1) el Supremo rechaza que los padres puedan objetar a esta asignatura y obliga a los alumnos a acudir a clase, aunque precisa que
(...) En una sociedad democrática, agrega la sentencia, "no debe ser la Administración educativa -ni tampoco los centros docentes, ni los concretos profesores- quien se erija en árbitro de las cuestiones morales controvertidas", ya que éstas pertenecen "al ámbito del libre debate en la sociedad civil, donde no se da la relación vertical profesor-alumno, y por supuesto al de las conciencias individuales".
"Todo ello implica que cuando deban abordarse problemas de esa índole al impartir la materia Educación para la Ciudadanía -o, llegado el caso, cualquiera otra- es exigible la más exquisita objetividad y el más prudente distanciamiento", añade.
Veremos cómo se concreta, en las cosas de la vida, esa objetividad y ese prudente distanciamiento, que en sustancia es un claro varapalo verbal explícito a la Administración o Gobierno español en sus imposiciones doctrinarias con la EpC.
[Imagen:
Boulesis].
Act. 18Feb09:
Diario de un padre objetor ofrece
Diez razones para celebrar las primeras sentencias del Tribunal Supremo.
Las cuatro sentencias publicadas se refieren unicamente a los cuatro primeros recursos de cerca de 2.000 que van a llegar al Tribunal Supremo. El resto de recursos presentarán sus demandas aportando nuevas justificaciones y pruebas que pueden terminar por inclinar la balanza con claridad en favor de las demandas del movimiento objetor.
Puntualiza
LibertadDigital que
EpC colapsará la Justicia si los 50.000 objetores hacen caso al Supremo: Los votos particulares anexos a las cuatro sentencias
del Supremo sobre EpC reflejan la grave tensión social creada por el
Gobierno con la asignatura.
El Tribunal deja claro que no se puede
objetar pero sí recurrir contenidos que adoctrinen. Lo que se avecina
sacará a los jueces de la huelga.
El País digital destaca en portada lo que a la izquierda se muestra, pero luego aparece en blanco la página a que reenvía el link (al menos, hasta las 10:00 am):
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Supremo/niega/objecion/reclama/objetividad/Ciudadania/elpepusoc/20090218elpepisoc_4/TesEl Mundo sigue sin dar noticia del asunto.
ABC reorienta lo que dijo ayer:
«En Educación para la Ciudadanía es exigible la más exquisita objetividad».
Diario de Navarra titula:
Ciudadanía no podrá "inculcar" un punto de vista sobre cuestiones controvertidas. Y el sumario recoge tres ideas: - El Supremo reclama en sus sentencias
"neutralidad ideológica" al Estado - El tribunal asegura que
no existe un derecho a la objeción de conciencia para la asignatura - Los jueces señalan que
los padres sí pueden llevar a los tribunales los libros de texto o a los profesores.
En proximidad geográfica,
Navarra Confidencial titula que
El Tribunal Supremo liquida la objeción de conciencia en España sólo para salvar la EpC. Los contenidos sí pueden ser recurridos. No obstante, en una sentencia llena de paradojas, se pronuncia en contra de que el estado utilice la asignatura para inculcar a los alumnos puntos de vista sobre cuestiones morales controvertidas. Las asociaciones nacionales de objetores anuncian que aconsejarán el recurso al Tribunal Constitucional a los padres que pidan consejo.
La objeción de conciencia: no, pero sí.
El Imparcial destaca que
El Foro de la Familia considera "ambiguas" las sentencias del Supremo sobre EpC:
(...) Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, ha explicado al programa "La Tarde con Cristina" de la "Cadena Cope" que cree que la sentencia rechaza la existencia de un derecho a la objeción de conciencia, pero igualmente queda claro que ni el Gobierno ni los centros pueden reflejar una toma de posición sobre las cuestiones que preocupan a los padres.
"Al final, hemos salvado el caso. A partir de ahora, estaremos más vigilantes que nunca. La sentencia dice claramente que ni el Gobierno ni los centros pueden erigirse en árbitro de las cuestiones morales controvertidas, que es lo que preocupaba a los padres", ha explicado Blanco.
Para las asociaciones de objetores, las sentencias de Asturias son más ambigüas, pero con claridad señalan que los padres podrán actuar jurídicamente contra aquellos contenidos de EpC que consideren que lesionan sus derechos. La sentencia de Andalucía sí prohíbe al Estado cualquier forma de proselitismo. (...)
El Confidencial dice que
Los objetores a Ciudadanía desafían al Supremo y se niegan a volver a las aulas:
El Alto Tribunal señala que, tal y como está diseñada en los reglamentos, Ciudadanía se ajusta a derecho y, por tanto, los alumnos tienen el deber de cursarla. Sin embargo, insiste en que esto no autoriza al Gobierno, ni a los colegios o profesores, a “imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales controvertidas”.
Concretamente, se refiere a la posibilidad de que se utilicen textos o explicaciones en los colegios “desviados de los fines de la educación”, por lo que recuerda que los tribunales de lo contencioso administrativo prestarán “una tutela judicial efectiva, preferente y sumaria”.
El Supremo precisa que los materiales para impartir Ciudadanía deben respetar el derecho de los padres y no deslizarse “en el adoctrinamiento por prescindir de la objetividad, exposición crítica y del respeto al pluralismo imprescindibles”. Un pluralismo que el Alto Tribunal recuerda como un “valor superior” que prohíbe al Estado “incurrir en cualquier forma de proselitismo”.
Dará que hablar, sin duda. Y desde luego, desde el punto de vista de la opinión pública, en la medida en que la cal y la arena mezcladas con cierta confusión en lo hasta ahora dicho por el alto tribunal, toma como referencia lo que en la ciudadanía se considere controvertido.
De modo que el Estado o el Gobierno se cuidarán bien de
imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista
determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son
controvertidas.
Habrá que hacer ver y destacar en público las muchas controversias, relativas a cuestiones sustanciales graves que hay en la sociedad. Cuestiones que -precisamente- no son "privadas". Sobre todo, ante un gobierno como el actual, que hasta el momento ha pretendido imponer a toda la sociedad civil su deletérea ideología particular en asuntos morales, con sobrado y sorprendente espíritu mesiáco.