el caso.
En un reciente congreso, promovido por la Academia de las Ciencias de París, y por la Academia Pontificia de las Ciencias, Benedicto XVI ha dicho, según refiere Zenit:
• «En el momento en el que las ciencias exactas, naturales y humanas han alcanzado prodigiosos avances en el conocimiento del ser humano y de su universo, la tentación consiste en querer circunscribir totalmente la identidad del ser humano y de encerrarle en el saber que podemos tener».
• «Para evitar este peligro, es necesario dejar espacio a la investigación antropológica, a la filosofía y a la teología, que permiten mostrar y mantener el misterio propio del hombre, pues una ciencia no puede decir quién es el hombre, de dónde viene o adónde va».
• «El hombre no es fruto del azar, ni de un conjunto de circunstancias, ni de determinismos, ni de interacciones fisicoquímicas; es un ser que goza de una libertad que, teniendo en cuenta su naturaleza, la trasciende y es el signo del misterio de alteridad que lo habita».
• «En nuestra época, cuando el desarrollo de las ciencias atrae y seduce por las posibilidades ofrecidas, es más importante que nunca educar las conciencias de nuestros contemporáneos para que la ciencia no se transforme en el criterio del bien».
No está de más tener a mano estas ideas, cuando -en los medios periodísticos y en las ficciones- se habla de lo que los hombres somos y hacemos o dejamos de hacer. Y cuando, como sucede en España, un gobierno -yendo mucho más lejos de lo que la ley permite- se empeña en configurar uniformemente desde el Estado las conciencias de sus ciudadanos con la famosa EpC.
"decir en pocas palabras la sustancia de un asunto" cualidad que siempre he admirado. Muy buenos los enlaces. Gracias.
Publicado por: Ljudmila | 31 enero 2008 en 12:54 a.m.
Así es, Ljudmila. Muchas gracias a tí por tomarte la molestia de destacar la importancia de la concisión. Un cordial saludo, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 31 enero 2008 en 10:46 a.m.