Las cosas en política se planifican y presentan de una manera, pero a veces resultan de otra muy diversa. La campaña para nombrar candidato demócrata a la presidencia USA ha puesto de manifiesto que no todo es como se pretende y se presenta a primera vista.
Lo cuenta bastante bien el video elaborado por el NY Times, "A Look Back at the Clinton Campaign": desde la presentación en enero 2007 como "inevitable" candidato y próximo presidente, hasta el reconocimiento inevitable (esta vez sí que la palabra responde a la realidad) del triunfo de Obama como candidato demócrata.
Aunque hasta el día de hoy (5 de junio), aún no lo haya reconocido oficialmente. Quizá en espera de poder volver a la Casa Blanca, ahora como Vicepresidente. Cosa que no está nada clara. Quizá anda en cálculos y negociaciones para ver cómo invierte rentablemente los 18 millones de votos que ha conseguido.

Las batallas electorales -incluso vistas desde fuera- son terribles. En cualquier caso, está mal visto lo que parece que sucede a Hillary: no saber perder.
Esto lo dice, por ejemplo, Hilary Rosen (I Am Not a Bargaining Chip, I Am a Democrat):
I wrote before how she had a chance for her "Al Gore moment." And if she had done so, the whole country ALL would be talking today about how great she is and give her her due.
Instead she left her supporters empty, Obama's angry, and party leaders trashing her. She said she was stepping back to think about her options. She is waiting to figure out how she would "use" her 18 million voters.
But not my vote. I will enthusiastically support Barack Obama's campaign. Because I am not a bargaining chip. I am a Democrat.
Y es de temer que no valga la pena jugar la carta "USA redescubre que es sexista", como dice ahora, a toro pasado, Erica Jong (Being Gracious in a Sexist World), la gurú feminista que ya parece vivir de las rentas.
Porque -de haber salido elegida candidata- a casi nadie le hubiera parecido sensato decir que, porque Hillary había derrotado a Barak Obama, "USA redescubre que es racista".
Es interesante (y políticamente instructivo para otras latitudes) ver cómo lo "imprevisto", el outsider, el candidato underdog, supera al que es presentado y se presenta como vencedor "inevitable".
Y es muy interesante estudiar la estrategia electoral que ha seguido, como muy bien hace el Washinton Post (Strategy Was Bases On Winning Delegates, Not Battlegrounds) además de lograr hacerse ver como una síntesis de J.F. Kennedy y M. Luther King.
Otra cosa es lo que el magnífico orador Obama vaya a hacer si su partido le presenta como el que inevitablemente debe vencer a McCain. Imagino que su instinto retórico (incluído el toque sofístico) no le llevará por esos derroteros. Veremos quién es este casi desconocido (The Obama We Don't Know) y veremos si consigue librarse de los dilemas que (le) plantean Hillary & Bill.
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