Ahora resulta que los atletas no pueden hablar de lo que las autoridades políticas consideren "política", ni pueden respirar en el contaminado aire de Pekín (a pesar de las medidas dictatoriales tomadas sobre industrias y circulación de ciudadanos).
Las Olimpíadas -quizá por haberse instalado esta vez en China- se han convertido en un asunto de mandarines. Es decir, con la Rae, en asunto de "personas influyentes" en ambientes políticos, etc. o -también según el Drae- en asunto de "personas mandonas", es decir, siendo moderados y políticamente correctos, personas que "ostentan demasiado su autoridad y manda más de lo que le toca".
Algo por otra parte normal como resultado las paranoias de un régimen comunista totalitario. Y algo también normal -pero más preocupante- en los mandarines del COI y de los países y empresas multinacionales, cegados en no pocas cuestiones cívicas y de dignidad humana, en su ansia de participar en el gran pastel de beneficios del mercado chino.
La cuestión es ésta: ¿alguien duda de que la elección de Pekín como sede olímpica ha sido una decisión política? Hace cuatro años, los sabios mandarines, miembros de comité olímpico, sabían de qué iba el aire atmosférico y político en Pekín, y -quizá fiados de que se trata de un país totalitario que cierra industrias y fundiciones, prohíbe el tráfico, encarcela periodistas y ejecuta disidentes como quien lava- esperaban que el aire quedara limpio.
No ha sido así.
Ningún mandarín, miembro del comité olímpico, será amonestado, castigado por la contaminación atmosférica, por el "doping anti-performances", que han proporcionado a los atletas. Porque ellos quieren siempre lo mejor para el espíritu olímpico y para los atletas. Lo dice el manual. Mientras unos no pueden respirar, mientras se estudia retrasar la maratón, el COI, según dicen, "está pendiente de la polución", pero sin sofocarse. Vale.
Esta situación es un auténtico dopaje de los Juegos, que va contra el espíritu olímpico.
Primero, un dopaje político / económico que desvirtúa la naturaleza de los Juegos: ¡qué bien se callan los mandarines, qué bien miran hacia otro lado mercaderes y políticos cuando se venden exclusivas entre sí! ¡Qué hermoso espectáculo de bombos mutos, estos Juegos de Pekín!
Segundo, un evidente dopaje deportivo, que cambia la naturaleza de los Juegos: ¡no se pueden tomar sustancias que -de un modo u otro- son tóxicas, aunque mejoren las "performances" atléticas! ¡¡Myu bien!! La pregunta es: ¿qué pasa con las sustancias tóxicas que los atletas han de respirar en Pekín, que sin duda empeorarán sus "performances" atléticas?
Ahora bien, si a un atleta se le ocurre decir que está participando en una celebración político-económica, puede darse por expulsado: primero de Pekín y de estos juegos, y luego quizá también de la correspondiente federación.
Lo siento, pero no me gusta nada la punta del iceberg que se aprecia en todo este tejemaneje de mandarines. Y menos, que sólo unos cuantos políticos y mercaderes puedan hacer explícitamente política (¿totalitaria y democrática a la vez?), a costa del silencio de los atletas.
Eso, sin contar -entre otras ignominias-, por ejemplo, con la prohibición oficial explícita de entrar en China con más de una Biblia. Prohibición aclaratoria que sigue a la "genérica", que dice que se prohíbe entrar en China con "any printed material, film, tapes that are 'detrimental to China's politics, economy, culture and ethics'".
Y los políticos, genuinos mandarines, se dedican a hilar fino y cubrirse las espaldas, al menos en España. Así habla el presidente del Comité Olímpico Español (COE): "Yo no prohibí a nadie hablar de política, sino que les recordé la
norma 50.3 de la Carta Olímpica, según la cual no se permite llevar a
cabo manifestaciones de orden político, religioso o propagandístico en
ningún emplazamiento olímpico". Cinismo: "desvergüenza en el mentir".
Estos Juegos, ya lo siento, nacen dopados por unos cuantos mandarines: contaminación política, económica y ambiental.
Si alguien quiere unirse a una tímida protesta global que quiere solidarizar a 100 millones de personas, llamada Candle4Tibet.org, puede hacerlo: basta encender en su ventana una vela o una candela, mañana día 7 de agosto, a las 9 de la noche, en su hora local.
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Ver, por ejemplo:
-- Arcadi Espada, Tregua.
-- La Vanguardia: Ingenuidad y censura en Pekín
-- PeriodistaDigital: El gran negocio de Occidente
-- EuroTopics: Terror in the run-up to the Olympics
-- Repubblica: La fiaccola è arrivata a Pechino. Protesta tibetana: quattro arresti Y también: Cielo grigiastro e aria irrespirabile. Su Pechino è tornato lo smog. También: I giganti del web (Google, Yahoo!, Microsoft) contro la censura "Codice di condotta, dopo i Giochi"
-- NYT: Running on Fumes in Beijing
-- WSJ: Try Not to Breathe During the Marathon (referido a Beijing Considers New Curbs As Pollution Threatens Games) Y también: YouTube Strikes Online Olympics Deal
-- Voz Galicia: El COI impide a los deportistas contar sus experiencias en Pekín
-- La Nación: Los deportistas podrán bloguear en Pekin, pero con restricciones ("sólo si son para expresar impresiones personales y no con fines periodísticos")
-- ABC: El COI se muestra «convencido» de que la polución no provocará «grandes problemas»
-- El País: Prohibido hablar de política. Y también: Los cuatro fantasmas del régimen
-- Worldpressfreedom: Liberar la prensa en China
-- Scriptor: Prensa europea, manipulación informativa china y juegos olímpicos
Actualización, 7 agosto 08:
-- ABC: El Partido Chino manipula a Occidente
-- Una.Temporada.en.el.Infierno: La más grande de las prisiones para periodistas e internautas
-- VotoEnBlanco: Beijing 2008: España y otros países teóricamente democráticos se arrodillan ante la tiranía china
-- MangasVerdes: Atletas amordazados:
Llevo días dándole vueltas a la norma del Comité Olímpico Internacional
(COI) que prohíbe a los atletas que compiten en las Olimpiadas
expresarse libremente a través de un blog. Me parece una norma tan
reaccionaria, atentatoria contra derechos fundamentales y contrarias al
‘espíritu olímpico’ que no entiendo ni cómo ha llegado a tomar forma ni
cómo se mantiene sin que nadie sea capaz de denunciarla, por ejemplo,
ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Ahora leo en Bitacoras.com que, finalmente, el COI ha decidido permitir bloggear a los atletas, pero con unas restricciones dignas de un cuerpo militar del medievo o de la peor de las dictaduras:
“No se pueden hacer entrevistas con un acreditado ni
escribir una historia sobre él. Están prohibidos los sonidos, los
videos o las fotografías de todos los espacios reservados para
acreditados. Y una imagen personal sólo está permitida cuando no está
relacionada con una competición olímpica, las ceremonias de apertura y
clausura o una entrega de medallas”.
(...)