Algún lector me ha escrito preguntando -puesto que vivo en Roma, a algo más de 100 km de L'Aquila- si tenía noticias de alguien amigo que hubiera sufrido con el terremoto de esta noche.
He contestado los email, procurando no alarmar, diciendo que a las 3,32 de esta madrugada, yo estaba tranquilamente durmiendo en San Felice d'Ocre, un pequeño pueblo en los Abruzos, de pocas casas, una iglesia y una plaza dedicada a san Josemaría Escrivá, a unos 10 km de L'Aquila. Me había retirado por unos días del mundanal ruïdo, para volver a considerar quién soy y qué hago en la vida. Allí, esta madrugada, he podido vivir en mis propias carnes el tremendo fenómeno telúrico del que más o menos, hoy, se habla en todo el mundo. Algo que prefiero no describir, ni recordar.
Por decir algo: no es fácil describir ni recordar lo que ocurre en una habitación que es movida como si estuviera en la copa de un árbol en medio de un vendaval, mientras el ruido de ese vendaval está hecho como del roce forzado de rocas de millones de toneladas manejadas por titanes... Como si el cosmos se hubiera vuelto impredeciblemente borracho y moviera con furia tozuda y concienzuda todo lo que hasta ese momento era inmóvil alrededor. Y saltan al suelo los cajones del armario y se hace añicos también en el suelo que salta y se bambolea, el espejo del baño, y entre esos cristales rotos te pones a buscar sin encontrar las zapatillas, las gafas, o el móvil para iluminar, porque no hay luz. Etc.
En fin, tras comprobar los que allí estábamos que no había daños personales y que la casa lucía desconchones y grietas en las paredes y trozos de ladrillo, cuadros y objetos decorativos por los suelos de pasillos y escaleras, y que fuera sólo algunos trozos de pared y alguna teja había abollado algunos coches.
Dicen que el terremoto ha sido
de fuerza "moderada" (5,8 grados Richter), pero superior a la explosión de Chernobil en 1986 (3,5 grados) o la bomba atómica de Nagasaki (5,0 grados), equivalente a la energía que libera un millón de toneladas de trinitrotolueno, sea eso lo que fuere.
En fin, tras vestir encima del pijama ropa de montaña, y tras echar una mano para sacar a una anciana del segundo piso de una casa vecina, e impedir que otra anciana entrara en otra casa a punto de derrumbarse, y ver que en San Felice d'Ocre los daños personales se reducían a una pequeña brecha en la cabeza de una persona, y después de saber por radio que era mejor no ir a L'Aquila, ni volver a Roma por la autopista, etc. Después de ver perros como desconcertados, buscando arrimo y como consuelo humano, y una vez que ya estaba claro por dónde se podía circular y la luz alboreaba, y las radios competían en pedir calma y recordar que el seísmo era de magnitud 5,8 en la escala de Richter, y que probablemente había víctimas mortales en el centro histórico de L'Aquila... En fin, una vez puesto en marcha hacia Roma, yendo por carreteras secundarias, por Antrodoco y Rieti, entonces rezamos los cuatro en el coche un rosario y algo más por quienes estuvieran más necesitados en aquellos alrededores que dejábamos atrás.
Total: me encuentro en Roma, gracias a Dios, sano y salvo del terremoto de L'Aquila, vivido a pocos kilómetros del epicentro, tanto si estaba en Paganica o en Arischia. Mientras allí y en los alrededores sigue creciendo el dolor, y se siguen contado los rosarios de víctimas mortales, que superan ampliamente el centenar, y los miles de heridos, y los cien mil que han abandonado su hogar... Y en Roma me dicen que -aquí, a más de 100 km del epicentro- no pocos se despertaron sobrecogidos de angustia al sentir moverse su cama, esta madrugada a las 3,32. En Roma
nos recuerdan que estamos en las manos de Dios y que no está de más rezar los unos por los otros: los que no hemos sufrido gran cosa por los que sufren mucho, por los niños, los fallecidos, e incluso por los que polemizan sobre la previsibilidad del terremoto y la modernidad de un país que no soporta terremotos como Japón o California, o los que podían haber hecho esto o aquello, y también por los que -voluntaria o involuntariamente ajenos a la tragedia del terremoto en los Abruzos- hablan quizá de Obama, del poder atómico que predica, aún sin dar ejemplo, un mundo antiatómico y promociona la entrada de Turquía en la UE...
