Con independencia de los variados razonamientos que pueden y deben hacerse sobre esa perspectiva concreta, que pueden dejarse para otro momento, hoy conviene mirar más bien hacia la necesidad de una "Filosofía de la Comunicación Pública", en la que no queden fuera ni la propaganda, la publicidad, la comunicación institucional, la ficción y otros modos de tratar asuntos que convergen en hablar acerca de quienes somos, dónde estamos, qué hacemos o dejamos de hacer y demás cuestiones más bien vitales para los ciudadanos en cuanto personas. No está de más disponer de una imagen del ser humano y del mundo que se adecúe a la realidad: no está de más poder saber quienes somos, para poder llegar a serlo.
If you examine philosophy-department offerings around America, you'll find staple courses in "Philosophy of Law," "Philosophy of Art," "Philosophy of Science," "Philosophy of Religion," and a fair number of other areas that make up our world.
It makes sense. Philosophy, as the intellectual enterprise that in its noblest form inspects all areas of life and questions each practice's fundamental concepts and presumptions, should regularly look at all human activities broad and persistent enough not to be aberrations or idiosyncrasies. (The latter can be reserved for Independent Studies.)
Why, then, don't you find "Philosophy of Journalism" among those staple courses?
via chronicle.com
Muy de acuerdo: a mí me dan mucho miedo los que se dedican a la comunicación y acaban convirtiéndose en unos cínicos porque les falta base filosófica firme.
No sé si habría que hacer exactamente una 'filosofía de la comunicación' pero sí preparar a la gente con asignaturas serias de filosofía, de teoría del conocimiento, de metafísica. En resumen: que se planteen a fondo la cuestión de la verdad.
Si no, es fácil que caigan en brazos de la
retórica sin otros asideros; y la retórica, decía Aristóteles, busca convencer. Vamos, que todo se resuelve en una dinámica de poder, con los periodistas y comunicadores buscando su sitio en la feria de las vanidades del poder, más que al servicio de la verdad.
Publicado por: Ángel Ruiz | 18 noviembre 2009 en 06:46 p.m.
Totalmente de acuerdo, la comunicación debe fundamentarse en unas bases éticas (sobre todo la publicidad) y el periodismo debe encaminarse hacia un espíritu crítico basado en el conocimiento, pues hoy día tras la crítica pocas veces hay una reflexión previa o una argumentación posterior.
Publicado por: A. Reyes | 18 noviembre 2009 en 07:46 p.m.
No puedo compartir más y mejor lo que Ángel y A. Reyes dicen: estuve bastante más de diez años en la Facultad de Comunicación de Navarra poniendo a punto y enseñando la "Epistemología de la Comunicación", con elementos de gnoseología, antropología filosófica y poética. No es por "fardar" o presumir, pero sucede que no pocos antiguos alumnos -de vez en cuando- me hacen ver que recuerdan bien lo allí tratado, cuando olvidaron otras cosas que entonces parecían más urgentes e importantes. La filosofía práctica y consiguiente verdad práctica, y la ética y la política y la estética, retórica y -desde luego- poétcia, tienen de suyo mucho que ver con la comunicación pública. Algún día me animaré a contar la pacífica tremolina que se armó cuando propuse que la Facultad se situara como parte (o al menos asociada) de la antigua Facultad de Filosofía y Letras... Ah, la interdisciplinariedad! Y la búsqueda y amor por la verdad, y la veracidad más allá de la sinceridad, y el ser de la opinión al margen del relativismo escéptico o cínico... En fin, cosas que sin duda terminarán estando donde deben, cuando los académicos y profesionales de la comunicación no vean a los alumnos como futuros "curritos" en una meritocracia tecnocrática y dineraria, hecha desde alianzas con otros poderes, tantas veces superviviente con atenciones a cuestiones vegetativas, y alérgica o en la práctica al margen de saberes elementales del entorno dignatario de las personas.
Publicado por: JJG Noblejas | 19 noviembre 2009 en 06:45 p.m.