Los espectadores del Festival de Cannes van a tener oportunidad de ver Waltz with Bashir, de Ari Folman. Una película que no dejará indiferente a Sean Penn, presidente del jurado de este año, ni tampoco a Alfonso Cuarón.
Tras leer lo escrito por Ludovic Lamant en Mediapart (La surprise de Cannes, le documentaire animé israélien et très politique «Waltz with Bashir») espero su estreno con curiosidad.
El "Vals" del título hace referencia a Bashir Gemayel, líder libanés cristiano cuyo asesinato el 14 de septiembre de 1982 desencadenó la matanza de Sabra y Chatila.

Ari Folman, guionista y director, cuenta sus propios recuerdos de aquellos tiempos y también los recuerdos y testimonios personales (con imágenes dibujadas con o sin parecido a las personas reales -anonimato que es una gran innovación de este "género" documental) de otros participantes reales en aquellos hechos. Lo cuenta en el press kit [Descargar .pdf] de la película:
The story is my very personal experience.
It follows what I went through from the moment I realized that there were some major parts in my life completely missing from my memory. (...) I discovered a lot of heavy stuff regarding my past and meanwhile, during those years, my wife and I brought three kids into this world.
This makes you wonder, maybe I am doing all this for my sons. When they grow up and watch the film, it might help them make the right decisions, meaning not to take part in any war, whatsoever.

Recuperar el silencio de muchos años es algo también recordado por Ludovic Lamant en Mediapart:
Au cœur du projet, il y a l'ex-appelé devenu artiste Folman, né à Haïfa il y a 44 ans, aujourd'hui domicilié à Tel Aviv, homme de gauche, et qui prend conscience, au tout début des années 2000, qu'il n'a jamais su parler à ses proches de sa présence au Liban en 1982.
«En Israël, Sabra et Chatila se résume à un seul homme, Ariel Sharon», regrette Folman. Lui a alors essayé, modestement, d'aller voir un peu plus loin, en effectuant seul un important travail d'enquête et d'entretiens (en partie restitués à l'écran), quitte à élargir le cercle des responsabilités des massacres.
L'entreprise fut d'autant plus passionnée, selon l'intéressé, qu'elle fut menée avec, en toile de fond, la guerre d'Israël avec le Hezbollah à l'été 2006.
En creux, le film prend note du silence d'une génération.
Sin imágenes ni sonidos tomados de la realidad, el "género" documental de dibujo animado permite recuperar con un realismo poético que imagino y espero digno de encomio, una realidad perdida en la memoria histórica.
De ahí que convenga recordar que esta película no está realizada con las conocidas técnicas de rotoscopia, recientemente usadas, por ejemplo en A Scanner Darkly (2006), sino con un limitado equipo de ocho dibujantes. Se trata de un proceso inventado por el director de animación Yoni Goodman, que combina técnicas tradicionales, Flash y 3D.
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Actualización 16 Mayo 08:
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