Esto es lo que hay: el diario El País se dedica ahora a eligir las élites; en este caso, por supuesto, científicas. Así, con semejante máscara, sin dar la cara, el diario puede decir lo que ideológicamente le conviene o, más simple, lo que le viene en gana. En concreto, ahora toca proclamar que "La élite científica desautoriza a sus colegas antiabortistas".
El caso es que no quedan trazas de dónde ni como sale semejante "élite": ni rastro de una presunta y estrafalaria convocatoria, ni de los méritos, criterios y condiciones de admisión en esta élite, ni tampoco del comité ni del proceso de selección de este selecto grupo; ni del número de candidatos que pretendían el honor de ser uno de los 14 miembros de la élite científica de el país.
Así que así se hacen las cosas, con la habitual y conocida transparencia científica. El caso es que las "élites" (aunque sean de suyo cortas de número) no suelen estar por ahí, reunidas echando una partidita al mus como los bomberos, o en conciliabulos de ensayo de actuaciones o, si son pequeñas, como ésta de 14, circulando por ahí en grupete como tales, en espera de ser convocadas por la ideología de su periódico, para ser públicamente presentada como pensamiento único (científico, por supuesto).
Pues bien, como es sabido por el título de esta anotación, esa presunta "élite de 14 científicos" ha sido elegida por El País para decir que el comienzo de la vida no es una cuestión científica sino de creencias religiosas.
Si hay tanta cientificidad en el aplomo con que se presenta el aserto, debe ser -pienso- porque los 14 de la élite son en realidad expertos en creencias religiosas, ya que dicen que el comenzo de la vida no tiene que ver con ellos como científicos. No entro en preguntarme acerca de cuantas ni cuales creencias religiosas han escrutado científicamente los 14 de la élite, porque la cosa se alargaría demasiado.
Quizá es que, con las prisas, el diario El País quería más bien sacar a la escena su élite de teólogos, pero ha tenido que contentarse con esta de científicos, que a fin de cuentas le han salido un poco ranas en el asunto que debían apoyar. Y se han contentado con insultar a unos dos o tres mil científicos de otra élite (los llaman colegas), y que no caben en el minibús de las 14 plazas que El País tiene para su élite de turno de guardia, para lo que fuere menester dogmatizar.
Aunque todos sabemos, insisto, que las élites -por su reducido número natural de miembros- son más fáciles de elegir, que no darse el palizón de poner de acuerdo en un asunto, científico como a fin de cuentas parece éste, a un grupo de dos o tres mil científicos.
Cuento todo esto, en vista de que está obturada ("Error establishing a database connection") la entrada en el blog de Montse Doval, Internet Política, que es quien trata del asunto. (Actualiz. 10:15pm: ya funciona y se puede leer El País se inventa una élite científica de 14 miembros que no saben cuando comienza la vida.
Hay una referencia extensa en Libertad Digital, El País se inventa una "élite científica" para defender el aborto. Comienza diciendo:
Luego ya viene la referencia al texto de InternetPolítica (actualizado el enlace), que recomiendo vivamente leer en su detallada argumentación racional.
Gracias por el enlace. Ya funciona el blog. Ni idea de lo que ocurrió técnicamente pero no podía acceder a nada, ni a través del FTP. En fin, bien está lo que bien acaba.
Publicado por: Montse | 27 marzo 2009 en 10:15 p.m.
Gracias por lo que has escrito, que está magníficamente razonado.
Publicado por: JJG Noblejas | 27 marzo 2009 en 10:19 p.m.
Discrepo: creo que sí se aclara el criterio para elegir la élite coentífica. Tienen que ser abortistas. Con eso basta.
Publicado por: Todoerabueno | 28 marzo 2009 en 03:49 p.m.
Atinada discrepancia, con la que estoy de acuerdo, como el sentido del texto. Es bueno decirlo a las clareas, porque siempre suele haber algún despistado. Muchas gracias, Todoerabueno.
Publicado por: JJG Noblejas | 30 marzo 2009 en 10:22 p.m.