El título de las "Memorias", que no son una "autobiografía", Olor a yerba seca (Ed. Encuentro), tiene la fuerza de traer a la imaginación tiempos de recolección, no tiempos finales de un pensamiento o de una vida intelectual y pública.
De ahí que el libro, como dice el autor, tenga un cierto olor proustiano, y llegue en el tiempo hasta hace aproximadamente diez años.
Le gustaría escribir una segunda parte, con sus memorias del mundo nuevo que ha ido apareciendo en estos últimos años, que quizá es el único que conocen las nuevas generaciones...
Bien parece que Alejandro Llano sigue pensando como filósofo y actuando como ciudadano responsable.
Quizá, como muestra, baste un botón de lo publicado en Gaceta:
(...) Soy profesor universitario desde hace cuarenta años. Me parece que cambiar la sensibilidad de las personas a partir de cierta edad resulta muy difícil. Es preciso volcarse en la educación de las nuevas generaciones, para que libremente adquieran una nueva mentalidad.
La actual emergencia de pequeños grupos de jóvenes inconformistas es una señal de esperanza. Pero reciben muy poco apoyo, y esto es lamentable. Toda la presunta intelectualidad progresista está subvencionada por la derecha. Esto sucedía ya durante el franquismo, por temor, por una mentalidad estratégica de signo derrotista. Así se ha ido aupando a figuras muy mediocres. No ha habido el valor de apostar por la formación de jóvenes intelectuales.
Los jóvenes intelectuales que “no son” de la situación dominante, tienen muy poco que hacer. ¿Quién se atreve a decirlo? Yo, desde luego, no me conformo ni acepto la versión oficial de la izquierda, según la cual esto es lo normal; ni la versión oficial de la derecha, de que en el fondo la cosa no está mal. Sí, está muy mal. (...)
Reconocer cómo están las cosas y saber decirlo supone tener un fuerte sentido realista y saber juzgar con sabiduría y esperanza desde el "olor a yerba seca".
Aunque a algunos timoratos les pueda parecer una "versión negativa", distinta del "buenismo" al uso, lo dicho por Alejandro Llano tiene mayor realismo y objetividad que las versiones edulcoradas de lo políticamente correcto. El próximo volumen de sus Memorias será sin duda también fascinante.
Grande Alejandro Llano! Como él, pocos cada demasiado tiempo.
Bonito "motivo oriental" le has dado a Scriptor en la cabecera.
Gran abrazo desde Chile
Publicado por: Alberto Pedro | 08 diciembre 2008 en 01:23 p.m.
Cierto, Alberto! Entran pocos en la docena, como se dice por esas tierras desde las que Alejandro habla... Aunque sea en plan egoísta, echo de menos ahora mismo -desde el lluvioso invierno romano- la primavera chilena en la que estuve hace un par de semanas. Un cordialísimo saludo, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 10 diciembre 2008 en 09:07 a.m.