Hace cinco meses, aquí hablamos de la invitación de Mia Farrow a Spielberg para que abandonara su cargo de "director artístico" de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Ayer, en vista de que continúa la postura responsable de Pekín en los horrores de Darfur, Spielberg ha renunciado al cargo.
Se puede ver, por ejemplo, en el NYTimes, Spielberg Drops Out as Adviser to Beijing Olympics in Dispute Over Darfur Conflict, o en El País, Spielberg deja el cargo de asesor artístico de los Juegos de Pekín.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Veremos qué hace Zhang Yimou, con quien compartía el encargo del diseño de la ceremonia de apertura de los Juegos. En sus últimas películas, Zimou parece especialmente inclinado a una estética llena de belleza visual, que no logra esconder una clara justificación del régimen político que produce sus películas.
Y veremos qué pasa con la exigencia de las autoridades británicas a sus atletas: los que quieran ir a Pekín deberán firmar un contrato por el que se comprometen a no hablar de política respecto de China. Ya hicieron algo semejante Bélgica y Nueva Zelanda.
Al comentar en Italia la extraña postura británica, Il Corriere della Sera dice que el comité olímpico italiano no hará nada semejante, como ya han decidido sus homólogos en Estados Unidos, Canadá y Australia. Los atletas, por poner un ejemplo, podrán llevar camisetas con el escrito "Free Tibet" o hacer las declaraciones que estimen oportunas. Y Reppublica recuerda que la medida británica es contraria al espíritu olímpico.
El arte siempre ha estado cerca de la política y de la religión, incluso cuando la política se convierte en religión. Por eso es de agradecer que la razón esgrimida por Spielberg haya sido su conciencia personal, no sólo política.
Bien podía el Spilbergo este haber abandonado su cargo por la política de China en China, por poner un ejemplo. Pero menos da una piedra.
Publicado por: Phelan | 13 febrero 2008 en 03:26 p.m.
Así es, amigo Phelan: menos da una piedra. El caso es que al menos hay dos cosas: 1) mientras sabemos del desastre en Darfur (donde la Onu prometió el oro y el moro, hace más de un año, sobre una "pronta" actuación internacional que aún no ha empezado), no sabemos o no queremos saber de los desastres humanitarios y las persecuciones en China. 2) China es un mercado de consumidores que todo occidente ambiciona conquistar, mientras que en Darfur -al parecer- carecen de todo, no tienen riqueza, y sólo se venden bien las armas... Un desastre y una vergüenza para esta sociedad de consumo en que tendemos a encontrarnos cómodamente instalados. Bienvenido el aviso al actual gobierno de China, aunque por el momento sea sobre su política exterior. Por algún sitio hay que empezar... Muchas gracias por el comentario y un cordial saludo, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 13 febrero 2008 en 04:14 p.m.