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Pienso que en Pamplona, Navarra y España, lo mismo que en Europa, hay no pocos que -con independencia de estar "contra los sanfermines" por razones "animalistas", asunto que aquí no es del caso- no les gusta cómo se está tratando en los medios de comunicación la muerte de una persona en el encierro.
He leído lo publicado por no pocos medios, y escrito un borrador de esta anotación en e-scriptor.com, tras ver lo publicado en un editorial de El Mundo, y en 233grados.com. Casi todos solicitan mayor reflexión.
Pienso que, además del aspecto de tradición cultural y popular que tienen los sanfermines, sucede que -guste o no- eso se va perdiendo, mientras va ganando peso la dimensión económica de "la fiesta", así como el sentido morboso mediático del creciente peligro que supone participar en la carrera del encierro de los toros.
Me parece completamente fuera de lugar que, para no "estropear" la$ fiesta$, la consideración de la muerte de una persona sólo traiga consigo unas pocas palabras oficiales y públicas de conmoción y un minuto de silencio, mientras que los particulares de las circunstancias de la muerte aparecen morbosamente detallados en las portadas de periódicos y las aperturas de imágenes telediarios.
Entre el morbo y el embarazo de repetir con torpes, emotivas y afectadas palabras lo ya dicho, no aparecen en los medios consideraciones adecuadas a la muerte en cuanto tal de una persona, por mucho que se hable de "tragedia" al tiempo que se describen -insisto, morbosamente- los detalles y circunstancias, y por mucho que la alcaldesa de Pamplona vaya al entierro del fallecido.
Me temo que los sanfermines van camino de ser una "fiesta" que se va haciendo progresivamente más salvaje, más pagana y bellaca, mientras que las noticias y las voces que podrían razonar acerca de lo que ha sucedido y se ha visto en los medios, quedan relegadas a modos y a lugares en esos medios que -digan lo que digan- terminan por significar que de lo que se trata es de "pasar página", de modo que "siga la fiesta", como si no hubiera pasado nada.
O peor aún, "sigue la fiesta" en la que desde ese momento se incluye el repetir morbosamente -insisto- las alusiones y las imágenes de la muerte de "un corredor", y no tanto consideraciones acerca de la muerte violenta de "una persona".
Esto parece que deja ver hacia dónde se orienta la consideración de la dignidad humana en estos día, y no sólo en Pamplona y su "encierro": no sabemos tratar acerca de la dignidad de la muerte y la vida humanas. No lo saben las autoridades políticas, no lo saben los profesionales de la comunicación, que son quienes sirven de referencia a los ciudadanos.
Vida y muerte que no es algo que simplemente tiene que ver con" lo que alguien hace", sin asomos de referencia a "quién es" ese alguien, esa persona, porque en esto precisamente es el lo que nos identificamos con ella, y también con el sentido de su vida, perdida en circunstancias supuestamente "festivas".
Ni siquiera he visto un lazo de esos que de vez en cuando se ponen de moda, para mostrar recuerdo y adhesión. Por eso, por recuerdo y adhesión, y porque no me gusta cómo se muestra la muerte en Sanfermines, pongo aquí uno blanco. Ya siento si esta reflexión que escribo molesta a algún connacional foral.
Hola Juanjo
Te leo siempre y siempre comulgo con tu modo de pensar. Tenemos que acabar con los encierros: la vida de ese chico de Madrid vale mñas que todos los encierros.
Publicado por: Fernando Acaso | 13 julio 2009 en 09:05 a.m.
Discrepo de esta reflexión, Juanjo. No creo que el tratamiento informativo sea incorrecto por ser descriptivo. Tampoco que los sanfermines vayan a peor, sino que hay "varios" sanfermines, pero sólo son portada los que remueven y venden. Ni la procesión del día 7, ni la visita de los niños al santo en San Lorenzo el 9 o las marionetas del Gorgorito cada día a las 8 de la tarde desde hace 48 años son noticia. La alcaldesa ha esta bien yendo a Alcalá, también el minuto de silencio en la plaza.
El encierro está muy regulado y se reduce al máximo el riesgo. Hoy nadie muere en él salvo que sea en el acto, como el pobre Jimeno. Sin embargo, somos adultos, asumimos peligros y correr el encierro es esencial para mantener el espíritu singular de estas fiestas. Sólo este fin de semana han muerto en las carreteras más personas que las fallecidas en los encierros en el ultimo medio siglo.
Publicado por: Nacho Uría | 13 julio 2009 en 11:41 p.m.
Muchas gracias al doctor Acaso, y desde luego a Nacho Uría. Entiendo, Nacho, que en todo lo relativo a las fiestas de los sanfermines y en concreto del encierro hay mucho de cultura navarra muy específica, por decirlo así. Y que parte de esa cultura, además de un claro sentido religioso que hoy se difumina, tiene que ver con el espíritu acogedor del visitante, que de cortesía está pasando a industria pura y dura. Y que por eso - por la "industrialización turística" de las fiestas, que es de lo que que más directamente me quejo en lo escrito, con la consiguiente masificación indiscriminada del encierro: los que corren son, en fin de semana, demasiados- quizá hay también demasiados que no saben dónde están realmente cuando están corriendo o entorpeciendo a los que corren en el encierro. Cuando hablo de la información acerca de la muerte del pobre Jimeno, sin embargo, no se me ocurre pensar en compararlo sin más con las carreteras o cosas así.
