He llegado a un colmo muy alto de incredulidad al ver en directo la cara dura de Bill Clinton, más allá de lo que era capaz de imaginar en un político de raza, al ver en el blog de Diego Contreras (Los embriones, según Bill Clinton) lo que a continuación reproduzco.
(...) Se podría pensar, como mal menor, que los políticos saben lo que hacen. Que al menos ellos saben de qué se está hablando cuando se trata, por ejemplo, de investigación sobre células madre embrionarias.
Después de ver este fragmento de entrevista compruebo con horror que no. El protagonista es Bill Clinton, un hombre inteligente que ha dirigido durante ocho años el país más potente del mundo, y cuya política ha sido la de permitir la investigación con células madre embrionarias. Esa misma política ha sido ahora adoptada por Obama. [Recuerdo, como información de contexto, que para realizar esas investigaciones –que de momento no han producido además ningún resultado- se acaba suprimiendo al embrión del que se toma la célula].
Pues bien, en esta entrevista a la CNN, Clinton comenta estas decisiones y se refiere varias veces a los embriones como si se tratara de óvulos no fecundados. No, no es un lapsus: lo repite tres veces. Aquí está la trascripción completa de la entrevista en inglés (en GetReligion, los párrafos relevantes).
Las frases significativas son: “es obvio que no tomamos embriones que pueden, bajo ninguna perspectiva ser usados en un proceso que les permitirían ser fecundados y convertirse en pequeños bebés”.
Más adelante añade que se trata de “un embrión que está congelado y nunca va a ser fecundado”. Y de nuevo: los comités deben asegurarse de que “ninguno de los embriones se han puesto de modo inaceptable en situación de ser fecundados antes de su uso”.
Comentarios
Puedes seguir esta conversación suscribiéndote a la fuente de comentarios de esta entrada.