En estos tiempos de crisis, tiene mucho sentido tomar en serio lo que dice: "A la lógica del mercado y a la lógica del Estado hay que añadir otro modo decisivo de razonar y conducirse: la lógica del don".
Lo que sigue es la transcripción del reciente texto de Alejandro Llano, que en adelante será colaborador habitual en Scriptor.org:
El trasfondo de la crisis no es económico, sino cultural y ético. La imagen menguada del ser humano lleva consigo una comprensión equivocada de su conducta. La parte se toma por el todo. Si se adopta una visión materialista del hombre, a cuyo comportamiento se accede sólo con parámetros cuantitativos, el modelo de sus relaciones con los demás es el intercambio. La moral, en el mejor de los casos, se reduce entonces a la justicia conmutativa. Pero más radical que intercambiar es compartir. La justicia distributiva tiene primacía sobre la meramente conmutativa.
Los bienes cuantificables son excluyentes, no pueden ser compartidos: tú no puedes estar donde yo estoy. En cambio, los bienes cualitativos son inclusivos: yo sólo puedo estar donde tú estás. La consideración de que la economía se despliega sólo sobre la base de factores cuantitativos es una abstracción engañosa. En las relaciones económicas, hay otros elementos previos y más fundamentales, sin los cuales es imposible cualquier acuerdo. No hay posibilidad de contratos si no hay confianza entre las partes. Y la confianza no se puede estipular, la confianza se inspira: se ofrece y se acepta.
La reciente encíclica de Benedicto XVI, Caritas in veritate, amplía con realismo el esquemático panorama en el que se han movido durante décadas la economía y la política. Se tiende a contar, casi exclusivamente, con el Estado y el mercado; sin advertir que en la base se encuentra la sociedad civil o, más radicalmente, el mundo de la vida, es decir, el ámbito de las relaciones interpersonales de las que procede toda fuerza y todo significado.
A la lógica del mercado y a la lógica del Estado hay que añadir otro modo decisivo de razonar y conducirse: la lógica del don. Los medios simbólicos de intercambio no pueden quedar reducidos al dinero y al poder, porque entonces se produce una deriva entrópica y la relación entre ambas magnitudes no funciona. Más acá del poder y del dinero se halla la solidaridad, que es el decisivo medio de intercambio, en el que ya no rige el simplismo del doy para que me des.
La lógica del don impele a la gratuidad, que rige la mayor parte de nuestras relaciones recíprocas. Si prescindiéramos de la generosidad —del aportar sin esperar algo a cambio— el mundo se pararía. Y en la medida en que así lo estamos haciendo y enseñando, nuestro mundo ha entrado en pérdida y no se va a recuperar del todo mientras no cambiemos nuestro modo de pensar y nuestro estilo de vida.
El avance de la globalización ha sido lo que ha puesto en el disparadero todo un modelo artificioso que, en buena parte, se basaba en ficciones. La mundialización ha mostrado que el poder político orientado hacia el puro interés nacional resulta inane cuando los intercambios se producen a escala transcontinental. Y el propio funcionamiento del mercado se hace ingobernable y produce efectos perversos cuando se persiguen beneficios egoístas, a través de operaciones en las que intervienen multitud de instancias, muchas veces anónimas.
En lugar de este crispado especialismo, la propia globalización impone planteamientos interdisciplinares, enfoques sintéticos, cuya concertación no puede provenir de visiones en las que lo ajeno equivale a lo contrario, y en las que uno sólo puede ganar si el otro pierde. La lógica del don posibilita estrategias en las que los factores distintos se potencian mutuamente, de modo que lo presuntamente inconciliable se revela como compatible.
Se impone superar el dualismo que hoy se establece entre empresas públicas y privadas. El sector de la mutualidad y la benevolencia ocupa ya de hecho amplias superficies de la producción y los servicios. El voluntariado y las organizaciones no oficiales sin ánimo de lucro llevan décadas mostrando su viabilidad económica y su imprescindible eficacia.
¿Por qué los políticos y los empresarios españoles tienen una tendencia tan marcada para cerrar los ojos a estas realidades emergentes? Mejor nos iría si, en lugar de pelearnos por un adarme de riqueza o de influencia, concertáramos nuestros esfuerzos para remontar la crisis y ayudar, en primer lugar, a quienes se están quedando sin nada.
"en adelante será colaborador habitual en Scriptor.org"
Siempre hemos de alegrarnos cuando un espacio crece.