Me alegro de que no os haya pasado nada; esta mañana nos preguntábamos si habría pasado algo allí en concreto.
Un abrazo. Debe de ser una tremenda impresión pasar por algo así. Rezaré por las víctimas
Publicado por: Ángel Ruiz | 06 abril 2009 en 06:32 p.m.
Gracias mil, Ángel: he escrito esto pensando en quienes se preguntaban lo que dices..., además de quienes me han escrito. Un abrazo, y hasta pronto, con Flannery, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 06 abril 2009 en 07:46 p.m.
Juan José, me dejas helado con tu relato. Me alegro de que no os pasara nada. El recuerdo y las oraciones van para las víctimas y sus familias.
Publicado por: Allendegui | 06 abril 2009 en 07:56 p.m.
Querido Allendegui, por un momento he sabido que estabas más bien "aquendegui", si es que cabe decirlo así. Con las víctimas y sus familias estamos. Muchas gracias, de veras.
Publicado por: JJG Noblejas | 06 abril 2009 en 10:27 p.m.
Caro juanjo:
Animo. Estas bien y eso es lo que importa. Seguro que te sirve para "centrar el tiro". Estas cosas, dejan huella, y hacen replantearte hasta los tuetanos todo.
un abrazo
por cierto, tenemos otro terremoto en Alacant: http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2009040600_21_871805__Alicante-Gloria-Maria-Tomas-quieren-meter-homosexualidad-narices-esta-sociedad
un abrazo
Publicado por: Claudio | 06 abril 2009 en 11:41 p.m.
Gracias Juanjo, por estar ahí y seguir informando. Estamos contigo y todos los afectados por la tragedia. Contáis con muchos Rosarios.
Publicado por: Antonio Orozco Delclós | 07 abril 2009 en 09:57 a.m.
Querido Juan J., impresionante el relato. Me alegro mucho de que esteis bien. Por aquí nos acordamos de todos. Ánimo de veras.
Y saludos muy cordiales.
Publicado por: Ruth | 07 abril 2009 en 10:52 a.m.
Antonio me ha comentado la existencia de este blog y de esta estupenda entrada. Pasé muchas semanas en esa casa, sobre todo en el año 1986-87: recién estrenando las obras y el oratorio. Me ha emocionado el relato y me alegra saber que no ha habido daños personales, aunque supongo que los desperfectos habrán sido grandes.
Publicado por: donJoan | 07 abril 2009 en 11:33 a.m.
Un abrazo, me he quedado helada al saber que estabas en L'Aquila. La descripción del terremoto es pavorosa. Desde aquí también nos acordamos.
Publicado por: Montse | 07 abril 2009 en 11:48 a.m.
Gracias por las noticias, pues en Sevilla, donde estoy estos días, no sabíamos nada y nos preguntábamos por S. Felice, los que tantos buenos ratos hemos pasado allí, en esa querida casa. Espero que no hay habido grandes destrozos, y que el síndaco y todas las familias que conozco estén perfectamente. Rezo por todas las víctimas y sus familias, y por aquellos que todavía están sepultados, para que el Señor les de fuerza y esperanza, y los puedan rescatar sanos y salvos.
Un abrazo muy fuerte!!
Publicado por: jaime sanz | 07 abril 2009 en 02:01 p.m.
Estupendo (si cabe la palabra) relato que nos acerca a la tragedia. Haber vivenciado esos momentos impresionante! Nuestras vidas estan lenos de momentos de replanteo, supongo que algo asi debe ser uno de ellos. Me alegro de su feliz regreso y prometo mis oraciones.
Publicado por: Ljudmila | 07 abril 2009 en 02:20 p.m.
Un fuerte abrazo y mucho ánimo.
Publicado por: jlori | 07 abril 2009 en 04:27 p.m.
