Tim Robbins, actor, guionista, director y productor cinematográfico, ha planteado en el "opening keynote speech" ante la NAB (National Association of Broadcasters) que las cosas pueden y deben hacerse mucho mejor en televisión.
El texto completo puede ser leído aquí, pero son especialmente interesantes los últimos seis minutos, que pueden ser escuchados aquí, en esta grabación de sonido sin imágenes.
Tim Robbins dice que los profesionales "somos mejores que eso", y que no cabe refugiarse en el viejo dicho: "yo soy un hombre de negocios, y doy a la gente lo que la gente quiere":
Well, I'm here to tell you that we don't need to look at the car crash. We don't need to live off of the pain and humiliation of the unfortunate. We don't need to celebrate our pornographic obsession with celebrity culture. We are better than that. (...)
Only with your courage and your vision can we begin to imagine a world of broadcasting where the general consensus of those with real power say "Enough is enough.
Now is the time to move away from our lesser selves. Now is the time to stop making money on the misfortunes of others and the prurient and salacious desires of the public.
Now is the time to admit and recognize that we aren't just businessmen but the guardians of the human spirit, with a responsibility to the health of this nation.
That we can lift this country up with our programming, that instead of catering to the gossips and the scolds and the voyeurs we can appeal to the better nature in our audience, the better nature of what this country is all about." (...)
It isn't necessarily a matter of country before profit, or of patriotism and truth before personal comfort. There could be money to be made in appealing to our better selves. Wouldn't that be great?
And if there isn't and we came out of it a little less rich but more unified and healthier as a nation wouldn't that be something we could all be proud of?
Es interesante pensar en esto que Tim Robbins dice a sus compatriotas estadounidenses, pensando en su nación, igualmente puede tener una dimensión universal, y no sólo patriótica, por así decirlo.
Si el entretenimento televisivo está globalizado, y si las mismas -o peores- cosas copan también las pantallas en todos los países del mundo, algo nos toca de cerca a cada uno.
Por una vez que una voz liberal and progressive y una voz profesionalmente autorizada que se levanta ante los poderosos de la NAB y pone la dignidad personal por delante del dinero y el mercado, mejor es escucharlo.
Aunque sólo sea porque puede ser un signo premonitorio del cambio de las cosas del entretenimiento en radiotelevisión.
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