Hasta ahora sólo leía a Alejandro Llanos vía referencias en esta bitácora. La Gacta de los Negocios hace tiempo que dejó de interesarme frente a otros digitales económicos.
Insisto: intenta convencer a Navarro Valls para que se una a esta bitácora o que tenga la suya propia, tanto da.
- Un saludo -
Publicado por: maty | 20 julio 2009 en 03:11 p.m.
Muchas gracias, Maty, por lo que dices. El caso es que he hablado con mi viejo colega de correrías universitarias por la Complutense, y le parece muy bien publicar aquí algunos de sus escritos (escribe mucho y algunas cosas densas y largas). Lo de Navarro-Valls es harina de otro costal y -a pesar de que coincidimos a veces en mi Facultad romana- pasaría de entrada por pedirle traducir (a trozos) lo que publica en Repubblica, cosa para la que (ya lo siento) no tengo tiempo, aunque ya me gustaría. En fin, pian piano... Muchas gracias, ya sabes, por todo; y un cordial saludo.
Publicado por: JJG Noblejas | 20 julio 2009 en 05:32 p.m.
Enhorabuena por el nuevo fichaje!. Siempre es un placer leer al Profesor Llano.
La lectura de la encíclica se me hace dura, pero con éstas nuevas pinceladas, me animaré a seguir.
La lógica del don impregna las profesiones sanitarias en general y la de la medicina en particular.
En las últimas décadas el poder politico, que todo lo impregna ha prescindido de esta realidad: la sociedad efectivamente no funciona sin ella.
Aunque el 80 % de la humanidad sea radicalmente egoista, siempre permanece ese 20% de generosos (por su esfuerzo, por la Gracia...) que hace que el mundo siga rodando.
"El mundo de las relaciones interpersonales" siempre logra escaparse de la tiranía política, de lo políticamente correcto y grita libertad, que es también una manifestación de caridad verdadera.
Gratuidad y generosidad de la que tambien son catedráticas (Cátedra de caridad verdadera) tantas mujeres cuidadoras de niños, ancianos y enfermos en las empresas invisibles de sus casas.
Mucha tela que cortar en la encíclica. Saludos.
Publicado por: Médico | 20 julio 2009 en 07:38 p.m.
Muchas gracias, Médico: al felicitarte con ver de vez en cuando por estas páginas a Alejandro Llano (cosa de la que me siento encantado y orgulloso), y muchas gracias al seguir pensando sobre un texto como el de la encíclica, que -desde luego- tiene muy poco de banal o superficial. Un cordial saludo y hasta la próxima, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 20 julio 2009 en 07:58 p.m.
Gracias por el fichaje de Alejandro Llano.
Si sus colaboraciones fueran más cortitas aumentaría muchísimo el número de sus lectores.
Publicado por: Fernando Acaso | 21 julio 2009 en 01:09 p.m.
Ayer, sábado 8 de agosto tuve una reunión con 10 jóvenes profesores y alumnos del Instituto de Desarrollo Sostenible, que dirijo, en San Juan, Argentina, al pie de Los Andes. Nos reunimos a comentar la Encíclica, que parece dedicada por el Papa a nuestro Instituto. La directora de la licenciatura en Economía traía en la mano la hoja escrita por Alejandro Llano en Scriptor, sabiendo que lo sigo por donde escriba. Estaba feliz con el comentario de Alejandro. Así que desde aquí felicito y saludo a Juanjo, a quien conocí en Buenos Aires 74. Carlos
Publicado por: Carlos Pujadas | 09 agosto 2009 en 07:44 p.m.
Querido Carlos: ha llovido un tanto desde el invierno bonaerense del 74... Te agradezco de veras y me parece estupendo lo que cuentas. Ya le he enviado tu comentario a Alejandro, por correo. Espero que tenga tiempo para escribir otras cosas, aparte del libro (imagino que fascinante por veraz) que ahora tiene entre manos. Un cordial saludo y mucho ánimo con el Desarrollo Sostenible: ya ves que desde San Juan hasta Roma y Pamplona y el mundo entero se llega en un instante; cosas de la globalización (¿será sostenible?) Recuerdos y de nuevo muchas gracias, JJ
Publicado por: JJG Noblejas | 09 agosto 2009 en 10:26 p.m.
Muchas gracias por su artículo.
Publicado por: www.facebook.com/profile.php?id=1087083805 | 09 octubre 2009 en 12:31 a.m.