Hoy, siete años después del 9/11, o del 11-S, podemos mirar una fotografía, con el recuerdo del horror, pero también con la distancia que permite salir de él.
La fotografía la hizo el profesional de "Magnum" Thomas Hoepker, que entonces no consideró oportuno publicarla. Es probable que pensara que las apariencias a veces engañan.
Cuando finalmente apareció hace un par de años (2006), suscitó un tremendo equívoco en el columnista Frank Rich del New York Times (Whatever Happened to the America of 9/12?), y una aclaración o -si se quiere- polémica en Slate (Frank Rich Is Wrong About That 9/11 Photograph) y por parte de quien hizo la fotografía y de quienes aparecen en ella.
La instantánea parece ofrecer a primera vista un contraste brutal entre la tragedia del fondo y la aparente condición idílica y despreocupada de quienes están en primer término:
Había dicho Thomas Hoepker (I Took That 9/11 Photo):
Somewhere in Williamsburg I saw, out of the corner of my eye, an almost idyllic scene near a restaurant—flowers, cypress trees, a group of young people sitting in the bright sunshine of this splendid late summer day while the dark, thick plume of smoke was rising in the background. I got out of the car, shot three frames of the seemingly peaceful setting and drove on hastily, hoping/fearing to get closer to the unimaginable horrors at the tip of Manhattan.
Había publicado Frank Rich:
...Seen from the perspective of 9/11’s fifth anniversary, Mr. Hoepker’s photo is prescient as well as important — a snapshot of history soon to come. What he caught was this: Traumatic as the attack on America was, 9/11 would recede quickly for many. This is a country that likes to move on, and fast. The young people in Mr. Hoepker’s photo aren’t necessarily callous. They’re just American...
Dijo uno de los presentes en la fotografía, Walter Sipser (It's Me in That 9/11 Photo), un artista que vive en Brooklin y que es el que está junto al margen derecho de la foto:
Thomas Hoepker took a photograph of my girlfriend and me sitting and talking with strangers against the backdrop of the smoking ruin of the World Trade Center on September 11th. Earlier, she and I had watched the buildings collapse from my rooftop in Brooklyn and had made our way down to the waterfront. (...)
We were in a profound state of shock and disbelief, like everyone else we encountered that day. Thomas Hoepker did not ask permission to photograph us nor did he make any attempt to ascertain our state of mind before concluding five years later that, "It's possible they lost people and cared, but they were not stirred by it."...
Esto pasa con las fotografías y con la tremenda credibilidad que ingenuamente les concedemos (incluyendo en este caso nada menos que Frank Rich, del NYT), como si en ellas se nos revelara directamente el sentido de las apariencias que vemos.
A veces olvidamos que alguien nos está haciendo ver esa fotografía. Y no sabemos por qué o para qué.
A veces -acostumbrados a ver fotografías publicitarias y propagandísticas como si fueran inocentes instantáneas- olvidamos que hay tras ellas mucho trabajo para logar la verosimilitud y la persuasión comercial o ideológica pretendida.
Menos mal que, en el séptimo aniversario de aquel horror que cambió el mundo, podemos ver y hablar sobre las apariencias y realidades de esta fotografía. Una inocente instantánea que -en la senda racional torcida de la sospecha- quizá ya no lo parece.
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PS-- tras escribir esto, no he podido dejar de hacer una nueva anotación. Otra fotografía y un verso han venido sin querer a la memoria: Torres gemelas, séptimo aniversario: una foto y un poema de Alberti.
Gracias por tu texto, me ha dado una idea para un comentario.
Publicado por: Miguel | 11 septiembre 2008 en 01:21 p.m.
Visto tu comentario "sintomático", estimado Miguel. Un cordial saludo y muchas gracias, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 11 septiembre 2008 en 06:20 p.m.
Buena reflexion. Gracias. El poema de Alberti me dio escalofrios.
Publicado por: Ljudmila | 12 septiembre 2008 en 01:23 p.m.
Don Juan José:
Espectacular post. Muchas gracias.
Publicado por: Felipe Costabal | 14 septiembre 2008 en 06:45 p.m.