He leído lo que escribe ayer Edurne Uriarte (http://www.abc.es/historico-opinion/index.asp?ff=20090713&idn=922489377069): "Pero, ¿cuál es el reto de la carrera de la muerte? No consigo encontrar una respuesta que haga comprensible, tolerable, aceptable, la muerte de Daniel Jimeno, de otros antes que él, de tantos y tantos heridos. Pienso en una noria sin cinturones de seguridad y me pregunto por la diferencia."
He leído lo que escribe José Javier Esparza (http://www.diariodenavarra.es/edicionimpresa/articulo.asp?not=a77art1863880a&dia=20090713&seccion=television): "¿Qué hacemos con las imágenes de muerte? ¿Las damos o no las damos? Esta pregunta es una duda permanente en las redacciones cuando uno tiene entre manos escenas luctuosas. En general, se adopta el criterio de la importancia objetiva desde el punto de vista público: la escena de un magnicidio puede ser horrible, pero es evidente que reviste una gran importancia informativa; en consecuencia, hay que emitirla."
He leído lo que dice (http://www.diariodenavarra.es/20090714/television/fape-recrimina-crudeza-imagenes-joven-fallecido-san-fermin.html?not=2009071401405817&idnot=2009071401405817&dia=20090714&seccion=television&seccion2=television&chnl=40)la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE), Magis Iglesias, que recriminó ayer las "truculentas" imágenes "carentes de sentido informativo", que ofrecieron los medios de comunicación del joven fallecido durante un encierro de Sanfermines debido a la cornada de un toro. Incidió en que esta situación "es todavía peor" cuando se produce en la televisión pública.
He leído anteayer el editorial de El Mundo (Sanfermines: regulación rigurosa o prohibición tajante http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/13/opinion/17383784.html), con el que coincido bastante: Decíamos anteayer que el Ayuntamiento de Pamplona tenía que reflexionar sobre lo sucedido y adoptar una serie de medidas para minimizar en lo posible los riesgos de la fiesta. Entre ellas, limitar el número de participantes, que se desborda los fines de semana.
He leído ahora mismo lo que dice hoy José Miguel Iriberri (http://www.diariodenavarra.es/edicionimpresa/indice.asp?seccion=ultima&dia=20090714&&): "A estas alturas seculares de los Sanfermines, ni nos engañamos ni nos dejamos engañar. Ya sabemos que al encierro le pueden dar hasta hartar con los mismos argumentos que le dan, por bárbara, a la fiesta taurina." Y habla de "reducción de riesgos" con tantas mejoras en el recorrido y aledaños por parte de la comisión municipal correspondiente: pero a mi modesto modo de entender, falta atreverse a estudiar cómo reducir la "escalada de la globalización (muchos y demasiados turistas-paracaidistas, inexpertos en el recorrido) y la morbosa espectacularización (fotos, tv, etc.)" del encierro, para que siga siendo una fiesta pamplonesa, y no un show truculento más... Eso me parece que falta por estudiar y resolver.
Y me quejo desde luego de los medios, en los que efectivamente ni se sabe de la procesión del día 7, ni de la visita de los niños al santo en San Lorenzo el 9 o de las marionetas del Gorgorito que cada día a las 8 de la tarde, desde hace 48 años, son noticia.
Son noticias para los pamploneses de toda la vida. Pero no lo son para unos medios -con perdón- patológicamente histéricos ante las posibilidades de exhibir el morbo con su capacidad de atraer lectores y espectadores, y con ellos, la deseada publicidad y así -finalmente- los dineros...
Si se informara de otro modo, con otros criterios, que se puede hacer (no porque técnicamente podamos hacer ver cómo sale por la boca, empujada por un pitón, la lengua de un corredor, eso se debe exhibir como trofeo "periodístico" -¿?- desde varios ángulos y con ampliaciones detalladas, etc.), entonces también se recuperaría un tanto más el sentido genuino de la fiesta... No es que se trate de "quedarse atrás, anclados en el tiempo", de lo que se trata es de saber dónde se está y se va, sin necesariamente dejarse llevar a ciegas por unos u otros... En fin, Nacho, que te agradezco mucho tu comentario.
Publicado por: JJG Noblejas | 14 julio 2009 en 10:13 a.m.
Escribo desde Pamplona y me pregunto ¿que razón hay proporcionada a poner la vida en peligro corriendo el encierro?
¿Piensan los corredores en su mujer, hijos, padres o hermanos?
¿Es un motivo proporcional disfrutar de una alta dosis de adrenalina?
¿Son las tradiciones un valor en sí mismo?
Publicado por: Mariano | 15 julio 2009 en 12:02 a.m.
Mariano, también escribo desde Pamplona: los sanfermines son mucho más que el encierro, desde luego. Pero la adrenalina suele ser muy egoista.
Publicado por: JJG Noblejas | 15 julio 2009 en 10:52 a.m.