El aborto sin cortapisas de ningún tipo es el modelo legal de aborto implantado en España por el gobierno Zapatero. ¿Hay alguna razón científica, antropológica, cívica, que funde tal legislación? No parece.
Cuenta, en primer lugar, distraer la atención de la crisis finaciera, que en España es especialmente grave. Y cuenta, en segundo lugar, como narcótico para la conciencia deforme de las ciudadanas que abortan. Si la ley dice que no es delito, entonces -piensan en su deformidad de conciencia- no será ni malo ni pecado de ningún tipo.
Lo comenta Juan Manuel de Prada, en tercer lugar, considerando las Ventajas electorales del aborto:
La explicación más divulgada y rudimentaria consiste en definir este empeño como una mera maniobra de distracción: mientras se mantiene entretenida a la llamada «opinión pública» (que, como todo el mundo sabe, no es lo que la gente opina, sino lo que se pretende que opine la gente) con el caramelo envenenado del aborto, la inepcia de nuestros gobernantes en cuestiones más acuciantes pasa inadvertida. Se trataría, según esta explicación, de generar en esa «opinión pública» debates artificiosos que la distraigan de las cifras galopantes del paro, la evaporación de su dinero, etcétera. (...)
(...) En honor a la verdad, ninguna de las mujeres que han abortado en estos años ha ido a la cárcel ni ha sido «criminalizada» por la ley; pero, allá donde la ley no alcanza, gravita el peso de la culpa. Y lo que se pretende con esta despenalización del aborto es, precisamente, lavar ese peso de la culpa -o de la mera inquietud o escrúpulo de conciencia-, mediante una suerte de «amnistía psicológica». Así, nuestros gobernantes aparecerán ante esa mayoría social como quienes lavaron su conciencia de escrúpulos morales; y esa mayoría social, aliviada, se lo agradecerá en las urnas.
Lo dicho. Quedan los que vienen detrás. Ver Lia, 12 años, gana concurso escolar de "speech", a pesar de hablar "pro life".
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