Una vez más saltan a la vista el poder y las debilidades de los medios y de la red. Sería deseable -en este comienzo de año- un poco más de serenidad y un poco menos de sensacionalismo. Lo estamos viendo con la desgraciada ocasión del asesinato de Benazir Bhutto.
Sin entrar en detalles (que por lo demás se escapan en su alcance), llama la atención en la prensa occidental el tono hagiográfico superficial ("mártir de la democracia", etc.) desplegado en torno a la figura de Benazir Bhutto. Un tono, por lo demás, plagado de lugares comunes sentimentales.
Así comienza, por ejemplo, el artículo de Bernard Henri-Lévi en el Wall Street Journal (Grieving for Benazir): "They have killed a woman. A beautiful woman. A visible, indeed a conspicuosly, spectacularly visible woman"...
Se entiende bien que alguien se pregunte, como Roger Kimball en su blog de Pajamas Media:
“As the pious cataract of eulogies for Benazir Bhutto accumulate… which of these cringe-making hagiographical exercises is the worst?”
El desgraciado asesinato de Benazir Bhutto no es ni el de John F. Kennedy, ni la trágica muerte de la Princesa Diana. No son modelos de referencia, por mucho que la prensa -perezosa- así lo haga ver, de uno u otro modo.
La dinastía iniciada en Pakistán por Ali Bhutto en 1970, es otra cosa. Las nacionalizaciones y el programa político que hizo de esa nación una potencia nuclear, alienada entonces con la Unión Soviética por Ali Bhutto, y hoy su hija Benazir, introducida como una especie de mascarón de proa estadounidense, y tantas otras cosas, merecen otro enfoque. Y si bien nadie sabe qué será ahora del hijo de Benazir, Bilawal, elegido sucesor de su madre en el PPP, incluso la prensa popular debería alejarse de referencias a la familia real británica, o la dinastí Kennedy.
Los medios, con excepciones, parecen contar con escasos recursos racionales y excesiva inercia sentimental para conseguir audiencia instantánea. Así, tienden a hacer verdadera esta Edad de los 15 minutos de Celebridad, en que vivimos, según decía Andy Warhol.
Quizá así los políticos y negociantes consiguen los objetivos políticos y mercantiles que sean, pero ¿es este realmente un uso racional adecuado del gran poder de los medios y de la red? ¿15 minutos de celebridad? Mejor estaría un poco más de serenidad.
Por que 15 minutos de celebridad? especificate por favor.
Sabe ustedes a quien se esta refiriendo?
Lo dudo...
Quisiera usted tener un eternos 15 minutos de celebridad que a tenido y seguira teniendo BENAZIR BHUTTO
Publicado por: sandra | 18 enero 2008 en 07:48 a.m.