Breve y rotundo es el acertado razonamiento de Hermann Tertsch publica hoy (Paseo triunfal de la mentira) acerca de la sociedad española y lo que el gobierno Zapatero dice y hace con de Cuba: parece que los españoles se acostrumbran a vivir la mentira.
Es toda una muestra de buen hacer profesional recordar lo que pasa realmente bajo la efímera capa de la llamada "actualidad", tantas veces prefabricada y alejada de lo que realmente cuenta. Dice Terstch:
(...) Desde hace un par de meses, los medios cercanos al Gobierno de Zapatero -casi todos cuando hablamos de los audiovisuales- nos ofrecen una imagen entusiasta de las «reformas» de Raúl Castro en Cuba. Un día venden como inmenso avance el permiso a los ciudadanos cubanos a entrar en hoteles que les estaban vedados por ley y lo siguen estando de hecho. Al otro lanzan como conquista democrática la autorización de compra de ordenadores que, inasequibles, sirven poco más que de máquina de escribir sin acceso a la red. Eso sí, cuando las «Damas de Blanco», las mujeres e hijas de presos políticos, son agredidas por la policía y el lumpen «revolucionario», el hecho apenas merece mención.Lo cierto es que la farsa transformista de la dictadura cubana tiene aquí muchos cómplices. Agotado, salvo para los paleocomunistas más obcecados, el mito de la Cuba del éxito en educación y sanidad, evidentes sus miserias profundas y generales, se trata de salvar la cara con la voluntad de reforma de la dictadura. El mayor aliado del castrismo en Europa es el Gobierno español. Se volcó en una operación para restar visibilidad a la disidencia y desactivar las sanciones de la UE contra Cuba tras el macrojuicio de la Primavera negra de 2003. Desaparecida la oposición de las recepciones oficiales de nuestra embajada, se llegó en dicha complicidad hasta la grotesca creación de un órgano bilateral sobre derechos humanos.(...)
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