Es frecuente observar cómo algunos medios hispanos de comunicación usan determinadas palabras, en determinados asuntos, especialmente relacionados con la religión, para "provocar", cosa que -según el Drae- significa "Irritar o estimular a alguien con palabras u obras para que se enoje". Es curioso en gentes a las que consideran, en plan cainita, casi como enemigos de la humanidad.
Para muestra un botón: un periódico que sistemáticamente se queja de que la jerarquía eclaesiástica se atreva a mencionar algo relacionado con la política, festeja con regocijo alborozado que sea un "obispo" quien ha ganado las elecciones en Paraguay (El obispo Lugo se proclama vencedor en Paraguay tras 61 años 'colorados'...)
Es cierto que esos mismos profesionales de tales medios a veces sólo sirven de correa de transmisión, quizá sin saber que se hacen compañeros de viaje, de algunas fijaciones obsesivas de otros ciudadanos, según acabo de leer -no sin un ligero sobresalto semántico- que "Los curas pueden estar en los comités de ética hospitalarios de Madrid".
¿Que pinta la palabra "curas" ahí, así, en un titular? Se entiende que se refiere a sacerdotes, que quizá son capellanes de hospitales. Pero al tiempo resuena -quizá para quien tenga un mínimo de cultura histórica- aquel presunto cántico simpático, amable, fraternal, y sobre todo democrático ("Si los curas y frailes supieran la paliza que les vamos a dar, subirian al coro cantando libertad, libertad libertad...Etc."). Un cántico que -por desgracia- fue seguido de algunos miles de mártires, asesinados por el simple hecho de ser "curas, frailes o monjas"...
La palabra "cura" parece que es usada con retintín, que como nos dice el Drae, quiere decir "tonillo y modo de hablar, por lo común para zaherir a alguien".
Es poco menos que sorprendente la saña ("Intención rencorosa y cruel") que parece destilar lo que dijo un alto cargo del partido en el gobierno, en rueda de prensa en el Congreso (El PSOE considera que la asistencia religiosa en los hospitales es “producto de mentes podridas por el dogmatismo, inquisitorial, fundamentalista e inconstitucional”):
El secretario de Libertades Públicas del PSOE, Álvaro Cuesta, censuró hoy el convenio suscrito por el Gobierno de Esperanza Aguirre y el Arzobispado de Madrid al considerar que intenta "imponer" prácticas confesionales en los hospitales de la Comunidad. Cuesta dijo sentir "repugnancia" frente a un acuerdo que tachó de "inquisitorial, fundamentalista e inconstitucional", y que achaca a "mentes podridas por el dogmatismo", por lo que animó a rebelarse a los facultativos y a los familiares de los enfermos (...)
No estoy tan seguro de que las "mentes podridas por el dogmatismo, inquisitorial, fundamentalista e inconcstitucional" sean las de esos sacerdotes, o de quienes propician su asistencia religiosa en los hospitales, sino -más bien, de entrada, y sólo por el modo de hacerlo- de quienes les acusan de ello.
Por esto, y para no alargar la idea, recomiendo vivamente leer lo escrito por Angel Ruiz (ARP) en su blog Compostela, Manejar emociones. Empieza así:
No me gusta que maneje mi agenda (por utilizar el anglicismo de un latinismo) la cadena Ser, pero entraré al trapo. Veo ahora un titular enorme en El País digital que remite a esa cadena que va de 'objetiva', en el que alertan de que "Aguirre da voto a los curas (sic) sobre el aborto y los enfermos terminales" [Addenda 7:12 pm: tenía el enlace puesto, pero han borrado la noticia original]. Horror, los curas vestidos de negras sotanas sobrevuelan las camas de los hospitales obligando a los enfermos más graves a sufrimientos horribles imponiendo su religión de terror. (...)
Gracias, Angel, por las limpias y pacientes palabras de tu pluma.
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Actualización 5pm.: ver también, yendo al asunto, Montse, en Internet Política: Un capellán en el comité de ética · ELPAÍS.com