Hola Juanjo, me alegra que estés bien y agradezco tu crónica. Me habló muy bien de tí, recientemente, Manolo Garrido. El próximo jueves 23 salimos desde zgz a Roma para asistir al "Congreso Internacional sobre Educación Diferenciada" que se celebra el viernes 24. Regresamos al día siguiente. ¿Estarás por Roma? ¿Quieres que nos veamos un rato el sábado tempranito por la mañana mientras visitamos la tumba de Juan Pablo II? Un abrazo,
Publicado por: José María Moncasi de Alvear | 07 abril 2009 en 06:15 p.m.
¡Vaya susto, JJ! Me alegro de que estés bien. Un abrazo
Publicado por: Atilano | 07 abril 2009 en 07:34 p.m.
Un saludo desde Chile. Vincenzo, Paco y yo estábamos en vilo. Me he acordado mucho de los damnificados: pido a Dios por ellos. Gracias por escribir.
Publicado por: csb | 08 abril 2009 en 12:09 a.m.
Muchas gracias y muy de veras a todos los que habéis dedicado un tiempo para poner aquí unas líneas, y de paso recordar a los que han padecido y padecen aún el terremoto. Ayer hubo uno más en el mismo sitio, sólo un poco más débil. Lo sentí enseguida desde Roma, quizá porque el cuerpo ya sabe reconocer de lejos los síntomas de los retemblores, mejor que quienes no han padecido la experiencia.
Las cuentas, hasta hoy, son éstas: 250 muertos, 11 desaparecidos, 1000 heridos, 25.000 sin casa. Demasiadas historias de dolor y sufrimiento, que ni siquiera la prensa ha sabido compensar o equilibrar con la esperanza de las historias de más de 100 personas rescatadas vivas de entre los escombros. Como Eleonora, una estudiante de 21 años, que llevaba 42 horas de sepultura entre los restos, hasta que la encontraron los bomberos venidos de Bérgamo y Venecia. O las ayudas que el orgullo patrio italiano acepta de otros países, como los Usa, dispuestos a colaborar en la reconstrucción de iglesias y monumentos.
Publicado por: JJG Noblejas | 08 abril 2009 en 09:19 a.m.
Phew! What a story... I too held my breadth reading through your narration Juan Jose. From here in Nigeria, we are all very united to all of Italy and particularly to The Father whose letter to those in L'Aquilla we also read here.
Warm regards,
Eugene
Publicado por: Eugene Ohu | 08 abril 2009 en 11:11 a.m.
Querido Juanjo:
Muchisimas gracias por el relato. Te puedes imaginar como hemos seguido estos dias desde aqui las noticias que llegaban desde L'Aquila. Algo asi es siempre una tragedia, pero impresiona mucho mas cuando uno ha pasado tanto tiempo en esas queridas tierras y ha pateado y disfrutado todos esos lugares que ahora aparecen destrozados.
Rezo por las victimas, por los senzatetto y por todos. De nuevo, muchisimas gracias por tu relato.
No sabia de este blog hasta que he hecho un google a Tor d'Aveia a ver si habia algo y me he topodo con el.
Javier Garcia de Cardenas
Nueva York
Publicado por: Javier Garcia de Cardenas | 09 abril 2009 en 02:13 a.m.
Aunque a toro pasado, te digo que nos has aliviado el anhelo, que lo teníamos en vívido, escociendo por el presagio. Un abrazazo desde Lagos, Nigeria.
Publicado por: Gabriel Ysasi | 09 abril 2009 en 08:34 p.m.
Hola, gracias a Dios estas bien soy de venezuela tengo tiempo tratando de conseguir listado de victimas tengo un amigo con su familia en roma pero el vive en un pueblo cerca de la region del sismo, su nombre es giovanni de rubertis dueño de un centro de comunicaciones en roma cerca del aeropuerto de roma, bueno lo cierto es como hago para conseguir un listado.
Si esta en tus manos ayudarme, te agradezco.
Carolina Aguilar. venezuela.
Publicado por: carolina aguilar dorante | 07 mayo 2009 en 06:11 p.m.